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Colas en una oficina de Correos

Colas en una oficina de CorreosEFE

El caos en Correos retrasa cartas clave por priorizar la paquetería de Amazon y AliExpress

Los carteros tienen órdenes de no poner en primer lugar envíos como los del paro o las citas médicas

Los carteros de Correos están recibiendo órdenes de las jefaturas inmediatas de sus unidades de priorizar la paquetería y las cartas con fecha, que son las que controlan los panelistas de la empresa alemana especializada Spectos. Estas cartas son las que marcan los índices de calidad del Servicio Postal Universal (SPU). Si no se cumple con estos parámetros, Correos recibe menos millones de euros por ser el operador designado para el SPU.

«El engaño consiste en dar prioridad a esas cartas de fecha. Las demás (las del SEPE, citas médicas, aguinaldos, tarjetas postales, luz y cualquier otra que no venga fechada), nos dicen que no tienen prioridad. La ley postal no señala prioridad de unas sobre otras», indica Javier González, empleado de Correos y representante del sindicato Confederación General de Trabajadores (CGT). En este contexto cabe preguntarse también qué sentido tiene que se pague por las cartas urgentes: van a tener el mismo tratamiento que una carta ordinaria con fecha.

¿Por qué surge este problema? «Antes las jefaturas tenían controlados los panelistas que verificaban el cumplimiento del SPU. Al entrar una nueva empresa encargada de la verificación, se les acabó el engaño, y claro, si en todas las unidades estamos al 50-60 % de la plantilla que teníamos; si cada vez hay más personal de medias jornadas y menos de jornadas completas; si los carteros llevan secciones imposibles de asumir en sus jornadas de trabajo, y además se les manda priorizar la paquetería de AliExpress, Amazon, etc…», lamenta González, lo normal es que se retrasen las entregas no prioritarias. «Esa paquetería (la de AliExpress y Amazon) deberían llevarla las USE (Unidades de Servicios Especiales), pero los sumisos de nuestros jefes de sector y directores de zona están haciéndolas desaparecer y reducen el personal de las que quedan», añade.

Como consecuencia de este caos, se produce una situación difícil de resolver: «Lo único que dicen los representantes de algunos sindicatos amigos de la empresa a los empleados es: Tu horario es de 07.30 a 15.00 horas; lleva lo que puedas. Pero a esos sindicalistas, algunos de los cuales no trabajan desde hace más de veinticinco años, les importa poco que no lleguen las citas médicas, las cartas del paro, etc.», apunta González.

Este veterano empleado de Correos afirma que quieren hundir la compañía, y que los sindicatos más importantes (CC.OO., UGT, CSIF) no hacen nada para evitarlo: «No pueden luchar, porque han firmado el convenio colectivo, nos sacaron del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y tienen mucho que callar, porque han colocado a mucho personal con sus cursos y se llevan una cantidad de dinero importante». González se queja de que en la compañía «se sirven de las personas», asegura que hay «trabajo precario» y «cada vez menos personal».

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