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Colas en entidades bancarias

Colas en entidades bancariasEl Debate

Testigo directo

Las eternas colas en los bancos que se ceban con las personas mayores

Comprendo que en momentos tan difíciles como los actuales hay muchas cuestiones que producen gran preocupación, pero entiendo debo denunciar una gran preocupación de la que se habla y vive en las calles, pero no parece ocupar tiempo en los medios de comunicación. Colas en los bancos.

El cierre de oficinas bancarias ha acarreado, no solo la eliminación de oficinas bancarias y muchos puestos de trabajo, si no también ha traído un mal servicio a los clientes y situaciones vergonzantes y bochornosas para los usuarios en general y las personas mayores en particular. Me parece humillante comprobar esas largas filas de personas en la calle delante de las sucursales bancarias; personas horas de pie, apoyadas en bastones algunas, incluso en sillas de ruedas otras (se pueden aportar fotografías) aguantando calor y terrible sol en verano, frio, viento, lluvia, en invierno: ¿qué pasara cuando lleguen las nevadas y en los lugares donde ya las hay en estos momentos?

Las Administraciones Publicas no pueden callar ante esta situación. Es cierto que hablamos de empresas privadas, los Bancos, pero ¿no fueron rescatados muchos de ellos? Por eso precisamente, se debería exigir una mayor racionalidad y tomar las oportunas medidas que palien situaciones aberrantes y hasta inhumanas. No todo ni todos pueden tramitar a través de un cajero automático, y son incontables las veces que la maquinita responde: no puede realizarse ahora esta operación; vaya al cajero más próximo de la entidad; y muchas veces no existe: averías u otras causas que impiden la operación solicitada. Tampoco muchas personas mayores tienen fácil acceder al cajero o realizar operaciones a través de internet; ‘no, no, usted hágalo a través de internet!!’, ‘pero no tengo internet’. Lo he escuchado muchas veces. Da igual cualquier protesta. He visto a muchas mayores acompañadas de algún nieto para poder realizar operaciones y tampoco es fácil solicitar una cita.

Soledad y aislamiento

Tristemente, hay muchas personas que viven solas, ¿necesitan contratar a un ayudante? Hasta desde el punto de vista psicológico han aumentado la soledad y el aislamiento de muchas personas de edad que al acudir a la oficina bancaria con su cartilla para realizar cualquier movimiento u operación establecían contacto con otras, mantenían diálogos con empleados y directivos, viejos conocidos. Hemos pasado un larguísimo confinamiento, la pandemia se ensañó con los mayores y ahora todo parece encaminarse a aislarlos aún más y dificultar su vida.

Yo no veo las oficinas de las entidades bancarias vacías, si veo a trabajadores agobiados, han sido reducidos a mínimos y también viven las duras condiciones impuestas.

Habría mucho que exponer sobre esta cuestión, las ganancias de los bancos, los sueldos de consejeros y ejecutivos, el numero de estos, las primas, las fusiones, el cierre de oficinas y su localización, pero este seria otro tema, hoy se quiere resaltar que debe pensarse en solucionar la grave situación. En el caso concreto de los mayores, se trata de las personas que en su día se esforzaron para sacar este país adelante e incluso educados en el ahorro proveerse de este de cara a su futuro y también de los suyos y no puede ser que ahora todo les vaya en contra exigiéndoles unos conocimientos y habilidades tecnológicas que pueden no ser factibles para una gran mayoría. Las colas existen, nos hacen perder tiempo e incluyen a gente de todas las edades. Justifiquen porqué. Pero no cerremos los ojos ante esta preocupante realidad.

Pondría miles de ejemplos, pero cito uno que ha causado revuelo e incomodidad en un municipio gallego, seguro ocurre en muchos otros, pero este lo conozco bien: Verín, Ourense, 13.817 habitantes, la comarca muchos más, partido judicial de entorno a 50.000 personas.

Una única oficina del Banco de Sabadell, enraizada en la comarca por haber accedido a ella la entidad al adquirir el antiguo Banco Gallego, de tal manera que el Banco catalán en esa comunidad lleva el nombre de Banco Sabadell-Gallego. Sorpresivamente los clientes del banco se encontraron una mañana con el cierre de este y un letrero en la puerta de la entidad que decía: ‘podrán realizar las operaciones en el cajero’. Se supo que esta oficina había sido trasladada al municipio de Xinzo de Limia, 9.836 habitantes. La distancia de una a otra oficina es superior a los 30 km y en el caso de algunos de los pueblos de la comarca de Verín 70, 80 o incluso 100 km. Nada tenemos, y nos agrada que se mantenga la oficina en Xinzo, pero no estamos de acuerdo, con el cierre de la de Verín. Es evidente que para el Banco, no cuentan las personas, sino los números.

En la España rural

Mucho se habla de la España vaciada, de la España rural y el interés en revertir esta situación, sin embargo, este caso es una prueba más de como cada vez se eliminan más servicios en esa España rural.

Si bien al principio dije que estamos en un momento de graves preocupaciones esta situación puede y debe ser solucionada a poco que se tome el mínimo interés. La solución es posible y no tiene espera. ¡El ‘Vuelva usted mañana’ del tan certero artículo de Larra de hace casi 200 años no debería estar de actualidad en los tiempos de la tecnología! 

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