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Interior del ITER

Interior del ITERGDES / IterOrganization

El proyecto nuclear por el que sí apuesta el Gobierno: 5,5 millones para intentar emular el Sol con tecnología española

El proyecto Rodas, impulsado por Ciencia, pretende impulsar la industria nacional de fusión, una tecnología aún muy incipiente

Mientras con una mano el Gobierno empuja al cierre a las centrales nucleares españolas, por el otro se abre a impulsar otra tecnología cimentada en el poder del átomo: la fusión nuclear. El ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades acaba de desbloquear una inversión de 5,54 millones de euros para el denominado proyecto Rodas, que busca sentar las bases para implantar en España una industria basada en esta innovadora tecnología.

Las plantas atómicas actualmente operativas funcionan mediante fisión, una reacción en la que el núcleo de un átomo se divide en dos o más, liberando grandes cantidades de energía. Por el contrario, en la fusión la energía se genera cuando los átomos se fusionan, en un proceso similar al que sucede en el Sol.

«Estamos plenamente convencidos de que esta energía va a ser viable a futuro y va a permitir cubrir a la Unión Europea buena parte de sus necesidades energéticas», confía Marcos Pérez, director de Desarrollo de Negocio de Lading Metal Mechanic Solutions S.L., la empresa que lidera el proyecto.

Rodas cuenta con una financiación total de 7,78 millones. Está impulsado por un consorcio está integrado por cinco empresas y cuatro centros de investigación, que buscan resolver los retos técnicos actuales para obtener componentes críticos, de grandes dimensiones y geometrías complejas, para reactores de fusión nuclear, combinando fabricación aditiva y prensado isostático en caliente (HIP, Hot Isostatic Pressing).

«El proyecto Rodas es una apuesta estratégica para posicionar a España en el futuro», añade por su parte Andrés Hernando, consejero delegado de Hiperbaric, una compañía burgalesa especializada en la fabricación de equipos para el procesado de alimentos mediante altas presiones, y que en los últimos años ha puesto en marcha nuevas áreas de negocio en tecnologías de futuro.

El proyecto español busca simular uno de estos reactores con objeto de investigar su comportamiento «para no tener que esperar 30 años», según Nerea Ordás, jefe del grupo de Fabricación Aditiva y Metalurgia del centro tecnológico CEIT.

Cien procesos para fabricar un panel

Uno de los objetivos más inmediatos es reducir los costes de desarrollo y simplificar los tiempos para reducir la escala de la investigación a una escala que pueda hacer viable la explotación comercial de la tecnología de fusión.

«En un reactor experimental hay 250 paneles, cada uno de ellos con varios millones de euros del coste. Una de las prioridades tiene que ser reducir estos costes», cuenta Marcos Pérez. «Cada panel tiene unos cien procesos involucrados en su fabricación. Hay que simplificar los costes de fabricación y los procesos necesarios», explica.

La energía de fusión tiene unos riesgos potencialmente muy inferiores a la de fisión. Las condiciones necesarias para iniciar y mantener una reacción de fusión hacen que sea imposible que se produzca un accidente como los de fisión o la fusión del núcleo a partir de una reacción en cadena, según la Agencia Internacional de la Energía. Para que ocurriera, tendría que alcanzarse una temperatura superior a 100 millones de grados Celsius, lo que convierte a esta reacción «en un proceso autolimitante: si no se puede controlar la reacción, ella se detiene por sí sola».

Participación española en el ITER

Esta tecnología, no obstante, no termina de arrancar, al menos por ahora. El proyecto más emblemático, el Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER), en Francia, lleva en desarrollo desde 2006, y no se espera que esté operativo hasta 2033, con un coste que ya supera los 20.000 millones de euros.

En este proyecto, por cierto, también participa la industria española, con más de 350 contratos por un importe superior a más de 1.200 millones de euros. La UE es, junto con Japón, Estados Unidos, la India, China, Rusia y Corea del Sur, uno de los cimientos del ITER, un reactor experimental cuyo principal objetivo es demostrar la viabilidad tecnológica y científica de la energía de fusión con fines pacíficos.

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