Sin medidas
El Gobierno consigue el desgobierno de la Administración con el teletrabajo
Algunos centros siguen manteniendo las medidas de la pandemia, pero no hay ni rastro del ahorro energético
El Gobierno se ha atascado en su propia burocracia. Aunque Sánchez ya no lleve corbata y las temperaturas de los edificios tengan que estar reguladas, la Administración sigue viviendo su particular vía crucis para regular cualquier cosa.
En este caso es el teletrabajo. La promesa del Gobierno fue la de publicar leyes para que aquello que hicieron los funcionaros durante la pandemia se extienda con la excusa del ahorro energético.
Teletrabajo
No será suficiente con que los edificios públicos estén a 19 grados, también será importante saber qué días tienen que ir los funcionarios a trabajar y qué días pueden quedarse en casa.
Entrar, por ejemplo, al edificio de Hacienda en Madrid supone ver muchos puestos de trabajo vacíos. En algunos casos son por el desayuno al que tienen derecho los trabajadores que se ha prolongado más de la cuenta y, en otros, es porque el empleado público trabaja desde casa.
Pero estas ausencias llegan desde la pospandemia. La orden ministerial del 25 de mayo que salió publicada en el BOE por el que se aprueba el plan de medidas de ahorro y eficiencia energética de la Administración General del Estado y las entidades del sector público institucional estatal no se ha regulado y cada centro hace lo que buenamente cree conveniente con el consiguiente enfado de los trabajadores que han hecho llegar a la ministra Montero.
La racionalización del uso de los edificios administrativos, las medidas de ahorro energético, el control del alumbrado, promover el uso de transporte público o el refuerzo del trabajo a distancia ha quedado en papel mojado meses después.
El futuro de los funcionarios pasaba por trabajar tres días desde casa y dos en el edificio donde prestan habitualmente sus servicios siempre que su labor no fuera cara al público.
Sin futuro
Incluso se habló de la posibilidad de adelgazar la lista de edificios que son propiedad del Gobierno o de las administraciones si se conseguía una formula óptima de teletrabajo.
Pero nada de eso ha llegado. El Gobierno ha conseguido aún más desgobierno en la Administración con algo tan sencillo como gestionar el teletrabajo con el ansiado fin del ahorro energético.