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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, recibido por su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, recibido por su homólogo marroquí, Aziz AjanuchEFE

Crisis energética

La visita de Sánchez a Marruecos dinamita las negociaciones entre Naturgy y Argelia por el gas

La empresa española lleva siete meses negociando la renovación del suministro a través de Medgaz. Reynés reconoce que las decisiones políticas impactan en las conversaciones

El viraje político del Gobierno con respecto al Sáhara enturbia las negociaciones que Naturgy mantiene abiertas con Argelia. En plena crisis energética, la compañía española –poseedora de un 49 % de Medgaz junto a BlackRock– trata de acordar una revisión del precio de la energía que transita por el único gasoducto activo del que se nutre España.

«No van a ser fáciles puesto que todo influye», decía el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, este jueves en un acto con directivos. La posición en la que Argelia se sienta a la mesa no podía ser más ventajosa para sus intereses. Con el agravio sobre el Sáhara muy fresco, el único proveedor de gas por tubo exigirá elevar los precios. «Las relaciones con los argelinos son buenas», dicen desde Naturgy tras siete meses de conversaciones.

En octubre de 2021 Sonatrach –la empresa pública argelina– y la compañía liderada por Reynés iniciaron las reuniones para renovar los términos del acuerdo de suministro. Uno de ellos fijará el precio de venta. La compañía reconoce que los argelinos no van a rebajar el precio, «en el contexto actual es difícil pensar que esto vaya a ocurrir», afirman. «Cualquier indicación política en decisiones argelinas tiene mucho más impacto que en una negociación entre compañías privadas», aseguro el también consejero delegado de Naturgy, el mismo día que el presidente del Gobierno viajó a Rabat para apuntalar las relaciones entre ambos países.

Reynés reconoce que las «indicaciones políticas» influirán en las negociaciones

«Argelia va a utilizar el gas como una herramienta para negociar otros asuntos con España», anticipa Ana Isabel Jiménez, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, que afirma que nuestro país no cuenta con alternativas de gas rentables.

Argelia no ha ocultado sus intenciones. El régimen de Abdelmadjid Tebboune tiene una lista de clientes prioritarios de la que podría tachar a España. Con el precio del gas por encima de los 100 euros, y el encarecimiento extra que supone el traslado del gas natural licuado (GNL) procedente de EE.UU. o Nigeria, España necesita atar su contrato con Argel.

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune

El presidente de Argelia, Abdelmadjid TebbouneAFP

Sin embargo, los planes de desconexión de la energía rusa han agitado a nuevos competidores. Uno de ellos es Italia. El país busca suministradores alternativos que le permitan reducir sus compras de gas a Putin. Y Argelia ha respondido a la llamada. Ambos países están conectados por un potente gasoducto (Transmed) que nace en pleno corazón del país norteafricano, y que cruza Túnez con destino a Sicilia. Con una capacidad muy superior a Medgaz, la tubería transmediterránea podría incrementar sus envíos a petición de Roma.

El acuerdo puede acabar en arbitraje

En este contexto avanzas unas negociaciones –las españolas– que podrían terminar en un tribunal de arbitraje internacional, dado el desacuerdo entre las partes. «Tiene dos salidas, o un acuerdo o un arbitraje internacional en la Cámara de Comercio de París», apuntó Reynés. Fuentes cercanas a las conversaciones no descartan que la disputa acabe resolviéndose en la Corte de la capital francesa.

Lo que sí está garantizado es el suministro de gas argelino. «No existe una amenaza real de un corte unilateral», apuntan fuentes del sector que descartan que la ausencia de buques metaneros procedentes de Argelia tenga relación con los acontecimientos geopolíticos actuales.

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