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Análisis económicoJosé Ramón Riera

La deuda en circulación de la Administración General del Estado está en 65.895 millones

Toca ver si se atreven a aprovechar la coyuntura para sanear todas las cuentas públicas o un trozo del pastel oculto, por ser este demasiado grande

Cómo todos los meses, de forma puntual, el Tesoro Público sigue sacando los días 7 u 8 de cada mes, el Boletín de Estadísticas de la Deuda del Estado.

Este Boletín consta de varios apartados tremendamente interesantes, como el de la deuda del Estado en circulación, la vida media de la deuda, el tipo de interés medio y la distribución por tenedores de esta.

Todos los apartados son merecedores de un artículo, pero creo que se haría demasiado pesado para ustedes los lectores, si todos los meses le hablase de lo mismo. Por eso hoy les voy a hacer un resumen de todos ellos, además de revisar el monto total de deuda en circulación a cierre de octubre.

La vida media de nuestra deuda ha ido subiendo desde 2002 de 5,98 años de media de vida, para pasar en el 2008, cuando empieza la crisis financiera, a 6,58 años y colocarse a la salida de dicha crisis en 6,20 años. Pero el crecimiento no se ha detenido ahí, porque en 2021 la vida media de la deuda llegó a 7,99 años y cerró octubre de 2024 con 7,88 años.

En total, la vida media ha subido un 31,7 % en 22 años y no es precisamente la parte más destacable de nuestra deuda, aunque si es interesante saber que le damos una vuelta completa a nuestra deuda cada casi 8 años.

En cambio, en los tipos medios de interés si que ha habido cambios sustanciales a lo largo del tiempo. Cerramos el año 2002 en un tipo de interés medio de 5,369 %, que hoy nos parece casi inasumible. Al inicio de la crisis financiera en el 2008, nuestros tipos de interés se situaron en el 4,32 %, y fue reduciéndose a pesar de la crisis, hasta llegar en 2013 al 3,731 % gracias a la intervención del Banco Central Europeo (BCE).

Pasada la crisis, el Tesoro ha ido consiguiendo reducir los tipos medios hasta el 2,202 % al cierre del 2019. El Covid y la intervención de nuevo del BCE hicieron que nuestros tipos medios descendieran hasta el 1,642 % en diciembre de 2021. A partir de ahí, de una forma lenta pero constante, nuestra deuda se ha disparado en valor nominal y ha vuelto a subir. En la actualidad pagamos un tipo medio de 2,210 %, a cierre de octubre del 2024, cuando en diciembre del 2023 pagábamos 2,089 %.

Vamos de una forma lenta pero en una senda de incremento que ya nos ha llevado a superar el tipo de interés medio del 2019 y que no sabemos qué va a pasar, porque ya suenan tambores de preocupación por la aparente necesidad que dice tener Alemania de tirar de deuda para relanzar una economía lastrada por la industria. Cualquier subida de la prima de riesgo alemana se trasladará inmediatamente a Francia y a España.

En cuanto a los tenedores, lo más significativo es que el Banco de España, en nombre del Banco Central Europeo tenía el 36,4 % de la deuda española en circulación a cierre de 2022 y en octubre de 2024, tiene el 30,3 %. Y, aunque sigue siendo el mayor tenedor individual, está reduciendo su posición a ritmos de más de 3 puntos porcentuales al año. Pero en volumen, los 386.471 millones de euros que hay en las cajas del Banco de España, siguen dejando al BCE sin capacidad de intervención en caso de necesidad.

Nuestra deuda, en cambio, no para de subir. Si bien octubre, como suele ser habitual, es un mes de reducción de deuda, debido a los ingresos trimestrales del Estado en recaudación de IRPF y de IVA de las pymes españolas.

Por eso nuestra deuda ha quedado de la siguiente manera:

Aquí podemos ver como a cierre de octubre nuestra deuda acumulada anualmente suma 65.895 millones de euros, a una media mensual de 6.590 millones.

El primer trimestre es, desde que están estos gobernantes, el peor trimestre del año, porque para evitar endeudarse y dar el cante a finales de año, se da una patada a seguir y se empieza fatal el año siguiente. En 2024 tuvimos que pedir prestado 45.281 millones en el primer trimestre, en el segundo cerramos el grifo de pagos y solo pedirnos 9.881 millones, y en el tercer volvimos a subir hasta los 20.857 millones.

En octubre hemos amortizado 10.124 millones, después de que en septiembre pedimos prestados 15.422 millones. Ahora vienen las apuestas a la ruleta rusa de cuánto va a necesitar pedir el Tesoro en los dos últimos meses del año, aunque el tema de la gota fría ya les ha abierto la libertad de Bruselas de hacer lo que tengan que hacer.

Así que ahora toca ver si se atreven a aprovechar la coyuntura para sanear todas las cuentas públicas o un trozo del pastel oculto, por ser este demasiado grande.

Va a ser muy interesante ver como crece nuestra deuda este año, al tener esa exención fiscal por parte de Bruselas, que no obliga a llevar cuentas separadas para diferenciar deuda especial para Valencia y deuda corriente para el resto de los asuntos, al menos de momento.