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El presidente de Correos, Pedro Saura (dcha), y el director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, tendrán que entenderse.

El director de Recursos Humanos de Correos, Fernando Ramírez, junto al presidente, Pedro SauraLu Tolstova

Malestar en la plantilla de Correos: su sueldo sube un 2 % mientras el de los directivos crece más de un 40 %

Los empleados de Correos siguen a la espera de conocer cuál será su nuevo convenio, algo en lo que no se trabajará hasta que el presidente de la compañía sepa cuánto dinero va a recibir del Gobierno. La idea es que luego se reúna con los sindicatos para ver en detalle el nuevo plan estratégico y, a partir de él, el convenio y el plan de personas (prejubilaciones y rejuvenecimiento de la plantilla).

Como contábamos en este artículo, el Gobierno se comprometió en el Acuerdo Marco Estratégico del 22 de julio con los sindicatos mayoritarios (CC. OO. y UGT) a enviar a la compañía 3.000 millones de euros: 1.600 millones serán para sufragar el Servicio Postal Universal (SPU) y el SIEG, nuevo modelo de servicios de interés general asignado a la empresa conforme a la propuesta sindical, a razón de 400 millones por año, y el resto, 1.400 millones, para el convenio y el plan de prejubilaciones que está previsto realizar.

Como relatábamos también en este artículo, hay dos actores con prisa por cerrar el nuevo convenio: el director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, el hombre que representa al accionista principal en la compañía (la SEPI), y CC. OO., el sindicato con el que mantiene reuniones bilaterales desde el pasado mes de febrero.

Las prisas de Ramírez y CC. OO. no coinciden con las del presidente de Correos, Pedro Saura, ni con el resto de sindicatos, que representa al 68 % de los empleados y que se ha enfadado notoriamente con CC. OO. por haber ido por libre en su negociación con la compañía.

En medio de estas circunstancias, el Sindicato Libre remarca las diferencias salariales que se están produciendo entre los empleados y los directivos en medio de la crisis provocada en la compañía por los más de 1.200 millones de euros de pérdidas provocadas por la gestión de Juan Manuel Serrano, el amigo de Sánchez, en los últimos cinco años: «La subida salarial desde 2008 a 2023 para el personal de convenio ha sido del 12 % frente al 50 % de subida salarial del personal directivo masculino en un año. Valga como ejemplo el director de Recursos Humanos». Añaden que la subida de salarios entre los empleados en los tres últimos años ha sido de «apenas un 2 %».

El sindicato remite a los datos de la página 177 del informe anual de 2023, que puede verse en este enlace. Si bien es verdad que el sindicato redondea un poco al alza (la subida para los hombres directivos es de 46.052 euros —de 107.013 euros a 153.065 euros—, un 43 %, algo menos del 50 % que dicen), también lo es que el incremento en otras categorías es de 5.000 euros como máximo, e incluso en algunas se reduce el sueldo: el subdirector masculino pasa de cobrar 102.151 euros a 91.983 euros; el responsable de área hombre cae de 63.633 euros a 62.929 euros y el técnico medio 3 masculino desciende de 35.158 euros a 33.223 euros. También es menor la subida de directivas mujeres, que ven incrementado su sueldo de 137.219 euros a 139.442 euros: un 1,6 %, frente al 43 % de los hombres.

Desde El Debate hemos pedido a Correos una explicación de este incremento del sueldo de los directivos hombres en esta época difícil de la compañía, pero no hemos recibido respuesta.

La incógnita de los 'business partners' y el gran negocio de CCOO con la formación

El Sindicato Libre llama la atención sobre otra cuestión: la plasmación de los business partners en el informe anual de 2023. Destaca que se ha contratado «a 63 técnicos superiores externos a razón de 54.000 euros anuales por cabeza y a 17 directivos nuevos a razón de más de 80.000 euros para reestructuración de plantilla o flexibilización».

A la vista de estas cuestiones, el sindicato comprueba «que es posible un incremento de las retribuciones sin haber negociación», y solicita que «se revisen para el resto del colectivo».

Las prisas de CC. OO. por cerrar el convenio cuanto antes obedecen en parte a su necesidad de recuperar el pingüe negocio de la formación. Según el Sindicato Libre, era un negocio muy lucrativo, pero se frenó con Serrano y sigue parado desde que entró Saura.

CC. OO. tuvo un enfrentamiento fuerte con Serrano nada más llegar al cargo el amigo de Sánchez, en 2018. El expresidente reunió a todos los sindicatos en una oficina de Madrid. Les explicó que los gastos de la compañía eran superiores a los ingresos, les pidió paz social y ayuda para elaborar el plan estratégico, recuperar los derechos y hacer la empresa viable, según explica el representante del Sindicato Libre, allí presente.

Tras esta introducción, a la que añadió datos como los referentes a la caída de las cartas, de los impresos, la desaparición de los giros y el leve repunte de la paquetería, fue dando paso a los representantes de todos los sindicatos. El del Sindicato Libre le dijo que estaría a su lado para hacer viable a la empresa y se pondría enfrente si recortaba derechos. El último en intervenir, según el representante del Sindicato Libre allí presente, fue el representante de CC. OO., que hasta entonces había tenido un papel muy importante para los presidentes de Correos. Le dijo a Serrano que tendría que pasar por donde él quería, y se acabó: empezó la guerra entre ellos.

El expresidente Serrano quiso poner coto a las desmesuradas exigencias de CC. OO. para priorizar los cursos de formación. Con ellos, según el Sindicato Libre, CC. OO. ha venido creando un semillero de reclutamiento entre los eventuales primero como alumnos, después como afiliados y finalmente transformándolos en votos, con los cuales vienen obteniendo resultados satisfactorios tanto electoral como económicamente.

Las escuelas de formación de Correos mueven unos 30.000 alumnos en toda España, según el Sindicato Libre, y entre los profesores de CC. OO. hay liberados, pagados por la compañía, y controlando la formación. Es un negocio redondo, pero en lugar de enfocarse en esto, algunos sindicatos, como el Libre, estiman que la prioridad debe ser de una manera más clara elaborar una estrategia que lleve a Correos a la rentabilidad, como ya hacen con éxito, por ejemplo, operadores similares en otros países.

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