La decisión de la CNMC satisface al consejero delegado de Sabadell, César González Bueno, y preocupa a Carlos Torres, presidente de BBVA.

El consejero delegado de Sabadell, César González Bueno, y Carlos Torres, presidente de BBVA.Lu Tolstova

Análisis económico

Las cúpulas del BBVA y el Sabadell temen haber sido víctimas de un nuevo engaño de Sánchez

Inquietud en ambas empresas por si el Gobierno ha pactado una cosa y lo contraria con pocas horas de diferencia para conseguir su apoyo

Las cúpulas del Banco Sabadell y el BBVA viven en la incertidumbre y en un carrusel de emociones. El viernes por la noche, el equipo de Carlos Torres parecía haberse apuntado un tanto, casi definitivo, en su espinoso camino para hacerse con el banco presidido por Oliu al haber pactado con el Gobierno el apoyo en Telefónica para substituir a José María Álvarez-Pallete por Marc Murtra.

Le tocaba mover ficha al Sabadell, y Oliu y González-Bueno reaccionaron rápido. La oferta de volver a Cataluña es un balón de oxigeno para Salvador Illa, el barón más importante de Sánchez, casi el único, empantanado sin presupuestos ni posibilidad de tenerlos.

Tanto en la cúpula del BBVA como en el del Sabadell hay inquietud. ¿Habrá pactado el Gobierno una cosa y lo contraria con unos y con otros con pocas horas de diferencia con tal de conseguir su apoyo? No son pocos los que tienen muy presente que Pedro Sánchez prometió, simultáneamente, a Podemos mantener el recargo fiscal sobre las energéticas y a Junts derogarlo. ¿Pueden ser ellos víctimas de un engaño parecido?

¿Qué pactaron Isidro Fainé y Carlos Torres con Moncloa a cambio de su apoyo en el consejo clave de Telefónica? ¿Lo prometido a Torres y a Peio Belausteguigoitia es compatible con lo hablado con Oliu y César González-Bueno a cambio del balón de oxígeno a Illa? Con Sánchez uno nunca puede estar tranquilo: la palabra se la lleva el viento.

Campanas al vuelo en Cataluña

El mundo político y las organizaciones económicas y empresariales catalanas hoy lanzan las campanas al vuelo. Siete años más tarde, nadie parece acordarse de que el mismo decreto urgente que permitió al Sabadell, a la Caixa y a casi todas las cotizadas salir a toda velocidad de Cataluña, es el que permite al banco, efímeramente alicantino, volver.

En aquellos días se criticaba a Rajoy en Barcelona por impulsar la salida de empresas facilitando el acuerdo, que se rebajó de la junta general al consejo de administración, pero ahora nadie lo cuestiona. En octubre de 2017 desde la Generalitat y otros estamentos oficiales de los arrabales del poder nacionalista se llegó a decir que el Rey en persona llamo a las empresas para que se fueran de Cataluña y se inventaron presuntas presiones a SEAT.

Ahora nadie cuestiona la relación entre política y banca. Si según Sánchez en EE.UU hay una «tecnocasta» cercana al poder político ¿en Barcelona podemos hablar de una «bancacasta»?

Para el Gobierno las cosas no son tan fáciles como señalar el pulgar hacia arriba y defender la continuidad del Sabadell ante la OPA del BBVA. El entusiasmo de las patronales y el poder político catalán en apoyar al Sabadell ha descolocado durante meses al BBVA.

La institución con sede en la bilbaína Plaza de San Nicolás cree que ha sido maltratada por las élites catalanas y que han olvidado que fueron ellos quienes salvaron en su día a la Banca Catalana de Pujol, rescatada por el Banco de Vizcaya, y luego a la Caixa de Catalunya del ex líder socialista catalán, Narcís Serra.

Algunos tiran de hemeroteca para recordar que el BBVA incluso rescató a la mismísima Caixa d’Estalvis de Sabadell, que se había integrado en UNNIM, junto a otras cajas de ahorros catalanas y naufrago en pocos meses.

Sabadell vuelve a Cataluña siete años después del 'procés' y en plena opa de BBVA

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El gobierno de coalición se ha lanzado en tromba a celebrar el regreso del Sabadell a la Plaça Sant Roc de la capital vallesana, generando un agravio ante las organizaciones empresariales alicantinas en particular y en la comunidad valenciana en general, pero tras la euforia empezará la política de equilibrios y quién sabe si de desmentidos.

Es una obviedad que desde que empezó el proceso de la OPA el Sabadell ha sido un protegido del gobierno catalán y de las patronales PIMEC y Foment, pero no es menos cierto que el BBVA es una joya de la corona para el gobierno vasco y el PNV. Para Sánchez tan importante es el apoyo de unos como el de otros, y el truco que usó con Podemos y Junts ya se ha visto con los decretos que debe validar hoy el Congreso como es un ardid de corto recorrido.

El entusiasmo oficialista catalán tiene sus contradicciones. El BBVA es la segunda entidad financiera en Cataluña en número de oficinas, por delante del Sabadell. Si bien desde el anuncio de Ordesa, algunas empresas grandes como Molins han vuelto a Cataluña, el goteo de salidas en 2024 ha sido el más importante desde 2024.

En Empresaris de Catalunya siempre han sostenido que el motivo más importante de esas fugas a otros lugares de España tras el otoño – invierno de 2017 no es ya el procès, sino la burocracia y la elevada fiscalidad que padece Cataluña. Los datos parecen darles la razón.

Entre los economistas más próximos al independentismo se han observado ciertas contradicciones. Oriol Amat, en declaraciones a TVE Catalunya, ha dicho que la medida tendrá poco impacto, mientras el ex conseller Andreu Mas-Colell ha afirmado en TV3 que cree que es muy importante. A lo largo de estos años el relato oficial ha consistido en restar importancia a las salidas y tacharlas de ficticias. Ahora, en cambio, la tendencia es lanzar las campanas la vuelo.

El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha dado la bienvenida al regreso pero ha recordado que «ahora sólo falta que regresen otras 7.999», desde la presidencia de la Generalitat y Fomento del Trabajo se ha filtrado a los medios que creen que este movimiento del Sabadell será el inicio del goteo de regresos de sedes sociales de empresas a Cataluña.

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