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La propuesta sobre los planes de pensiones anunciada por María Jesús Montero en el anteproyecto de Presupuestos no parece oportuna a los especialistas en la materia

País Vasco y Navarra podrían quedar fuera de la armonización fiscal que pretende su ministra, María Jesús MonteroEFE/David Fernández

La opacidad vasca y navarra hacen improbable la armonización fiscal que desea Montero

No tendría sentido unificar los impuestos en toda España, como quiere la ministra, salvo en estas dos regiones

El Ministerio de Hacienda se descolgó anteayer dando a entender que País Vasco y Navarra podrían quedar fuera de la armonización fiscal que pretende su ministra, María Jesús Montero. La armonización podría pretender la subida de impuestos en Madrid, con quien el Gobierno está en plena guerra, pero los territorios forales quedarían exentos de esta batalla.

En opinión de Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y uno de los principales expertos de España en impuestos y financiación autonómica, esta tesis no tendría sentido: «Si se puede modificar la normativa para obligar a las comunidades de régimen común a acercar sus tipos impositivos, no veo por qué no se puede hacer con las forales (País Vasco y Navarra). Es verdad que esas comunidades tienen un régimen fiscal peculiar, pero también lo es que deben mantener una presión fiscal no muy diferente del resto, así que la restricción encajaría con el sistema».

Como es conocido por los expertos, la legislación permite a Navarra y País Vasco recaudar todos los impuestos. Desde esa cantidad acumulada destinan otra al Estado: el famoso y opaco cupo: «La cuestión es si al final se quedan con mucho más que otras comunidades con niveles similares de renta para financiar las competencias que todas comparten. Los cálculos que se han hecho apuntan a que sí, aunque hay un margen considerable de incertidumbre debido a la opacidad del sistema. Sería importante que se presentaran los detalles de las cuentas para poder comprobar hasta qué punto los números son razonables, pero parece claro que la valoración de los servicios que el Estado sigue prestando a los ciudadanos de las comunidades forales (las llamadas cargas no asumidas) está sesgada a la baja y que los ajustes por IVA e impuestos especiales son muy favorables a estos territorios dados sus niveles actuales de consumo», indica de la Fuente.

Igualar impuestos

Ángel de la Fuente no es de los que piensa que se recaude más bajando impuestos: «Quizá sea posible en circunstancias muy extremas, si partimos de tipos marginales muy altos que generan grandes desincentivos, pero no creo que estemos en esa situación. No sé qué cálculos ha hecho Madrid sobre el tema, pero de entrada me cuesta creer que sea así».

En cualquier caso, él no es partidario de la armonización. Le parece tan legítimo subir como bajar impuestos: «En función de ello se tendrán mejores o peores servicios, y el electorado dirá qué combinación prefiere».

Estima que algunos impuestos no deberían haberse cedido a las comunidades autónomas. Las regiones los usan para atraer ciudadanos de otras zonas. Dicho esto, «personalmente me alegraría de que la competencia se llevase por delante Patrimonio, pero no Sucesiones. El primero es un mal impuesto que habría que eliminar (al menos tal como está diseñado ahora) y el segundo creo que cumple una función positiva que más que compensa sus posibles costes, siempre que se mantengan tipos modestos».

Sobre una reforma fiscal, este experto intentaría ampliar las bases tributarias todo lo que se pueda, para mantener los tipos más bajos posibles.: «Tenemos que decidir qué cesta de bienes públicos y protección social queremos sabiendo que tenemos que pagarla nosotros con impuestos. En las próximas décadas, en las que se acelerará el proceso de envejecimiento de la población, es previsible que las necesidades de gasto en pensiones, dependencia y sanidad aumenten, y eso hará que los impuestos tengan que subir. Pero habría que hacer todo lo posible por minimizar esa subida, tratando de ser más eficientes y de ahorrar en lo que se pueda».

Sobre la fijación del impuesto de Sociedades al 15 %, estima que, si al final lo que pagan las empresas está por debajo del tipo impositivo, será porque están aplicando deducciones y otros beneficios fiscales que están en la ley: «Si se considera que esos beneficios son excesivamente generosos, redúzcanse o elimínense, pero no tiene mucho sentido ofrecer incentivos con una mano y retirarlos después con la otra a través de un tipo mínimo». Y sobre el récord de recaudación que se prevé el año que viene en IRPF (100.000 millones), admite que lógicamente recae sobre la clase media, porque es la más amplia. Los ricos son pocos: aunque cada uno pague mucho, la recaudación total será limitada.

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