Conflicto Rusia-Ucrania
España acumula reservas de gas para toda Europa ante el posible corte de Rusia
España, que ha multiplicado por siete sus importaciones de gas norteamericano, cuenta con la mitad de las regasificadoras de toda Europa. De ellas saldrá la alternativa a la energía rusa
España ya ejerce como centro de distribución del gas que Europa está importando de Estados Unidos para minimizar su dependencia de Rusia. La Unión Europea ya ha comenzado a protegerse ante las primeras consecuencias que el posible estallido de la tensión en Ucrania podría generar en materia energética.
Las importaciones españolas de gas estadounidense comenzaron a dispararse desde el pasado octubre de 2021, hasta llegar a su máximo alcanzado en enero de este año. En concreto, España ha multiplicado casi por siete la llegada de Gas Natural Licuado (GNL) procedente de EE.UU., con respecto a enero de 2021. Durante el primer mes de 2022, Washington exportó 13.103 GWh de GNL en barcos que atracaron en puertos españoles. Dicho gas ya ha comenzado a almacenarse en las regasificadoras peninsulares, para distribuirse entre los países europeos que mayor exposición tienen al gas ruso, según ha podido confirmar El Debate.
España ha multiplicado por siete sus importaciones de gas de EE.UU.
Esta medida sería transitoria, hasta que Bruselas cierre el acuerdo que convierta a Qatar en el principal suministrador de gas de la Unión Europea. Desde Estado Unidos varios senadores ya han alertado de la mella que el incremento de las exportaciones está provocando en las reservas y yacimientos del país.
El destino del gas almacenado en plantas españolas iría destinada a aquellos países con mayor dependencia de Moscú. Entre los países que mayor cantidad de energía rusa consumen se encuentra Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Italia, Macedonia, Rumanía, Moldavia, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Turquía, pero también Austria, Francia, Alemania, Hungría y Polonia.
Además, España también ha elevado -durante los últimos tres meses- la cantidad de GNL procedente de Nigeria, multiplicando con dos lo recibido en enero con respecto a hace un año.
El Debate adelantó el pasado 4 de febrero que España se convertiría en la puerta de entrada del gas alternativo al ruso. La situación geográfica y la fuerte inversión en regasificadoras que, durante las últimas décadas, se han llevado a cabo en el país, hacen de España una pieza clave dentro del conflicto que Rusia está librando con la comunidad internacional.
Más de la mitad de las plantas de almacenamiento de gas en Europa, están en España. «España tiene mucha más capacidad de procesar gas, que ningún país de Europa, por lo tanto, es una solución viable», aseguró Antonio Turiel, investigador científico del CSIC en declaraciones a El Debate, que advirtió – no obstante- de que esta alternativa «no solucionará el problema de dependencia de Europa del gas ruso».
No obstante, el coste de envío del gas desde Estado Unidos a través de buque metalero es muy alto. Ya que el transporte de GNL demanda un control de temperaturas muy bajas, lo que requiere de una infraestructura y una labor muy precisas. Cuanto mayor es el trayecto, más altos son los costes que implica el envío de energía.
Una situación que ya ha afectado a los precios del gas. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, confirmó este lunes que habrá «turbulencias de precios», fruto del inminente choque de Rusia con Ucrania.
«Todo apunta a que puede mantenerse como un elemento de presión al alza en el precio de las materias energéticas, lo que no es positivo en ninguna economía y menos en la economía europea que tiene una alta dependencia del gas ruso», ha explicado.
El envío de GNL estadounidense a Europa -a través de España- es un ‘parche’, dado el enorme coste que supone y el desgaste que esto esta suponiendo en las reservas norteamericanas. Es por ello, por lo que Bruselas necesita cerrar un acuerdo estable con Qatar con el que garantizar la supervivencia del suministro.