¿Superhombre o mal compañero? Las lesiones de Djokovic antes de remontar enfadan al tenis

«Ha sido uno de los partidos más épicos que he jugado, ojalá hubiese sido la final», dijo Novak Djokovic tras vencer a Carlos Alcaraz en los cuartos de final del Open de Australia. Nole tuvo que emplearse a fondo para apear al español y seguir soñando con ganar su Grand Slam número 25. Toda una proeza para la edad que tiene, 37 años, aunque volvió a dejar una jugarreta cuestionable al pedir un tiempo médico.

En el primer set, cuando Alcaraz mandaba por 5-4 y se disponía a servir para cerrar el primer set, Djokovic llamó al médico y se fue alrededor de 10 minutos al vestuario. En esos momentos se veía a Nole tocado del muslo izquierdo, sin apenas moverse en pista y evitando a toda costa los desplazamientos laterales, sobre todo hacia el lado derecho. Volvió a pista y la cosa no mejoró, por lo que su lesión parecía cierta.

De hecho, Alcaraz cerró en blanco la primera manga y daba la sensación de que estaba cerca de poner una distancia insalvable. Sin embargo, a pesar de que Djokovic se mostraba muy tocado, encontró la manera a base de golpes directos de hacer un break, aunque en seguida lo recuperó Carlitos. A Nole no le quedó otra que agarrarse a su servicio para intentar mantenerse a flote y en el décimo juego aprovechó una desconexión del español para igualar el encuentro.

Renqueante, aunque con el paso de los minutos estaba yendo a mejor, Djokovic empató el duelo. La sorpresa llegó cuando comenzó el tercer set y de repente desaparecieron las molestias del 10 veces campeón en Melbourne. Nole se empezó a mover de lado a lado con normalidad y ya no se quejaba del muslo. Es más, bordó el tenis en el tercer y cuarto parcial y se hizo con el partido cuando supuestamente estaba tocado.

Se reabre el debate

«Alguien que piensa en retirarse no hubiera jugado de la manera en la que lo ha hecho después. Todo el mundo ha visto que le costaba moverse y en el tercer y cuarto set no vi nada de eso», aseguró Alcaraz en rueda de prensa tras acabar el partido. Sorprendieron las declaraciones del murciano, que en absoluto es de rajar, pero más llamó la atención que Djokovic pasara de estar noqueado a mostrarse pletórico.

Hasta leyendas como John McEnroe criticaron la actitud de Djokovic, que se metió en el vestuario 10 minutos y cortó el ritmo de Alcaraz. Además, con su supuesta lesión, consiguió sacar del partido al murciano, más pendiente de ver como estaba físicamente Nole que de ganar el partido. Algo que hasta el propio Djokovic reconoció: «Sé que es difícil jugar ante alguien así».

Todo esto hace que se vuelva a abrir el debate sobre la deportividad de Novak Djokovic. Nadie duda de que está hecho de otra pasta y que por números es el mejor jugador de la historia, pero sus actitudes en pista muchas veces dejan que desear. Eso de estar lesionado y al rato verle a su máximo nivel es ya un clásico en el tenis. Sin ir más lejos, en verano de 2024 lo hizo en Roland Garros ante Francisco Cerúndolo.

El serbio parecía estar fuera de combate por una lesión de menisco, pero terminó ganando aquel partido por 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3. Bien es cierto que se retiró del torneo sin jugar su duelo de cuartos de final para pasar por quirófano. La cosa es que aquella cirugía le iba a tener de cuatro a seis semanas fuera de las pistas y en solo tres semanas le vimos jugar en Wimbledon y alcanzar la final. Más surrealista fue verle después jugar en los Juegos Olímpicos de París, volver a quejarse de la rodilla en los cuartos de final ante Stefanos Tsitsipas y hacer saltar todas las alarmas para después terminar colgándose el oro sin rastros de estar tocado.

Ya ocurrió en Melbourne

En Australia, el 10 veces ganador del título, también ha tenido dos episodios. El primero de ellos fue en 2021, cuando en octavos de final apenas podía moverse ante Taylor Fritz. Nole aseguró que tenía un «desgarro muscular en el músculo oblicuo abdominal» de 17 milímetros y que llegó a ser de 23 milímetros por tener que forzar. Una lesión que para alguien normal habría supuesto la retirada del torneo y que en este caso acabó con su noveno entorchado en Melbourne.

Además, aseguró que enseñaría las pruebas en su documental, pero jamás vieron la luz. De hecho, la polémica aumentó más todavía con el título de 2023, cuando también afirmó que tenía una lesión. Esta vez en el muslo un desgarro de tres centímetros. Otro parte médico, poco optimista y al que se sobrepuso. El debate está servido. ¿Superhombre o mal compañero?