Pepe Álvarez, el nacionalista del fular que quiere perpetuarse en la UGT hasta 2028
Pese a tener ya 68 años, el líder de UGT se presentará por tercera vez a la reelección, la última que permiten los estatutos de la organización
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, anunció ayer que presentará por tercera vez su candidatura a dirigir el sindicato. Según los Estatutos, es la última vez que podrá hacerlo: la organización limita a tres los mandatos de cuatro años que lleva a cabo el secretario general.
Nacido en Belmonte de Miranda (Asturias) el 20 de marzo de 1956, Álvarez es liberado sindical desde los 22 años. El 12 de marzo de 2016 fue nombrado secretario general de UGT en sustitución de Cándido Méndez. Desde entonces ha lucido habitualmente su fular (morado al principio como homenaje al agonizante Podemos) y como muestra de su feminismo.
Álvarez inició su carrera en UGT en el año 1975. Entonces se trasladó a Barcelona para empezar a trabajar en La Maquinista Terrestre y Marítima. Ese mismo año se afilió a la UGT.
En 1976 fue nombrado secretario de Acción Sindical en la sección sindical de su empresa. Después fue miembro del comité de empresa de La Maquinista, una vez celebradas las primeras elecciones sindicales, y en 1978 fue nombrado secretario de la Federación del Metal de la UGT de Cataluña.
En 1988 volvió a ser elegido secretario de Organización de la Federación del Metal de la UGT de Cataluña y miembro del Comité Confederal. En 1989 fue nombrado presidente de la Comisión Gestora de la UGT de Cataluña y después secretario general hasta el año 2016, cuando pasó a ser secretario general de toda la organización en sustitución de Cándido Méndez.
A sus 68 años, Pepe Álvarez señala que no se siente «nada cansado. No me siento con ningún tipo de cuestión que me impida continuar con un trabajo ilusionante, apasionante».
Señala que el momento social y político «requiere de experiencia», y aboga por continuar con la línea sindical que han llevado hasta el momento. «Tenemos una línea de continuidad, que las personas con las que yo he hablado creen que es prioritaria», y asegura que abordará problemas como las políticas de empleo y el acceso a la vivienda.
Preguntado por su edad, ha admitido que 68 años «son muchos», pero ha explicado que no es extraño ver a dirigentes de su edad al frente de organizaciones como UGT en el marco del sindicalismo europeo.
En cuanto a si su candidatura puede generar un mensaje negativo respecto a la edad de jubilación, ha defendido que no le representa «ninguna contradicción, porque el jubilarse o no finalmente es una opción que toma el trabajador».