Carlos Alcaraz se luce en su debut con una exhibición tenística y pasa a tercera ronda del Mutua Madrid Open

Se perdió dos torneos importantes que le hacían mucha ilusión. Había dudas sobre si iba a ser capaz de superar esas molestias en el antebrazo que le apartaron de Montecarlo y Barcelona. Pero Carlos Alcaraz está hecho de otra pasta. Tiene madera de campeón. El de este viernes era un debut engañoso, pero el tenista murciano ofreció una versión francamente buena en el torneo madrileño y no le dio ni una sola opción a Alexander Shevchenko (6-2 y 6-2 en 1h 08m). En tercera ronda espera el brasileño Thiago Seyboth Wild.

Después de vivir una jornada inolvidable con el debut y victoria de Rafa Nadal, este viernes le llegó el turno al vigente campeón del Mutua Madrid Open, a Carlos Alcaraz. Había ganas de ver en acción al murciano y la Manolo Santana de la Caja Mágica presentó una gran entrada para ser un encuentro de segunda ronda. Pero Carlitos levanta pasiones y siempre apetece verle.

En clave tenística, el murciano empezó a lo grande y disipó esas dudas a las primeras de cambio. Su carta de presentación fue un break en un abrir y cerrar de ojos. Se vio a un Alexander Shevchenko algo nervioso, algo sobrecogido por el escenario. Jugar contra Carlos Alcaraz en la Manolo Santana, una pista que domina a la perfección y en la que ya se ha coronado dos veces, es uno de esos retos a los que siempre hay que enfrentarse si se quiere llegar lejos en un deporte como el tenis. Algo similar a lo que pasa cuando un tenista juega contra Rafa Nadal en la Philippe Chatrier de Roland Garros.

Alcaraz consiguió consolidar la rotura inicial y metió una marcha más en busca del 3-0. Sin embargo, esa doble quiebre no llegó. El kazajo es un buen jugador y le dejó claro a Carlitos que no le iba a romper el saque tan fácilmente. Por algo es el número 59 de la ATP. Nada preocupante. Las sensaciones de Carlos estaban siendo muy convincentes y necesitaba muy poco para levantar de sus asientos al público de la Caja Mágica.

El número tres del mundo estaba muy fino. Derechazo por allí, dejada por allá y revés marca de la casa. Carlos Alcaraz estaba llevando el encuentro a su terreno y, cuando eso sucede, el rival no tiene nada que hacer por mucho que lo intente. Parecía como si esas molestias en el antebrazo nunca hubiesen existido. El murciano se puso 4-1 en tan solo 24 minutos.

El primer set se le había puesto bastante cuesta arriba al kazajo y el público presente en la pista central gritó algún tímido «¡Vamos, Shevchenko!». Pero la mayoría de los ánimos iban dirigidos a Carlitos. Alcaraz servía para el 5-1 y, contra todo pronóstico, Shevchenko dio un pequeño paso al frente y consiguió romperle el saque. Ese break no le gustó un pelo a Carlos y en el turno del tenista kazajo el murciano se vino arriba. Pisó el acelerador, empezó a moverse de lado a lado a un ritmo endiablado y con un latigazo de derecha a la línea le devolvió el quiebre para colocar el 5-2 y sacar para cerrar la primera manga. Dicho y hecho. Primer set aplastante por parte del murciano.

Segundo set

Alcaraz estaba firmando un debut perfecto y, al igual que en el primer parcial, en el segundo le volvió a romper el servicio a Shevchenko. El murciano tenía el partido controlado y no le iba a dejar ni las raspas al tenista kazajo. Básicamente, porque Carlitos es todo un maestro cuando juega sobre el polvo de ladrillo y domina el escenario sea quien sea el rival.

El público de la central se vino arriba. Le dedicó unas cuantas ovaciones a Alcaraz. El ambiente era magnífico, grandioso. El triunfo de Carlitos estaba en sus manos y algo excepcional tenía que suceder para ver una remontada de Shevchenko porque el kazajo no estaba poniendo demasiado de su parte. Era un monólogo.

Sin embargo, el tenis es un deporte muy mental y si te vas del partido durante unos segundos el rival contraataca. Y eso fue lo que hizo Shevchenko. El kazajo aprovechó el pequeño bajón de Alcaraz y le rompió el saque por segunda vez. Lo que pasa es que daba la impresión como si el guion del partido estuviese escrito. La rotura le duró poco a Shevchenko y el murciano se la devolvió. 4-1 para el número tres del mundo y su grito de guerra, un «¡Vamos!» que se escuchó desde Cibeles. Los siguientes juegos fueron otro paseo para Carlitos. Juego, set y partido para el de El Palmar.