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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Golpe a las autonomías: el injusto reparto del déficit que Hacienda ha trasladado a Bruselas

Los objetivos de déficit que ha enviado son muy difíciles de cumplir

Actualizada 04:30

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, conocida en el mundo entero por bailar en los escenarios, está jugando con fuego.

Entiendo que el dinero es un bien escaso y, por ello, de justa administración, pero ha presentado unos objetivos a Bruselas en los que ella sabe que hay un reparto injusto.

Un gobernante tiene que negociar, y lo tiene que hacer, no con un modelo de imposición típico de que esto se hace porque lo digo yo y, si no, te «fastidias».

Existe un modelo, que he tenido la fortuna de poder practicar y que le recomiendo a la Sra. Montero, que es el de «Técnicas de Negociación basado en el modelo de Harvard».

Este sistema es un «Método de Negociación que no se centra en ganar-perder, sino en la colaboración para crear valor. En lugar de competir para obtener el mayor beneficio posible, las partes trabajan juntas para encontrar una solución que satisfaga los intereses y necesidades de ambas posiciones, lo que también permite crear relaciones positivas a largo plazo entre las partes involucradas».

Si todos nuestros políticos aprendiesen los principios básicos de este método, posiblemente hoy nuestro país no estaría en la situación en la que estamos, pero también es cierto que para aprender hay que tener, primero, voluntad, segundo interés y tercero un poco de inteligencia. Tengo la sensación de que nuestra ministra carece de las tres cosas.

Ya sé que es muy fuerte lo que digo, pero es el método usado por el gobierno actual, y, si no, miren lo que Montero ha mandado a Bruselas:

Lo primero que ha dicho es que el déficit lo va a reducir al 2,96 %, que supone bajar de 53.159 millones en 2023 a 45.723 millones en 2024, bajando un 14 % el déficit que equivale a bajar en 7.436 millones de euros el objetivo.

Este objetivo es muy complicado de cumplir, pero eso lo iremos viendo a lo largo del año.

Lo malo no es el objetivo, es el reparto del objetivo, que es donde aparece la maldad.

Para la Administración Central, es decir, para el Gobierno, ha propuesto una subida del déficit de 16.614 millones, que es incrementarlo en un 54,6 %.

Eso sí, a las comunidades autónomas les exige que reduzcan su déficit de 13.254 millones a un superávit de 769 millones, lo que equivale a reducirlo en 14.023 millones, y a las corporaciones locales, que pasen de un déficit de 1.263 millones a un superávit de 3.635 millones, que supone mejorar sus cuentas en 4.898 millones.

Por último, a la Seguridad Social, a la que va a tener que mandar 45.000 millones o más para que pueda pagar las pensiones, le «exige» que reduzca su déficit en 5.129 millones, un déficit que depende de ella, pues si le manda un poco más de transferencias, tendrá menos déficit, y si le manda menos, tendrá más déficit.

Esto es un cuadro que no entiendo cómo Bruselas no lo ha mandado a hacer «puñetas», pero es que se envió a finales de abril, con fecha 27 de marzo, justo cuando empezaba la interinidad de los políticos europeos.

Hay que ser muy malvada para presentar este cuadro de objetivos. El esfuerzo solo recae en los demás, mientras ella se da a sí misma la capacidad de generar 16.614 millones más de déficit.

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