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Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso de los Diputados

Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso de los DiputadosEuropa Press

El diésel, la subida de impuestos 'maldita' para Sánchez, enfila siete años de intentos fallidos

España afronta la congelación de parte de los 25.000 millones del quinto tramo de fondos europeos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está a punto de tomar las uvas por séptima vez en Moncloa sin lograr su objetivo de subir los impuestos al litro de diésel. El alza al gasoil para equiparar su fiscalidad al litro de gasolina tendrá que esperar, al menos, a 2025, tras haber optado finalmente María Jesús Montero por no incluirlo en el macro paquete aprobado por Real Decreto-ley en el último Consejo de Ministros del año. Fuentes de Hacienda trasladan a El Debate que el incremento impositivo sigue actualmente en proceso de negociación.

El Gobierno se comprometió con Bruselas a llevar a cabo una reforma fiscal a cambio del quinto desembolso de fondos europeos, un pago de 25.000 millones que Economía acaba de solicitar. Y entre las reformas propuestas se incluyó precisamente la equiparación del diésel a la gasolina, de ahí que Bruselas pueda optar por congelar parte del desembolso si finalmente el compromiso no se cumple total o parcialmente, como sucedió con el kit digital.

El Ejecutivo, sin embargo, parece no ver asegurados los apoyos necesarios para aprobar una medida muy impopular. De hecho, ya se vio obligado a dejarla fuera del descafeinado paquete fiscal que se negoció, en noviembre, hasta altas horas de la madrugada. Entre otros motivos, porque Podemos lo vinculó al impuesto especial sobre los ingresos de las empresas energéticas para tratar de asegurarse su puesta en marcha.

Recaudación récord

Según los últimos datos de Hacienda los tributos sobre los hidrocarburos acumulan este año una recaudación récord, con 11.333 millones hasta noviembre, un 2,3 % más. Los impuestos, explican desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) suponen el 50 % del precio del litro de diésel y el 46 % del litro de gasoil. Equiparar fiscalmente ambos combustibles supondría encarecer en más de 11 céntimos el litro de diésel, elevando la recaudación impositiva anualmente en unos 1.200 millones de euros. Quedarían fuera los transportistas y demás usuarios profesionales de este carburante.

La subida lleva sobre la mesa del presidente y de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desde 2018. Entonces el Ejecutivo ya trató de incluir, en los presupuestos de 2019, un incremento impositivo de 38 euros por cada mil litros, que finalmente quedó en nada al tener que renunciar al proyecto presupuestario y convocar elecciones. El Gobierno volvió a intentarlo en 2021, pero entonces tuvo que rectificar por la negativa del PNV a respaldar los Presupuestos si finalmente se materializaba. Es también una de las recomendaciones de los expertos fiscales de Hacienda, recogida en el Libro Blanco para la reforma tributaria de 2022.

Europa promovió el diésel durante años por emitir menos CO2 y requerir menos cantidad de combustible

Europa promovió este combustible durante años, por motivos que van desde sus menores emisiones de CO2 al impulso de la autonomía estratégica, dado que este tipo de motores consumen menos y, por tanto, requieren de menos combustible, en su mayoría importado. Sin embargo, el escándalo Dieselgate, en 2015, cambió radicalmente la percepción de los vehículos diésel, y desató restricciones en numerosas ciudades a este tipo de vehículos, preocupadas además por sus emisiones de NOx y partículas.

En julio de 2018, pocos días de llegar al Gobierno, la entonces ministra de Transición Ecológica y hoy vicepresidenta europea, Teresa Ribera, ya puso este combustible en el punto de mira al asegurar que tenía «los días contados».

Este combustible llegó a suponer el 70 % de las ventas de vehículos nuevos en 2007. Si bien sus matriculaciones se han desplomado desde entonces (en lo que va de año rondan el 9 %), aún existen más de 18 millones de vehículos diésel circulando por las vías españolas, el 60 % del total, lo que convierte a España en uno de los países más dieselizados de Europa.

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