Fundado en 1910
Un tren Talgo, en la fabrica de montaje de la localidad alavesa de Rivabellosa

Un tren Talgo, en la fabrica de montaje de la localidad alavesa de RivabellosaEFE

Claves del 'matrimonio' entre Talgo y la siderúrgica Sidenor que auspician el Gobierno central y el vasco

José Antonio Jainaga, el presidente de la acería vasca, llevaba tiempo buscando diversificar su negocio. Actualmente está concentrado peligrosamente –más de un 70 %– en la automoción

La siderúrgica vasca Sidenor comunicó la semana al Consejo de Administración de Talgo que está dispuesta a hacerse con una participación mayoritaria de su empresa, llegando incluso el 100 %. Talgo ha confirmado este lunes que ha decidido iniciar negociaciones con el grupo industrial Sidenor a fin de analizar una posible transacción que podría implicar la adquisición de un porcentaje significativo del capital social del fabricante ferroviario o de su totalidad.

Como contó El Debate, al Gobierno español le ha faltado tiempo para bendecir la compra. Como consecuencia, la acción de Talgo se revalorizó hasta los 3,82 euros por título, lejos aún de los 5 euros que puso sobre la mesa el consorcio húngaro Ganz Mavag en la OPA que vetó el Gobierno a finales de agosto.

Sidenor se lanzó a la compra del 100 % con dos condiciones: que el Gobierno apoyara económicamente la operación y dos, que el Gobierno Vasco hiciera lo propio. En caso contrario, el fabricante de aceros especiales se quedaría con un 29,9 %; siempre que el Gobierno español ponga un 5 % y el Vasco otro 5 %.

José Antonio Jainaga, el presidente de la acería vasca, llevaba tiempo buscando diversificar su negocio. Actualmente está concentrado peligrosamente –más de un 70 %– en la automoción. Y ya sabemos que el mercado automovilístico está raro con lo de los híbridos, eléctricos y los aranceles a los fabricantes chinos. Por eso ha visto en las necesidades del Gobierno y de los accionistas de Talgo una oportunidad para hacerse con la empresa y cambiar su modelo de negocio. El fondo estadounidense Trilantic, con casi el 30 % de Talgo es el más interesado en vender, pero también Torreal, la sociedad de inversión de la familia Abelló, y otro tanto la familia Oriol. El empeño del Gobierno español en cargarse la OPA de Ganz Mavag y empeñarse en el comprador de pega checo Skoda, les ha hecho exigir ahora que la compra sea por el 100 % del capital y visto lo visto, podrían salirse con la suya.

El Gobierno vasco, dispuesto a sacar tajada de la operación, ya ha dicho que «valora positivamente que exista una carta oficial de interés por parte de un empresario vasco de acreditada trayectoria industrial para la adquisición total o parcial de Talgo». Y por si había dudas, el lehendakari Imanol Pradales «muestra su disposición a favorecer la operación, siempre que la misma conlleve un proyecto industrial sólido y de futuro que favorezca el arraigo de la empresa y el empleo industrial en Euskadi». Pero estos buenos deseos son algo más que una disposición. La operación ya estaba diseñada desde semanas.

Queda para el futuro saber cómo Talgo se enfrenta a unos contratos, valorados en más de 4.000 millones de euros, pero imposibles de asumir con las fábricas actuales trabajando a tope. Será necesario construir nuevas plantas, pero muy distintas a las que el Ministerio de Transportes quería prestar y que posee Adif en toda España. Aquí también va a hacer falta dinero. El Consejo de Talgo ya ha dicho que eso no soluciona ningún problema.

A la capacidad de fábrica habría que añadir la fuerza comercial. Pero ahí también tenemos al Gobierno español preparándose diplomáticamente para lo que haga falta. Si nos hemos convertido en el octavo exportador mundial de armas –en Indra lo saben muy bien– ¿por qué no vamos a vender también tecnología y aves en el mundo? Talgo ya tenía negociaciones abiertas con Polonia y es fácil cambiar cromos con otros países de Europa, ahora que fabricar trenes se ha convertido en algo estratégico. La clave estará en la participación que tome la SEPI… que será la que decida el Gobierno.

CCOO ha subrayado que cualquier operación sobre Talgo debe llevar asociado un plan industrial que garantice la fabricación y los pedidos actuales del fabricante de trenes español. Por su parte, UGT FICA ha valorado la posible entrada del grupo Sidenor en el fabricante ferroviario, una operación que, a su juicio, puede dotar de estabilidad laboral a los trabajadores y promover inversiones a medio y largo plazo, aunque ha reclamado un plan de inversiones y de garantías y crecimiento del empleo, de condiciones laborales y de futuro de la compañía.

Talgo dispone de dos plantas de producción y varios centros de mantenimiento en España. La mayor fábrica de trenes la tiene en Rivabellosa (Álava) y cuenta con 700 trabajadores, mientras que la otra se ubica en el municipio madrileño de Las Rozas, con 500 empleados.

comentarios
tracking