El dineral que recauda el Estado por cada Lamborghini que se vende en España

Pedro Sánchez pone a Lamborghini en el ojo del huracán. «Más transporte público y menos lamborghinis», afirmó ayer el presidente del gobierno, en la apertura del curso político. Sánchez quiso así ejemplificar en la marca de lujo italiana su cruzada contra «los ricos», dejando de lado en primer lugar que sus ventas son muy reducidas en España (apenas 34 coches en lo que va de año) y en segundo lugar su importante aportación a las arcas públicas.

Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), la marca del toro ha vendido en nuestro país hasta agosto cuatro unidades de su modelo Revuelto, 13 del modelo Huracán y 17 del Urus.

Éste último, un SUV lanzado en 2018, ha sido en buena medida el gran responsable del resurgir de la marca italiana del grupo Volkswagen, considerada el gran competidor directo de Ferrari.

Dicho modelo tiene un precio base sin impuestos de 195.538 euros. Sobre dicho importe se cargan dos impuestos, el IVA y el de matriculación.

El impuesto del IVA es para los automóviles del 21 %, lo que en este caso supone una aportación para Hacienda de 41.062 euros. El de matriculación se establece en función de varios tramos según las emisiones de CO2 de cada automóvil. Para este modelo, el tramo correspondiente es del 14,75 %, lo que implica una aportación al fisco de 28.841,8 euros.

En total, ambos impuestos suponen una inyección para Hacienda de 69.903,8 euros. Ahora bien, cabe recordar que en esta clase de automóviles lo verdaderamente interesante (y por lo que optan la totalidad de los clientes) es por la personalización. De hecho, Lamborghini cuenta con el programa Ad Personam, que permite a la clientela configurar un automóvil único, lo que eleva a su vez el precio final y, de paso, la aportación al Estado, por lo que no es descabellado afirmar que en realidad el monto total puede acabar rondando los 100.000 euros.