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Inmigrantes llegando a Canarias.

Inmigrantes llegando a Canarias.EFE/ Miguel Barreto

Los inmigrantes pinchan en delincuencia, pero aportan crecimiento al empleo y la economía española

La aportación de los inmigrantes a la economía y la sociedad española siempre ha tenido un punto de polémica, pero un estudio reciente señala que está siendo muy positiva.

El informe Repensar la inmigración, que elabora la consultora Freemarket Corporate Intelligence, dirigida por el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, indica que los inmigrantes han contribuido de manera directa e indirecta al crecimiento económico español al reforzar la población activa, cubrir déficits en sectores clave como la hostelería y la agricultura y aumentar la demanda interna.

En concreto, el informe indica que los extranjeros aportaron dos puntos porcentuales al aumento total del empleo en España en 2023. «Entre 2012 y 2022, aproximadamente el 80 % de los inmigrantes que llegaron a España estaba en edad laboral, ayudando a contrarrestar la reducción de la población activa que se venía produciendo desde hacía años por el envejecimiento de la población», indican.

En cuanto al impacto sobre la economía española, «durante la última década la inmigración ha supuesto entre el 7,5 % y el 12 % del crecimiento del PIB de España. En 2024, su impacto es visible en el aumento de la actividad económica, compensando efectos negativos como la reducción de la natalidad y el envejecimiento de la población».

La consultora ha calculado la contribución de los inmigrantes al crecimiento económico español de los últimos años de acuerdo con el empleo acaparado por la población inmigrante, su productividad, sectores en los que tienen sus empleos... «Los resultados son impresionantes: la contribución de los inmigrantes al crecimiento económico en los últimos cinco años oscila entre un 0,3 % en 2020 y el 0,7 % en 2023», recalcan. «La inmigración ha sido un motor importante para el crecimiento económico de España, aunque se puede avanzar muchísimo más en cuanto a la integración de las personas migrantes o en la optimización del capital humano. Estas dinámicas subrayan la necesidad de políticas que aprovechen su potencial y tengan efectos sobre una mayor cohesión social», añaden.

España, entre los países con mayor flujo de entrada de inmigrantes

España es uno de los países de la Unión Europea con mayor flujo de entrada de inmigrantes en relación con su población, tanto en términos absolutos como relativos. A 1 de octubre de 2024, la población residente en España era de 48.946.035 personas: 39.752.047 nacidas en España (42.210.548 tienen nacionalidad española) y 9.193.988 nacidas fuera de nuestro país (6.735.487 tienen nacionalidad española).

La mayor afluencia de inmigrantes es de procedencia marroquí. Por áreas geográficas, la mayor llegada proviene de Iberoamérica.

En valores absolutos, las mayores receptoras de inmigrantes por comunidades autónomas son Cataluña (1.271.810), Madrid (949.969), Comunidad Valenciana (784.469) y Andalucía (741.378).

En porcentaje sobre la población, el primer puesto lo ocupan las Islas Baleares, con casi un 20 % de población inmigrante, a una distancia considerable del resto. Destaca, sin embargo, el incremento en Melilla: escala al quinto lugar frente al penúltimo que ocupaba en la anterior clasificación.

El perfil de inmigrante recibido por estas comunidades es muy diferente: en Baleares predominan los europeos mayores y en Melilla los marroquíes jóvenes. La procedencia geográfica es más variada en las comunidades valenciana y madrileña.

Más trabajadores y delincuentes

Los extranjeros tienen una tasa de actividad (personas en edad de trabajar que lo hacen o están dispuestas a hacerlo) de casi el 70 %, frente al 56,6 % de los españoles. El dato refleja que la inmensa mayoría de los inmigrantes viene a España con ánimo de trabajar.

En cuanto a la tasa de empleo (porcentaje de personas que trabaja en relación con la población en edad de trabajar), se sitúa en el 57,6 % en el caso de los extranjeros y el 51,09 % en el de los españoles.

Los inmigrantes tienen tasas de actividad y ocupación más elevadas que los españoles, y también de paro (17,74 % vs 11,14 %). El informe refleja que, «entre los extranjeros que vienen a España, hay personas con un nivel de formación primaria o secundaria superior a la de los españoles. Para ocupar trabajos que requieran una menor cualificación y acorde con el nivel de formación del trabajador, los extranjeros cubren una demanda no cubierta por los españoles».

Las ocupaciones con mayor presencia de extranjeros son las mismas de hace diez años, pero ocupadas en mayor porcentaje. La primera es la de empleados domésticos, en donde representan el 68,5 %, frente al 59,7 % de hace una década. En promedio un empleado español recibe una remuneración salarial un 27 % superior a la de un foráneo.

En cuanto a la delincuencia, el 70 % de los delitos cometidos en España son realizados por españoles, algo lógico al haber en nuestro país muchos más españoles que extranjeros. Sin embargo, si se mira el número de delitos cometidos en relación con el segmento de población al que pertenece el delincuente, se comprueba que el porcentaje de delitos por habitante español es de 0,75 %, y el de extranjeros es del 1,97 %. La estadística está muy alineada con la media europea en el caso de los españoles, y la supera muy ampliamente en el caso de los extranjeros.

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