Trenes de Talgo.
La patente de Talgo que atrae a los húngaros y que el Gobierno no quiere darles
Les interesa porque permitiría abrir mercado en los países del Este
El Gobierno ha esgrimido razones de «seguridad nacional» para vetar la operación de compra de Talgo por parte del consorcio húngaro Ganz-MaVag, del que sospechan que tiene conexiones con Rusia, aunque ellos afirman que van a dejar de tener en breve las pocas que tenían.
La principal razón para el veto es la tecnología de cambio de ancho de vía automático que tiene Talgo. Esta tecnología convierte a sus trenes en la única solución que puede adaptarse a cualquier red ferroviaria y traspasar fronteras. Algunas fuentes estiman que otorgaría a Rusia una ventaja logística importante en un momento en el que está en guerra con Ucrania.
El cambio de ancho de vía ha sido un distintivo importante de Talgo, que se fundó en el año 1942. Esta tecnología le dio, por ejemplo, la posibilidad de dar el salto internacional con el primer viaje que se produjo entre Madrid y París sin transbordos en el año 1968. La tecnología se ha exportado a muchos países, pero hacerlo a los húngaros y que acaben beneficiándose los rusos no parece oportuno.
El consorcio húngaro siempre ha dicho que le interesa mucho la tecnología de Talgo. No es de extrañar, pues les facilitaría incrementar su tráfico comercial con los países del Este.
