Los ayuntamientos, la única organización del Estado capaz de controlar el gasto público
En 2022, se gastaron, por todos los conceptos, 1.840 euros por habitante y en 2023, debido a la subida de estos de un 1,38 %, el gasto solo sube en 1 euros por habitante
Los ayuntamientos españoles, aproximadamente 8.132, son la organización administrativa del Estado que atendió a los 48.085.361 habitantes que estábamos viviendo oficialmente en el Estado español.
Aunque la idea del ayuntamiento tiene origen medieval, con la idea de los «concejos» para la gestión de las villas y ciudades, la primera gran reforma de estos se produce en 1766 bajo el mandato de Carlos III, cuando se lanzan una serie de disposiciones con el objetivo de centralizar la administración y fortalecer el control del poder real sobre las instituciones locales, incluida la autonomía de los ayuntamientos.
Hay que recordar que este Rey se llevó a la tumba con él la frase todavía recordada de «Carlos III, el mejor alcalde de Madrid, el rey».
La primera gran reforma de los ayuntamientos llegó con la Constitución de Cádiz, que los formalizó como entidades autónomas, con elecciones municipales y se estableció que todo municipio debía tener su ayuntamiento.
La última gran reforma data ahora mismo de hace un siglo, pues en 1924 José Calvo Sotelo, que ocupaba el cargo de Director General de la Administración Local, promovió una reforma municipal clave con el objetivo de modernizar los ayuntamientos.
Porque si alguien cree que la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (2013) elaborada bajo el mandato de Mariano Rajoy introdujo cambios administrativos, que se olvide, lo único que sirvió fue para optimizar los recursos municipales, reducir duplicidades y garantizar la sostenibilidad financiera de los ayuntamientos, que como el resto del Estado entró en quiebra financiera.
Si alguien piensa que tener una organización administrativa con más de 5.000 ayuntamientos con menos de 1.000 habitantes, unos 1.900 ayuntamientos entre 1.000 y 5.000 habitantes, cuando entre los dos grupos representan el 85 % del total de municipios de nuestro país, es bueno para que se produzcan eficiencias en la gestión, creo que está todavía en la dictadura de Primo de Rivera, un siglo desfasado de la realidad de un Estado moderno.
Si queremos hacer más grande nuestro país y yo empiezo a tener enormes dudas sobre que eso es lo que realmente quieran nuestros políticos, hay que ponerse a trabajar en hacer una Gran Reforma Administrativa que afecte a las Corporaciones Locales, (Diputaciones Provinciales, Cabildos y Ayuntamientos).
Pero hoy lo que quiero, además de contarles esta minúscula parte de la historia de los ayuntamientos, es ponerles las cifras reales del gasto del total de los mismo y cómo se han comportado con respecto a los diferentes gastos que realizan y para ello les he elaborado el presente cuadro:
Lo primero que podemos ver, que es muy interesante, es que el total de los gastos, tanto de operaciones financieras como no financieras, ha crecido un 1,44 %, aunque las operaciones no financieras han crecido un 2,2 %, muy por debajo de la media de la inflación del 3,4 % del 2023.
También es cierto que una razón muy importante para este control del gasto es que las inversiones se han reducido en 900 millones de euros, un 3,5 %, lo que implica que en algún momento, tendrán que atacar este problema que puede afectar al asfaltado de calles, alumbrado público u otras facetas del día a día.
Hay una partida que es muy preocupante y son los gastos generales, o sea, los gastos corrientes de bienes y servicios crezcan más que la inflación hasta un 6,9 % y ya supongan 3.700 millones más que los gastos de personal. Demostración palpable de que por el tipo de Ayuntamientos que tenemos se producen unas enormes ineficiencias en los gastos generales.
Los gastos de personal parecen estar bajo control con un crecimiento del 3,8 % que viene a ser la media nacional en las Administraciones Públicas.
Y, por último, una magnífica noticia, que los pasivos financieros, la deuda, se ha reducido en un 23,9 % y nos muestra que los Ayuntamientos aprendieron la lección del 2013 en la que muchos estuvieron a punto de quebrar, por no poder pagar ni las nóminas de los empleados públicos.
Si además hacemos un cálculo rápido de obtener lo que se gastaba por habitante el total de los ayuntamientos, vemos en 2022, se gastaron, por todos los conceptos, 1.840 euros por habitante y en 2023, debido a la subida de estos de un 1,38 %, el gasto solo sube en 1 euros por habitante.
A esto se le llama control del gasto público.