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La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia CalviñoEFE

Análisis económico

Sra. Calviño, pintan bastos

La ministra ha tenido muchas oportunidades de hacerlo bien y siempre lo ha hecho mal

Lo bueno que tiene la baraja española es que sus cuatro pintas son adecuadas permanentemente para definir una situación, un momento o una tendencia.

Deberíamos estar hablando que pintan copas por las fechas en las que estamos: las cenas de empresas, la cena de Nochebuena, las comidas de amigos y porque ha venido la Lotería Nacional.

Lo malo es que estamos diciendo que pintan bastos a quien tendríamos que decirle que pintan oros, porque a la ministra de Economía, cuando le dices que pintan oros, es que sabe que lo ha hecho bien, como lo hizo Luis de Guindos en los últimos años de ministro de Economía, y de ahí su salto espectacular a vicepresidente del Banco Central Europeo.

¿Y por qué decimos a la Sra. Calviño que pintan bastos, cuando además ella cree que lo está haciendo bien y que habría que regalarle la oreja diciéndole permanentemente que es la mejor? Le decimos que pintan bastos porque desde su llegada al Gobierno ha tenido muchas y sonadas oportunidades de hacerlo bien y siempre lo ha hecho mal.

Hagamos un poquito de historia y veremos que nuestra ministra no ha acertado ni en una decisión desde que este país entró la pandemia. Cuando su presidente anunció las medidas de recuperación en aquel famoso «aló presidente» el 17 de marzo de 2020, en el que anunció 200.000 millones de euros de ayudas, pero sólo 117.000 gubernamentales, tendría que haberle dicho que los 200.000 millones tenían que ser del Gobierno: que la banca no iba a poner ni un euro, como así ha sido, y que con sólo ICO en préstamos no íbamos a recuperar la economía española. Alemania colocó 750.000 millones de euros encima de la mesa, de los cuales 250.000 millones fueron a fondo perdido.

Cuando sabía que el año 2020 terminaba siendo un desastre y tenía datos de que casi íbamos a caer un 11 % en el PIB y que íbamos a ser el peor país de la Unión Europea porque las medidas para paliar los efectos de la pandemia habían sido totalmente insuficientes, va y presenta unos presupuestos para 2021 con un plan de gastos desorbitado, un déficit inaceptable y encima un cuadro macro económico que decía que íbamos a crecer un 9,8 %.

Los presupuestos se aprobaron gracias a los independentistas y cuatro meses después tuvo que reducir ella sola el crecimiento al 6,5 %; pero eso sí, mantuvo que iban a llegar de Europa 27.000 millones que seguían en el presupuesto de gastos, pesando como una losa y que según ella misma afirmaba iban a suponer 2,5 puntos del PIB.

Viene Von der Leyen a Madrid y anuncia que en agosto llegarán 9.000 millones y en diciembre otros 10.000 millones. Se pierden por el camino 9.000 millones y los últimos 10.000 millones no han llegado todavía, y por lo tanto no van a ayudar al crecimiento de este año. Ella misma con su equipo pudo en agosto haber reestimado el crecimiento y haberlo bajado del 6,5 % al 5 % por culpa de la no llegada de los fondos europeos.

Pero, o su negligencia o su fidelidad política al todopoderoso Sánchez, hizo que callase y que siguiese anunciando la capacidad de la economía española de crecer al 6,5 %, cuando mes a mes iban saliendo noticias alarmantes de todos los grandes organismos diciendo que España no iba a llegar a esas cifras (Fondo Monetario Internacional, OCDE, FUNCAS. FEDEA, Colegio de Economistas y por último el Banco de España).

Ya todos sabemos que del 9,8 % original al 6,5 % de abril, nos vamos a quedar en un pírrico 4,5 % de crecimiento (veremos si llegamos), y además ya sabemos que del 7 % presupuestado para 2022 no vamos a superar el 5,7 %, según dice el Banco de España.

Además, la Sra. Calviño mantiene una estrecha pelea cuerpo a cuerpo con la ministra comunista Yolanda Díaz de la que en cada asalto sale medio noqueada.

La Sra. Ministra está fuera de combate. Ella lo sabe y quiere buscarse acomodo por el mundo, sea donde sea, porque sabe que España va muy mal, pero también sabe que va a ir peor. Sabe que la Reserva Federal de los Estados Unidos está reduciendo la compra de deuda a pasos agigantados, que ya ha anunciado que tendrá que subir los tipos de interés y sabe que el Banco Central Europeo va detrás; que Lagarde ya ha anunciado que va a reducir compra de deuda (tienen el 40 % de la española) y no le va a quedar otro remedio que subir también los tipos de interés, y que eso va a ser mucho más duro incluso que el retraso de los fondos europeos, que España va a tener mucha dificultad en colocar su deuda y que lo va a tener que hacer a tipos de interés más altos, por no decir muy altos.

Sabe, porque ella ha hecho los presupuestos, que hay que renovar este año 95.000 millones de euros que vencen y que hay que colocar al menos 65.000 millones de euros más que es el déficit previsto, y que están presupuestados el sacarlos al mercado (realmente al Banco Central Europeo) al 0 % de tipos de interés.

Sra. Calviño, pintan bastos, y los pintan para España, que no ha hecho bien sus deberes, y para usted, que ha colaborado, por no decir que ha sido su máximo ejecutivo en el desastre que se le viene al Ministerio, al Gobierno, y por ende a su posible colocación en organismos internacionales. Ha quemado todo su prestigio en hacer mal las cosas a sabiendas y lo va a pagar primero usted, después su jefe, el todopoderoso Dr. Sánchez, y al final lo pagaremos todos los españoles.

Sra. Calviño, pintan bastos; pinta el As de bastos y no tiene cartas para sacarlo de la mesa.

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