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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto al secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, Joaquín Pérez.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto al secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, Joaquín PérezEFE/ J.j.guillen

Díaz pone el foco laboral en el tiempo libre aunque nuestra productividad cae el triple que en la eurozona

La ministra apuesta por trabajar menos cobrando lo mismo, y por gastar en los jóvenes con los 20.000 euros de 'herencia universal'

La herencia universal que propone Yolanda Díaz tiene un coste elevado. Los 20.000 euros que recibiría cada joven al cumplir 18 años sumarían 10.000 millones, teniendo en cuenta que cada año 500.000 españoles alcanzan la mayoría de edad. Por compararlos con otra cantidad significativa, la revalorización de las pensiones llegará a los 14.000 millones.

La diferencia entre los pensionistas y los jóvenes está en que los primeros han trabajado y cotizado toda su vida para que el Estado le devuelva en alguna medida su aportación, y los segundos no han hecho nada para ganarse esa ayuda. La forma de financiar la herencia universal tampoco parece tener unos fundamentos muy sólidos. Díaz pretende subir el impuesto de patrimonio al entorno del 10 % cuando, en los pocos lugares en los que existe, está alrededor del 1-2 %. Los llamados ricos no financiarán esa herencia universal: se irán.

Además de esta idea para captar votos, Díaz no se conforma con pedir a los empresarios que paguen más o que reduzcan la semana laboral a cuatro días: también quiere que los trabajadores tengan más tiempo libre, algo que equipara a «vivir con dignidad».

La propuesta se realiza cuando España tiene el 13,26 % de paro, el doble que la media de la eurozona, alrededor de cuatro millones de parados reales y una productividad que baja en España el triple que en el conjunto de la eurozona.

La productividad cae en España desde la crisis financiera (años 2008-2013). Se sitúa tres veces por debajo de la que muestra la eurozona desde el periodo previo de la pandemia (años 2017-2018) y hasta el año pasado, según los datos de Eurostat.

El auge del empleo público y la proliferación de trabajos con bajo valor añadido están entre las causas de la baja productividad española, que se ubicó en 94,2 puntos en 2022 frente a la base 100 de la media de la eurozona, los 102,2 puntos de Alemania, los 105 de Italia o los 111,4 de Francia.

España ha perdido casi ocho puntos de productividad en los cinco últimos años, más del triple de los 2,6 puntos que ha caído la eurozona en este periodo, según los datos de la oficina estadística europea.

Bruselas ha llamado la atención a España por esta cuestión y revisa la evolución de la productividad cada trimestre. Frente a esta vigilancia, Yolanda Díaz piensa que las mejores soluciones son reducir la semana laboral a cuatro días con el mismo sueldo, regalar 20.000 euros a los que cumplen 18 años y poner el foco en el tiempo libre.

Otros países, como Irlanda, han optado por otra estrategia. Su apuesta por la tecnología y por los impuestos bajos para atraer grandes multinacionales se ha traducido en que ha pasado de los 140 puntos que marcaba en el índice de productividad de Eurostat hace una década a los 215,8 que muestra en la actualidad, muy por encima de la media de la UE. Como consecuencia el salario medio allí ha subido de los alrededor de 42.000 euros en 2012 a los casi 55.000 de la actualidad. En este mismo periodo España ha subido de casi 26.000 a unos 28.000, el salario medio que Irlanda tenía en el año 2000.

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