Los motivos que han hecho que el oro alcanzase su mayor valor en 2024
La onza de oro, activo refugio por antonomasia, se ha revalorizado en 2024 más de un 27 %, situándose al cierre del año por encima de los 2.620 dólares —concretamente ha alcanzado los 2.624,5 dólares, que al cambio son unos 2.550 euros—. Esto supone que el valor del lingote de oro, que está formado por unas 400 onzas, ha cerrado el año superando el millón de dólares.
Este metal precioso ha firmado este 2024 un año récord, llegando a superar los 2.700 dólares la onza en octubre. Además, se trata de la tercera mayor subida en lo que va de siglo, solo aventajada por la revalorización del 2010 (+29,5 %) y del 2007 (+30,9 %).
Bancos como UBS Group AG y ANZ Group Holdings Ltd aseguraron hace unos meses que todavía había margen para que el valor del oro continuase creciendo. De hecho, Bank of America (BofA) pronosticó a finales del pasado junio que la cotización de la onza de oro escalase hasta los 3.000 dólares en la segunda mitad de este 2025 por la confluencia de varios factores. Pero, ¿qué hay detrás de estas alzas?
Uno de los elementos que influye en el precio del oro es la oferta y la demanda. Cuando la demanda del oro supera su suministro, su precio tiende a aumentar. Por el contrario, si la oferta es mayor que la demanda, el precio disminuye. Y factores como las políticas monetarias, la inflación y la confianza en otras clases de activos influyen en la demanda del oro.
La política monetaria también afecta directamente al precio de esta materia prima, y según los expertos financieros, en gran medida es la razón por el que su valor ha aumentado tanto este 2024. Y es que, en el año que acabamos de dejar atrás la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha acometido tres recortes de tipos.
Siempre se ha dicho que el mercado del metal depende las decisiones de la Fed, organismo que determina la política monetaria de Estados Unidos. Y el oro, al valorarse en dólares se ve más influido por este organismo que por otros.
En la gran mayoría de las ocasiones, este metal precioso y los tipos de interés están inversamente relacionados. Esto supone que cuando los tipos bajan, el precio del oro sube. Y es que un descenso del valor del dinero, en ocasiones refleja una pérdida de confianza en la economía y una ralentización del crecimiento económico.
Esta ralentización afecta al coste de la vida, a los salarios y al empleo, por lo que los inversores recurren a esta materia prima por su historial como activo de refugio seguro.
Es por ello que la victoria de Donald Trump penalizó al oro y lo llevó a poner en riesgo el nivel de los 2.500 dólares a mediados de noviembre, ya que los inversores prevén que el impacto de sus políticas suponga un rebote inflacionista que obligue a la Fed a tener una política monetaria más dura.
Pese a ello, el oro ha recuperado en el último mes del año el fuelle y se ha estabilizado por encima de los 2.600 dólares, llegando a recuperar eventualmente la cota de los 2.700 billetes verdes.
Conflictos geopolíticos
Un tercer factor que, también, explicaría el alza del precio del oro es la inestabilidad tanto en Ucrania como en Oriente Medio. Según un informe de HSBC, «los crecientes riesgos geopolíticos fortalecen significativamente al oro, ya que los conflictos mantienen todavía alto el termómetro del riesgo. Los problemas comerciales asociados de estos riesgos también están siendo positivos para el oro».
«Si bien los precios del oro pueden caer desde lo que creemos que son niveles inflados, los riesgos geopolíticos mantendrán su precio en niveles más altos de los que estarían de otro modo», añaden los analistas de HSBC.