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Escaparate de una inmobiliaria en Madrid

Escaparate de una inmobiliaria en MadridEuropa Press

«Los pisos desaparecen en horas», la ley de vivienda estrangula el mercado del alquiler

La legislación «es intrusiva y limitante», aseguran los expertos, que elevan al 50 % el retroceso de la oferta en algunas zonas

«Hay menos pisos de los que ha habido nunca y la falta de oferta es acuciante». Así definen desde una importante agencia inmobiliaria la situación del mercado del alquiler. En las grandes capitales los precios se han disparado en los últimos meses, los pisos desaparecen del mercado en apenas unas horas y los propietarios que sacan su vivienda al mercado exigen cada vez más requisitos a la hilera de aspirantes a inquilino que se disputan las escasas viviendas disponibles.

Pese a la entrada en vigor de la ley de vivienda, que limita las subidas al 2 %, los precios subirán este año un 7 %, según Pisos.com. Desde la entrada en vigor de la ley, el pasado mayo, y hasta octubre, la oferta de viviendas en alquiler ha descendido un 30,5 %, según estimaciones de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI). El director de su servicio de estudios, Ferran Font, eleva al 50 % el retroceso de la oferta en algunas áreas.

La legislación, explica Font, es «muy intrusiva y muy limitante sobre todo desde el punto de vista del propietario, que está pasando su vivienda a la venta o al alquiler de corta estancia inferior a un año, o incluso alquiler compartido, o turístico».

«Hay tantísima demanda y tan poca oferta que el propietario tiene muchísimos perfiles entre los que elegir, y puede escoger», coincide Francisco Iñareta, portavoz del portal inmobiliario Idealista. De ahí los temidos castings que tienen que pasar las personas que quieren conseguir un piso en las grandes capitales. En especial, cuenta el experto, en las áreas más dinámicas del país: Madrid, Barcelona, los archipiélagos, Málaga -donde la situación, dice, es «alarmante»- y Alicante.

De ahí la proliferación de castings, en los que los inquilinos afrontan cuestiones adicionales «sobre si tienes mascotas, se teletrabaja o se va a la oficina. Los hay que prefieren familias y prefieren solteros… es en función de la preferencia del propietario», comenta Iñareta, que asegura, categórico, que «la ley de vivienda no ha hecho más que empeorarlo todo desde el momento en el que se anunció».

Beatriz, cuyo trabajo se centra en ayudar a encontrar piso a profesores extranjeros en la capital, constata que «la gran mayoría lo tiene complicado». En un caso, expone, «les pidieron pagar un seguro de impago por no tener aquí cuenta bancaria con mucho dinero porque estaban empezando a trabajar».

«Me pidieron hasta acceso a mis cuentas bancarias para ver en qué gastaba el dinero», recuerda Bosko, que hace año y medio, antes de la entrada en vigor de la ley, optó por abandonar el alquiler y hacerse con una vivienda en propiedad. Los movimientos bancarios son información privada, pero la ley no especifica. Pedirlos «es alegal, pero en todo caso es una intromisión a la privacidad de las personas», explica Ferran Font, de Pisos.com. «La documentación que normalmente se pide debería ser más que suficiente para el propietario», asegura.

La ley de vivienda no ha hecho más que empeorarlo todo desde que entró en vigor»

Según FAI, el 25,8 % de las agencias, además, ha constatado un endurecimiento de los requisitos que deben cumplir los inquilinos para encandilar al propietario. La nueva legislación «claro que ha agravado el problema por la inseguridad que se le da al propietario», considera Miguel Ángel Gómez Huecas, presidente de la Federación de Asociaciones de Empresas Inmobiliarias, Fadei.

«Miedo» a alquilar

«El propietario tiene mucho miedo a alquilar, a los plazos de los alquileres y sobre todo al tema de los impagos: si alguien deja de pagar un alquiler se tarda muchísimo en iniciar el procedimiento de desahucio para la persona que deje de pagar. Los propietarios se piensan muy y mucho sacar al alquiler sus viviendas», opina Gómez Huecas.

En ciudades como Madrid lo normal es que, si un piso está en precio, se alquile en un día o incluso en pocas horas, cuenta Gómez Huecas. «Los mayores problemas se dan en las zonas más humildes. Como un inmueble se puede alquilar por entre 600 y 900 euros, automáticamente desaparece del mercado. Al no haber oferta, hay muchísima demanda estancada esperando que salga un inmueble».

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