La cifra de negocios empresariales cae un 4,4 % desde diciembre
Nuestra economía se está parando, por no decir que se ha parado
El Instituto Nacional de Estadística publica todos los meses el Índice de la Cifra de Negocios Empresarial de la economía española. Es «una operación que permite obtener un indicador de coyuntura económica, que mide la evolución a corto plazo de la cifra de negocios, de forma conjunta, para los sectores económicos no financieros: Industrias extractivas y manufacturera, Energía eléctrica y agua, Comercio y Servicios no financieros».
«Para obtener este indicador se utiliza información de tres encuestas elaboradas por el INE: los Índices de cifras de negocios en la industria (ICN), los Indicadores de actividad del sector servicios (IASS) y los Índices de comercio al por menor (ICM). Para el resto de los sectores que no investiga el INE, la información se completa con datos proporcionados por la Agencia Tributaria».
En definitiva, nos proporciona datos de cómo evolucionan los negocios mes a mes a través de unas encuestas a empresarios, más los datos de recaudación que proporciona la Agencia Tributaria al INE.
Este Índice tiene como base 100 en 2015 y, por lo tanto, es un referente de como ha evolucionado la economía con respecto a ese año.
Desde el 2015, el momento en que el Índice ha llegado a su punto más alto fue en junio de 2022 en el que llegó a 160,876 y desde entonces encadena caídas con alguna pequeña recuperación en meses puntuales.
A pesar de que, como he dicho, junio del 2022 fue el máximo alcanzado, el análisis lo vamos a desarrollar comparando con hace un año, mayo del 2022 y con respecto a diciembre para ver cómo se sitúan los negocios empresariales con respecto al 31 de diciembre de 2022.
Si lo miramos con respecto a mayo de 2022, lo primero que vemos es que todos los subíndices son negativos, lo cual quiere decir, que respecto del segundo trimestre de 2022 que el PIB creció un 2,6 %, la economía empresarial, sin contar la banca, va hacia abajo, a pesar de que el turismo ha crecido de forma sustancial.
El índice general nos da una bajada del 2,5 %. La industria, baja más que la media nacional del índice, cayendo un 2,8 %. Este dato produce una inquietud profunda porque estamos hablando de casi el 20 % del PIB, que es lo que representa el sector industrial en el total de nuestra economía.
Lo que es espectacular es la caída de la cifra de negocios de la energía eléctrica, que baja un 27,1 %, como consecuencia del acoplamiento de los precios, que venían tremendamente influenciados por la guerra de Ucrania y por la crisis con Argelia. Sobre la primera no tenemos ninguna capacidad de influencia, mientras que en la segunda fue un cambio de rumbo de la política exterior, que todavía estamos pendientes de entender.
El índice del comercio nos muestra una caída mucho menor que la media, un 1,2 %, pero que claramente muestra que el comercio nota la falta de liquidez que tienen muchas familias para llegar a fin de mes.
Y el índice de los servicios no financieros, con una bajada del 6,2 %, muestra otra de las caras oscuras de nuestra economía, que es sobre todo una economía de servicios en donde el turismo que crece y mucho, no es suficiente como para hacer crecer a todo el sector servicios.
Pero si comprobamos lo que ha pasado con respecto a diciembre, estos índices nos van a clarificar de forma mucho más explícita como está la economía del 2023.
El índice general nos dice que la cifra de negocios empresarial ha caído, en los 5 primeros meses del año, un 4,4 % con respecto a la situación de final de año. Este es el mayor indicador de que nuestra economía se está parando, por no decir que se ha parado.
La industria, posiblemente por la parte del automóvil, que está tirando en exportaciones, puede estar favoreciendo que el negocio en este sector esté en positivo y con una subida del 10,4 %.
En cambio, el sector energético, que sigue sosteniendo unos impuestos totalmente inaceptables, se da el bofetón del siglo, con una caída de la cifra de negocios estimada en un 37,8 %.
El comercio, del cual depende casi el 30 % de nuestro PIB, se da en mayo otro «galleta» con una bajada del 5,2%, que demuestra las dificultades de las economías domésticas para poder mantener su nivel de compras. Aquí se muestra, claramente, por qué cayó la recaudación de IVA en el mes de mayo por primera vez en mucho tiempo.
Por último, los servicios no financieros siguen cayendo, menos que mirados anualmente, pero un 3,8 % suficientemente preocupante para el efecto que puede tener sobre el PIB del segundo trimestre que está a punto de aparecer.
El próximo día 28 de julio es un día clave en calendario. Conoceremos el IPC adelantado de julio, el PIB del segundo trimestre y muchos españoles empezarán sus vacaciones de verano.
Los que vamos a seguir al pie del cañón seguiremos informando de la economía y de sus vicisitudes.
De momento, y a falta de lo que nos cuente el INE el viernes, los datos económicos de la cifra de negocios empresarial no son nada buenos y no auguran buenos resultados.