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19 de septiembre de 2024

Una oficina de empleo en Moratalaz.

Una oficina de empleo en Moratalaz.Alberto Ortega - Europa Press

El coste salarial del Estado ha crecido en casi 100.000 millones desde 1996

El próximo gobierno tiene el reto de de bajar el gasto público los próximos años a través de la digitalización y redefinición de todos los procesos administrativos

Llevaba tiempo pensando en escribir algo sobre la evolución de los costes salariales del Estado español a lo largo de los últimos cuatro presidentes y, a su vez, cómo se ha distribuido y en dónde está la grasa acumulada a lo largo del tiempo.

Pedro Sánchez acaba de publicar la convocatoria de oposiciones más grande la de historia de la democracia, que puede llevar el incremento de los costes salariales anuales a unos 170.000 millones de euros cuando el 31 de diciembre de 1995 teníamos unos costes consolidados de todo el Estado de 50.337 millones de euros.

Desde 1995 hasta aquí, además de la evolución del teléfono móvil, todo lo que se refiere al mundo de las tecnologías y de las comunicaciones ha supuesto un avance de tal tamaño y categoría que ha revolucionado a prácticamente todos los sectores económicos.

El otro día, mi amiga Patricia Sanz publicaba un artículo según el cual la banca ha reducido 28.000 oficinas desde 2008 y va en un proceso de cierre de 900 en el último año, y no piensa parar. El motivo de la reducción de oficinas es muy claro y se llama digitalización, que supone un cambio completo del modelo de negocio, precisamente por la digitalización.

Hay empresas que cayeron y desaparecieron por no saber adaptarse al cambio de paradigma de los negocios, otras nacieron, y otras se recuperaron y siguen creciendo al lado de la digitalización.

Mientras, el Estado español sigue mirando para otro lado y convoca nuevas oposiciones anunciando a bombo y platillo que vamos a crear más empleo público que, por supuesto, pagaremos con más impuestos. Y, si no llega el dinero, con más deuda.

El próximo gobierno tiene el reto de de bajar el gasto público los próximos años a través de la digitalización y redefinición de todos los procesos administrativos para conseguir una Administración accesible a través de los teléfonos móviles, desde cualquier lugar y a cualquier hora y con la seguridad que pueden dar a determinadas aplicaciones el desarrollarlas en Blockchain.

La Inteligencia Artificial bien aplicada va a añadir enormes posibilidades a la digitalización. Ya que vamos en el furgón de cola, también en estos aspectos en la UE, ha llegado la hora de dar un salto estratégico y colocarnos en el primer vagón, amortizar puestos de trabajo, sobre todo los de los amigos colocados a dedo y hacer que nuestro coste sea el mayor de la Unión Europea.

Porque como sigamos con la pendiente que tiene hoy toda la Administración del Estado, en un momento nos comeremos en salarios el 50 % de los gastos y no quedará dinero para nada.

Veamos que ha pasado desde que Felipe González abandona su puesto. A cierre de 1995, nuestros gastos de personal eran de 50.337 millones y se dividían en un 35,4 % para la Administración Central, un 38,1 % para las Comunidades Autónomas, un 15,8 % para las Corporaciones Locales y un 10,7 % para la Seguridad Social.

La llegada de José María Aznar supone una hecatombe en gastos, estos crecen en 28.431 millones de euros, que supone el mayor incremento jamás llevado a cabo hasta ahora, pues crece en un 56,5 % el gasto de personal.

Eso sí, hay un cambio de organización de los gastos, la Administración Central consigue bajar sus gastos un 6,0 % y pasa a representar un 21,3 %. Pero, en cambio, las CC.AA. se disparan un 143,1 %. Su gasto se va 46.559 millones, que pasan a representar el 59,1 % de todos los gastos de personal.

Comenzó con Aznar

Las CC.LL. crecen también una auténtica barbaridad al hacerlo un 69,5 % y suben su peso hasta el 17,2 %. La Seguridad Social baja un 63,8 % su gasto, pasando a representar el 2,5 % del total.

Hay que reconocer a Aznar su parte de responsabilidad. Consigue bajar los gastos de personal, pero autoriza a las Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales unas subidas de empleo público que deberían de haberse evitado.

Llega José Luis Rodríguez Zapatero y tenemos una réplica del seísmo. Sube los gastos de personal un 55,3 %, pero en valor absoluto se convierte en la mayor subida de gastos de personal de la democracia, con un incremente de 43.526 millones

Con el mandato de Zapatero sube todo, desde la Administración Central, que lo hace un 41,4 %, las Autonomías, que lo hacen un 59,0 %, los Ayuntamientos y Diputaciones, que suben un 62,2 %, y hasta la Seguridad Social, que sube un 35,8 %. Es el gran momento del socialismo: que vengan, cuantos más mejor, a la fiesta.

Y llega la crisis y Mariano Rajoy. Durante su mandato consiguió demostrar que el mundo es una esfera y en seis años consigue que los gastos de personal solo crezcan un 1,0 % y se incrementen en 1.207 millones.

Estamos ante algo que demuestra que, si se quiere, se puede. Baja los salarios en la Administración Central, en un 1,4 % y esta se queda en un 18,9 % del total del gasto. Frena en seco la subida de las Comunidades Autónomas, con solo una subida del 1,1 % en 6 años. Permite una subida del 3,9 % en las Corporaciones Locales y vuelve a bajar el gasto en la Seguridad Social, un 5,5 %.

Y cuando se había demostrado que parar los gastos era posible, llega el sanchismo y vuelta a las subidas descontroladas. En tres años y medio, Pedro Sánchez permite subir hasta 2021 los gastos de personal un 19,5 %. Suponen 24.059 millones de subida, con una subida del 13,4 % de la Administración Central, un 22,6 % de las Comunidades Autónomas, un 16,4% de las Corporaciones Locales y un 9,6 % de la Seguridad Social.

Por encima de 165.000 millones

En definitiva, cerramos 2021 con 147.560 millones, sabemos que hemos cerrado, pero no está distribuido en 2022, con 153.000 millones y vamos a superar con mucho los 165.000 millones, seguro, este año.

Pero esta situación es insostenible y lo mejor que se debe hacer es crear un Ministerio de la Digitalización que tenga la responsabilidad de cambiar todos los procesos desde la Justicia hasta la Industria, pasando por la Educación y siguiendo por Sanidad.

Madrid, con Isabel Díaz Ayuso, ya ha empezado y vuelve a demostrar que, como siempre, va por delante.

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