«Las empresas de inserción son vitales para el tejido social y económico de Castilla y León»

Este viernes se ha celebrado la entrega de los galardones de la XIV edición de los Premios de la Comunidad de Castilla y León al Cooperativismo y la Economía Social que reconocen los esfuerzos de personas y entidades para contribuir al desarrollo, difusión y fomento de este la economía cooperativa.

El Premio a la mejor empresa cooperativa del año ha sido para la Sociedad Cooperativa General Agropecuaria (ACOR), cooperativa cuyo principal compromiso es garantizar la rentabilidad de las explotaciones de los más de 4.500 socios que la componen, así como defender sus intereses ante el mercado y las administraciones.

«La concesión de este premio es un orgullo, ya que supone un reconocimiento al compromiso de los socios durante los 61 años de historia de la cooperativa», señalan desde ACOR. «Este galardón nos carga de responsabilidad para no abandonar el camino». Esta cooperativa mantiene una relación directa con las consejerías de Agricultura e Industria de la Junta de Castilla y León para la protección del sector remolachero, estratégico para la región.

«También se ha trabajado de manera conjunta con la consejería de Industria para elaborar los nuevos estatutos de la cooperativa que se votarán en la próxima Asamblea General y agradecemos la diligencia que han tenido con los plazos», añaden.

Panacea se ha hecho con el Premio a la mejor iniciativa cooperativa. Se trata de una empresa puntera en el desarrollo de herramientas software y métodos de inteligencia artificial en el ámbito de la identificación humana, además de ofrecer servicios de consultoría a empresas para crear nuevos productos y servicios o hacer más sostenibles y rentables los que ya tienen en el mercado.

Además, es un proyecto cooperativo que ofrece unas posibilidades profesionales únicas en el Bierzo, una zona deprimida por el fin de la minería y el cierre de las centrales de carbón. «Cuando comenzamos nuestra actividad, estuvimos cuatro años haciendo únicamente I+D financiado en parte gracias a las ayudas a la industria TIC de la Junta de Castilla y León», señala Katia Prada, directora creativa y presidenta del Consejo Rector de Panacea.

«Hemos seguido contando con el apoyo de la aceleradora Wolaria y seguimos teniendo acceso a líneas de subvención para: internacionalización, asistencia a ferias y congresos, servicios de consultoría de I+D, solicitud de patentes, contratación durante el COVID, incorporación de socios trabajadores y un largo etcétera gestionadas por la JCyL», añade.

El Premio a la mejor empresa con otras formas jurídicas de economía social ha recaído en Comparte León, una empresa de inserción de Cáritas Diocesana que se encarga de la gestión y transformación de residuos textiles, así como la generación de empleo sostenible en la región.

«Este premio supone un reconocimiento invaluable a nuestra labor dentro de la economía social y nuestra misión de inserción laboral», comenta Javier de Rábano, coordinador general de Comparte León. «Este galardón no solo valida nuestro compromiso con la creación de empleo inclusivo, sino que también refuerza nuestra convicción de que las empresas de inserción son vitales para el tejido social y económico de nuestra comunidad», agrega.

De Rábano destaca que el apoyo de la Junta han contribuido a cubrir los costes salariales del personal que les acompaña. «La inversión de la Junta en nuestra empresa genera un retorno económico significativo: por cada euro invertido, la comunidad recibe 1,7, evidenciando no sólo una rentabilidad económica sino también un palpable impacto social. Este modelo de colaboración resalta la eficacia de las sinergias entre el sector público y las iniciativas de economía social», revela.

Finalmente, el Premio a la persona o entidad que se haya distinguido por su contribución al desarrollo del cooperativismo y la economía social ha sido para Florentino Mangas, expresidente y cofundador de la Sociedad Cooperativa Limitada Bajo Duero (COBADU).