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Un empleado público durante su jornada laboral, en la oficina de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.

Un empleado público durante su jornada laboral, en la oficina de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.EP

La cara B del recorte a la jornada laboral que divide a empresas y trabajadores

La jornada laboral efectiva es ya de 37,8 horas en España pero la disparidad es enorme entre las 34,8 de los trabajadores del sector público y las 42,3 del privado

El recorte de la jornada laboral a 37,5 horas divide a trabajadores y empresarios. Las empresas se han posicionado abiertamente en contra, avisando de que tendrá un fuerte impacto sobre los costes laborales. Según estudio de Adecco, siete de cada diez empresas no ven viable implantar una semana laboral de cuatro días, el final del camino de la iniciativa de Yolanda Díaz, según su programa electoral.

Según la CEOE y Cepyme el acuerdo bipartito «tendrá un impacto negativo en la actividad de las empresas, en especial de las pymes y autónomos, y por tanto para el crecimiento de la economía y la creación de empleo en España». El Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria estima que el aumento de los costes laborales puede llevar a una merma del empleo del 1,8 %. E implicará, además, «destrozar la competitividad de la economía española en una sociedad con una productividad tan baja», en palabras de Javier Campo, presidente de la patronal de gran consumo Aecoc.

Por el contrario, de acuerdo con los defensores de la jornada reducida, trabajar menos horas se compensará porque seremos más productivos durante nuestra jornada laboral. Un estudio realizado en Reino Unido en junio de 2022 con 70 y 3.300 empleados constató que un 95 % de las compañías habían mejorado su productividad. También hay pruebas piloto en EE. UU. o Canadá. Y cerca de 40 empresas están participando en un programa de pruebas puesto en marcha por el Ministerio de Industria, subvencionadas por la Escuela de Organización Industrial (EOI). Cuentan a su favor con la opinión de la mayoría de los trabajadores: el 66,5 % está a favor de la jornada de cuatro días, según el mismo informe de Adecco.

Mientras en Educación el número medio de horas trabajadas es de 32,1, en Agricultura supera las 40

La jornada laboral efectiva es, de hecho, de 37,8 horas en España, según Eurostat. Muy cerca, por tanto, de lo que proponen Yolanda Díaz y Pedro Sánchez y en línea con la media europea. Pero la misma estadística, ahora con datos de la Encuesta de Población Activa, muestra por qué su implantación genera dudas, dada la inmensa disparidad existente entre las necesidades de diferentes sectores económicos.

Así, mientras en Educación el número medio de horas trabajadas en el segundo trimestre se situó en 32,1; en Agricultura, ganadería silvicultura y pesca alcanzaron las 40,7 de media. Asimismo los asalariados del sector público trabajaron, de media, 34,8 horas, frente a las 42,3 horas de la media de los trabajadores del sector privado.

«Populista y paternalista»

«Soy partidario de reducir los tiempos de exposición a un trabajo poco repetitivo, poco creativo y alienante», asegura Julio de la Torre, abogado, consultor y director general de la asesoría TGC Grupo. «Pero no estoy de acuerdo con que sea impuesto por ley ni vía convenio colectivo. Creo que es una decisión individual de cada trabajador para con su empresa, puesto de trabajo, desempeño y responsabilidad», afirma. De la Torre califica la medida de «populista y paternalista» y resalta que, aunque para muchos pueda resultar positivo, no conviene generalizar. «Disponer de más tiempo no es equivalente a ser más feliz. Está demostrado que hay gente que es feliz trabajando cuanto más mejor y demostrado que la infelicidad reside también entre ociosos», afirma.

«Desde el punto de vista de la reducción del estrés, desde el punto de vista del trabajador, tendrá más tranquilidad y felicidad y será más productivo», considera Ana Hernández, experta en gestión del estrés empresarial. «Pero como en todo hay que llevar a un equilibrio, tanto desde el empresario como desde el trabajador. El empresario va a tener menor disponibilidad de trabajadores por el mismo precio. La exigencia al trabajador en esas horas será mayor», adelanta. «Eso va a generar reactividad para el empleado: tengo que hacer en menos tiempo lo que antes hacía en más. Y, con el incremento de la presión fiscal de los últimos años, no todas las empresas podrán contratar más», considera.

Por el contrario hay quien sí se posiciona abiertamente a favor de reducir la jornada laboral. «Lo veo de manera positiva. En nuestras empresas la idea siempre ha sido trabajar menos de 40 horas y tener más conciliación», opina Alejandro San Nicolás, consultor de estrategia operativa. «Lo que no tiene sentido es trabajar más horas siendo menos productivos. La tecnología cada vez nos permite ser más eficientes. Lo que tenemos es que ser más eficientes y eliminar reuniones improductivas y tiempos de café».

En este sentido asegura que «mis clientes –compañías de 50 a 1.000 empleados– podrían permitirse esa reducción de jornada. En hospitales, residencias o en la administración pública ya tienen jornadas de 37,5 horas. Estamos muy engañados en muchas cosas. Yo visito mas de cien empresas al año y lo veo», asegura. «Mis trabajadores no trabajan mas de 32 horas a la semana. Luego ya dimensionaremos la plantilla en función de las necesidades».

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