El punto «sobrehumano» de Alcaraz que puso en pie a la grada en Nueva York
En el US Open nadie se creyó cómo el español pudo ganar este punto en el partido de semifinales
Carlos Alcaraz ha logrado el mayor resultado deportivo de su corta carrera. Con tan solo 19 años está ya en toda una final de Grand Slam. El murciano jugará este domingo el último partido en el US Open ante Casper Ruud, un noruego que además de haber disputado ya una final de Grand Slam (Roland Garros este año ante Rafa Nadal) también se disputa el número uno del tenis mundial ante el propio Alcaraz.
El español, en un ejemplo de grandeza deportiva, ha derrotado a Frances Tiafoe en cinco sets (6-7, 6-3, 6-1, 6-7 y 6-3) para conseguir el pase a la final de Nueva York. Y lo ha hecho en un larguísimo partido de cuatro horas y media en la que además no contaba con el apoyo del público de Nueva York, ya que su rival era estadounidense y además verdugo de Rafa Nadal, que cayó en octavos tras perder precisamente ante Tiafoe.
Pero si de algo sabe el público del US Open -y en general de todos los torneos del tenis- es aplaudir a quien lo hace bien, reconocer a aquellos tenistas con los que disfrutan desde la grada. Y este sábado lo hicieron mucho con Alcaraz, que volvió a dejar jugadas de esas que parecen imposibles de llevar a cabo, de esas que solo queda levantarte y aplaudir. Y así lo hizo la grada de Nueva York en varias ocasiones, pero hubo uno especialmente que fue mayúsculo.
Con 5-6 en el primer set, y él sacando para empatar esa primera manga que finalmente se llevó Tiafoe en el tie-break, Alcaraz firmó una jugada imposible, tan perfecta que no parecía real. El español sacó, su rival restó bien y entonces Carlitos se inventó una dejada -uno de los golpes que más utiliza- a la que Tiafoe llegó y además dejó la pelota justo en la línea en una posición contraria a la que estaba el murciano. Pero Alcaraz se dio la vuelta, llegó rápido, pasó la bola mandándola al otro lado de la cancha, Tiafoe reaccionó y Alcaraz hizo lo imposible: llegó, aunque se le quedó la pelota muy cerca de la red para que su rival tuviera el punto hecho. Tiafoe mandó la jugda al fondo de la pista y cuando nadie se lo esperaba llegó Alcaraz para lanzar con su raqueta el punto del partido.
Los «ohhh» y los murmullos en la grada durante todo el punto acabaron en una sonora ovación, con la gente en pie y aplausos continuos por lo que había hecho el tenista español. Un punto para la historia que el propio US Open calificó de «sobrehumano».