Marchas por el alquiler
La demanda por cada piso de alquiler se dispara un 600 % desde que gobierna Sánchez
Las protestas por la situación de la vivienda empiezan a cuajar en las calles. La situación, que no es nueva, no ha parado de agravarse. Desde 2019 –primer año completo de Pedro Sánchez en el poder– la oferta de vivienda en alquiler ha disminuido más de un 22 %, según los últimos datos del Observatorio del Alquiler, impulsado por la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos. Esto ha incrementado el precio de medio del alquiler casi un 56 %, pasando de los 710 euros de media en 2019 a los 1.106 euros actuales.
La presión del alquiler también ha ido en aumento. En 2019 el número de personas que se interesaba por un inmueble en un plazo de diez días era de 16,4, mientras que esa cifra se ha incrementado hasta 115 en el segundo trimestre de 2024, lo que supone un 601,22 % más.
Ley de vivienda
Estos indicadores han ido en aumento hasta dispararse con la entrada en vigor, hace un año y medio, de la ley de vivienda que ha provocado la proliferación de nuevas formas del alquiler por parte de los arrendadores, como el turístico o el temporal, para intentar esquivar los efectos de esta norma. Precisamente algunos de sus principales impulsores participaron en la marcha del pasado domingo en Madrid reclamando medidas para aliviar el alquiler. Fue el caso, por ejemplo, de Reyes Maroto (PSOE), Ione Belarra e Irene Montero (Podemos) o Elizabeth Duval y Tesh Sidi, de Sumar, formaciones que respaldaron la entrada en vigor de la cuestionada norma.
Desde antes, incluso, de la entrada en vigor de esta medida, los principales actores del sector inmobiliario ya advertían de las consecuencias que iba atraer tanto para los propietarios como para los inquilinos. Entre junio de 2023 –primer mes completo en el que se aplicó esta normativa– y junio de 2024 la oferta de alquiler tradicional ha caído un 37,2 %, mientras que la demanda se ha incrementado un 20,23 %, según los últimos datos disponibles de la Federación de Asociaciones Inmobiliarias (FAI). Y esto no ha hecho más que empezar, porque según calculan en Alquiler Seguro, este 2024 se van a perder 60.000 viviendas.
Por el momento, Cataluña fue la única comunidad autónoma que aceptó aplicar el límite del precio del alquiler en zonas tensionadas recomendado en la ley de vivienda. Más de seis meses después de su entrada en vigor, esta medida se ha revelado como un absoluto fracaso, cuadruplicando la presión de la demanda en toda la región.
En Barcelona, la presión en ese periodo ha pasado de 101 a 362, mientras que, en Tarragona, impulsada por el efecto centrífugo de Barcelona, ha pasado de 21 –considerada en riesgo– a 99. Gerona y Lérida, han pasado de 25 a 66 y de 20 a 49 respectivamente.
Según los datos del primer trimestre entero de vigencia del decreto que han sido aportados por la Conselleria de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, se refleja que el precio del alquiler ha aumentado un 0,1 % en comparación con el mismo trimestre del año anterior, y ha bajado un 5 % respecto al trimestre anterior. Pero datos del Observatorio del Alquiler muestran un aumento del 3 % de los precios.
Además, entre enero y junio los contratos formalizados se han desplomado un 10,7 % en las zonas limitadas, con una reducción del 17,2 % en el segundo trimestre, mientras que en el resto de Cataluña tan solo han descendido un 1,6 %.
Emancipación tardía
El precio del alquiler se ha incrementado dos veces y media más que el salario medio de los jóvenes, que se sitúa ligeramente por encima de los 1.050 euros –1.050,77 euros netos en 12 pagas–. Esto ha aumentado la edad media en la que los jóvenes abandonan el hogar familiar hasta los 30,4 años.
Más del 70 % de los jóvenes que trabajan sigue viviendo con sus padres, según los últimos datos del Observatorio de la Emancipación a cierre de 2023. Y la tasa de emancipación juvenil se situó en el 17 %, un punto y medio menos que antes de la pandemia, y es 14,9 puntos más baja que la europea. No solo los jóvenes europeos se emancipan más, también antes: a los 26,3 años, frente a los 30,4 de media en España.
El alquiler de una vivienda para un piso estándar se sitúa en 968 euros al mes, 88 euros más que un año antes (un 10 % más). Los precios de los alquileres subieron 2,5 veces más que los salarios de los jóvenes; el de los suministros subió un 17,3 %, situándose en 163,61 euros al mes, detalla el estudio. Por eso, un joven ni siquiera con todo el sueldo podría permitirse alquilar él solo una vivienda.