La lectura económica de la decisión de Vox

Vox ha decidido romper los gobiernos regionales en los que gobernaba en coalición con el PP, apenas un año después de que fuesen conformados, pues los resultados electorales en aquellas regiones fueron claros y aunque ganó el PP, no alcanzó la mayoría absoluta para poder gobernar en solitario, pero el centro-derecha en su conjunto –PP y Vox– sí lo logró.

De manera que, tras algunas dificultades, que no fueron otras que el roce permanente entre los dos partidos, el PP, para que no digan que va con la ultraderecha (que no existía pero que así se vendía en los medios por parte de la izquierda), y Vox que en muchas ocasiones confunde su objetivo y su adversario, sin dejar de atacar peyorativamente al PP –«derechita cobarde», «derechita progre», por poner unos ejemplos–, se llegó a acuerdos que garantizaban un gobierno en dichas regiones y dotaban de estabilidad al marco político, tan importante para la economía. Así fue en Castilla y León, Valencia, Aragón, Murcia y Extremadura, más el apoyo parlamentario de Vox sin participar en el gobierno en el caso de Baleares.

De esas seis regiones, cuatro habían estado gestionadas por los socialistas en los años anteriores; algunas, como Aragón o Extremadura, desde mucho tiempo antes o casi siempre gobernadas por la izquierda. Eso hacía que la economía de dichas regiones renquease, estuviese anquilosada y no tuviese ímpetu para crecer. Por tanto, estos pactos significaban dar una oportunidad de crecimiento más intenso, sólido y estructural, en su margen de competencias regional, a esas seis regiones, que suman 326.292,3 millones de PIB en 2022 (último año disponible), casi una cuarta parte de la actividad económica nacional.

Remontar ese deterioro era vital tanto para las seis regiones afectadas como para le conjunto nacional, por el efecto positivo que tendría en el resto de regiones, como elemento tractor. Así, por ejemplo, Aragón y Extremadura, las más afectadas durante más años por políticas socialistas, crecieron en el período 2010-2022 (último año disponible) menos que la media nacional: Aragón lo hizo en media un 0,5 % y Extremadura un 0,3 %.

Eso es algo que había que revertir y ya se estaban dando muchos pasos en dicha dirección. Por ejemplo, Aragón empezaba a aplicar una política de eliminación de obstáculos que empezaba a atraer a la inversión empresarial, también a la inversión extranjera.

El caso de la instalación allí de importantes servicios de Amazon es un ejemplo de los muchos casos de inversión que está atrayendo Aragón: si en 2023 la región aragonesa atrajo el 0,9 % de toda la inversión extranjera que llegó a España, en el ITR-2024 ha multiplicado casi por cuatro dicho peso, hasta el 3,2 %. Sólo en el primer trimestre de 2024, Aragón ha atraído 216,6 millones de euros de inversión extranjera, casi lo mismo que en todo 2023, año en el que se produjo el cambio a mitad de año, con 263 millones.

Igualmente, Murcia y Castilla y León, con gobiernos de centro-derecha desde muchos años antes, habían comenzado ya a aplicar las medidas de eliminación de obstáculos y bajada de impuestos que el PP había implantado, con mucho éxito, en otras regiones, como Madrid. Esto había hecho que dichas regiones mantuviesen una buena marcha económica.

Todo este incipiente cambio económico, donde la confianza que estaban inspirando los gobiernos de centro-derecha empezaba a dar sus frutos, lo ha puesto Vox en peligro, porque si desestabiliza los gobiernos, al quedar en minoría, aunque siga siendo un gobierno de centro-derecha, del PP, muchas medidas no va a poder llevarlas a cabo porque no va a contar con la mayoría suficiente para hacerlo, porque, entre otras cosas, no parece fácil sacar adelante unos presupuestos en esas regiones para 2025, o negociar con fuerza un nuevo sistema de financiación autonómica si es que éste se pone sobre la mesa.

Muchas medidas, entre ellas los Presupuestos para 2025, no van a poder salir adelante al carecer de mayoría suficiente

Es cierto que la inmigración es un grave problema, pero a quien hay que exigirle responsabilidades y que frene a las mafias antes de que envíen los cayucos hacia las costas españolas es a Sánchez, no al PP, que con la ley en la mano, una vez que esos menores están aquí no le queda más remedio que atenderlos y, como Canarias colapsa por el número llegado, aceptar su ubicación en otros lugares de España.

Vox ha roto por haber aceptado el PP esa redistribución, pero no parece muy justificado, dado que a lo largo del año ya llegaban menores inmigrantes. Por tanto, esta excusa carece de racionalidad económica, tanto a nivel del interés general como del interés propio de Vox, por los siguientes motivos:

1. Los pactos de gobierno regionales en dichas comunidades autónomas dieron estabilidad, certidumbre y confianza, imprescindibles para la economía y el empleo en una sociedad.

2. Gracias a ello, la atonía del crecimiento de muchas de esas regiones empezaba a ser corregida gracias a la política económica liberal-conservadora, de bajos impuestos y eliminación de trabas, así como de la búsqueda de la estabilidad presupuestaria.

3. Los equipos de dichos gobiernos trabajaban, en términos generales, bien, como un gobierno y no como dos gobiernos en uno, lo cual procuraba estabilidad.

4. La mayoría que se conformaba permitía sacar adelante las leyes necesarias, entre ellas, los presupuestos, para seguir aplicando una política económica de crecimiento y empleo.

5. Eso, ahora, con la desestabilización por la salida de Vox de los gobiernos, que implica un gobierno en minoría, se pone en riesgo.

6. Todo ello, dificulta la posibilidad de echar a Sánchez, que sólo desde un centro-derecha unido se puede lograr.

7. Adicionalmente, de forma interna para Vox genera también un perjuicio, porque pierde cualquier posibilidad de gestión que antes tenía.

8. Da la sensación de poca madurez, ya que sólo un año después rompe los pactos de gobierno por algo que no estaba incluido en ellos y que era un problema que ya se abordaba.

9. Esto deja a cientos de personas de Vox, que se habían comprometido en la acción de gobierno, sin su puesto de trabajo, lo cual también enrarece la situación.

10. Parece lanzarse el mensaje de que Vox está más cómodo en la oposición que gobernando, cuando la aspiración de todo partido importante debe ser la de alcanzar el Gobierno.

En definitiva, el giro dado por Vox es preocupante, porque pone en peligro el inicio de prosperidad que dichos gobiernos regionales estaban consiguiendo para sus economías. Del mismo modo, Vox parece empeñado en asumir la caricatura que tratan de pintar sobre ellos, cuando no lo es o, al menos, no lo era, pero que los pactos con Orban y su actitud desestabilizadora en los gobiernos del PP parecen querer reflejar.

Por su parte, el PP no debe comprar la mercancía de la izquierda sobre la ultraderecha, pues no hay tal en España o, al menos, la inmensa mayoría de los tres millones de votantes de Vox no lo son. El PP debe aspirar a recuperar todos los votantes que se fueron a Vox y lograr la reunificación del centro-derecha en el PP o, al menos, debe logar que los dirigentes de Vox recapaciten y vean que se han equivocado y se centren en el objetivo común del centro-derecha, que es derrotar a Sánchez para que regrese la prosperidad a la economía española.

Sin la unidad del centro-derecha tendremos un empobrecimiento asegurado, ya que, entonces, continuará Sánchez con su equivocada política económica.

• José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria