España dedica uno de cada cuatro euros de gasto público a pagar salarios, un 45 % más que Alemania

Los salarios públicos es un gasto fijo que se ha demostrado históricamente imposible de bajar. En el primer trimestre de 1995 pagamos por esta partida el equivalente a 11.354 millones de euros. Cinco años más tarde, en el comienzo del siglo XXI, en ese mismo período fueron 14.414 millones, lo que supone una subida de un 27 %. Un quinquenio después, en 2005, el gasto subió hasta los 19.870 millones, con otro incremento de un 37,9 %.

En el año 2010, en plena crisis económica, donde ya no teníamos brotes verdes, se nos fue la mano hasta los 27.429 millones, con otra subida de un 38 %. En 2015, a la salida de la crisis, se demostró que si se quiere y no hay dinero, se puede, y se confirma la excepción a la regla y el gasto en salarios en el primer trimestre de 2015 fue de 26.905 millones con una bajada del 1,9 %.

A partir de aquí susto. En 2020 ya sumamos una cifra de 30.907 que supone otro incremento de un 14,9 % y en este primer trimestre de 2024, nos hemos puesto a jugar a la ruleta rusa con el gasto público y hemos llegado a 38.098 millones que supone, en solo 4 años, otro 23,3 %, que no incluye ni la subida del 2 %, ni los atrasos del primer trimestre y nuestra cifra real se acerca a los 39.000 millones y a una subida acumulada del 26 %.

Que el gasto en salarios públicos se haya multiplicado por 3,4 veces no parece preocuparle seriamente a ninguno de nuestros políticos, pero es muy importante recordarles que cada millón de euros que nos gastamos en salarios es un millón de euros que los trabajadores y los empresarios tienen que sacar de sus bolsillos y que si tenemos que gastarlos casi prefiero dedicar ese millón a cuidar a 20 enfermos de ELA durante un año, que además da trabajo a las personas que pueden hacer esa labor.

Pero si todo eso es preocupante, lo es mucho más es que entre los 6 grandes de la economía europea, Alemania, Francia, Italia, España, Países Bajos y Polonia seamos el país que más porcentaje dedica a pagar salarios sobre el total del gasto público. Para ello, con los datos de Eurostat, he preparado este cuadro que lo explica claramente:

Los 27 países de la Unión Europea le dedican un 21,2 % del total del gasto público a salarios. Esto quiere decir que este trimestre nos hemos gastado 4.984 millones de euros más que la media.

La Eurozona, en cambio, necesita gastar menos, un 20,5 % en esta partida. Aquí lo que vemos es que si quisiéramos estar en la media de los 20 países que tienen el euro, deberíamos bajar nuestro gasto salarial en un solo trimestre en 6.230 millones de euros.

Francia, que es un país desbocado en gastos y que tienen una de las mayores burocracias del mundo, se gasta 89.025 millones de euros en salarios, este gasto representa un 22,6 % del total de los gastos. Si quisiéramos ser tan malos como los franceses, deberíamos de bajar nuestros gastos en salarios en 2.959 millones de euros.

A Polonia le queda un trabajo ímprobo que realizar y el error de la subida del 30,8 % en esta partida en el último año, le va a doler y mucho en sus finanzas en los próximos años.

Si nos quisiéramos parecer a Países Bajos, tendríamos que hacer un ajuste trimestral de 8.722 millones, pero si lo que nos gustaría es parecernos a la Italia de Meloni, deberíamos de bajar trimestralmente 9.968 millones.

Para igualar a Alemania, que tiene un gobierno federal con 16 landers y 12.000 ayuntamientos –una autonomía menos pero casi 4.000 ayuntamientos más–, nuestro ajuste en salarios en un sólo trimestre debería de ser de 11.837 millones.

Si pensamos que el gasto medio por empleado público en la actualidad ronda los 50.000 euros de coste y sabemos que de aquí al 2030 se van a jubilar 900.000 empleados públicos, quiere decir que si no se sustituyesen, tendríamos un ahorro de 46.000 millones.

Ya se que esto no es posible, entre otras cosas, porque entre estos colectivos hay sanitarios, educadores, jueces y miembros de la judicatura, policías y guardias civiles y miembros del ejército, pero lo que si está claro es que o desde ya alguien se pone a trabajar para no sustituir a aquellos que sean sustituibles por unos sistemas digitalizados, o llegará un día que no podremos pagar a los importantes, que son precisamente todos esos que he nombrado.

España no puede seguir pagando al trimestre 11.837 millones de euros más que Alemania porque no seamos capaces de imitar al mejor de la Unión Europea.