Jorge Gómez, autor del libro "Los secretos de la contrainteligencia", en El Debate

Jorge Gómez, autor del libro «Los secretos de la contrainteligencia», en El DebateAlfonso Úcar

Entrevista

Jorge Gómez, experto en contrainteligencia: «Nadie debería confundir Rusia con una democracia»

  • Oficial de la Armada en la reserva y exmiembro del servicio de Inteligencia español, acaba de publicar el libro «Los secretos de la contrainteligencia»

  • «En Rusia los líderes de inteligencia han terminado dibujando escenarios ficticios para evitar represalias»

Jorge Gómez tiene una amplia experiencia en el campo de la Inteligencia y la contrainteligencia. Gómez es un oficial de la Armada en la reserva, exmiembro del servicio de inteligencia español, asesor y divulgador de la cultura de inteligencia, seguridad y defensa. En 2018 abandonó la inteligencia del Estado para dedicarse al mundo de la inteligencia privada como fundador y director de High Strategies Consulting. Gómez acaba de publicar «Los secretos de la contrainteligencia» (La esfera de los libros), en el que aborda desde la inteligencia de fuentes humanas (Humint) a la lucha por la supremacía tecnológica.

Gómez explica a El Debate que, al escribir su libro, se planteó varios retos. Uno de ellos era hacer que cualquier lector pudiera entenderlo, incluso alguien sin conocimientos en el ámbito de la inteligencia y contrainteligencia. Para ello, se fijó como objetivo que su propia madre, de 87 años y sin experiencia en este campo, pudiera comprenderlo. Cuenta con orgullo que, tras leerlo, su madre le llamó y le dijo: «Madre mía, hijo, qué cosas más complicadas hacéis!», lo que le confirmó que había logrado su propósito.

Otro de los objetivos del libro era aclarar ciertos términos, ya que consideraba que el mundo de la inteligencia y contrainteligencia estaba «intoxicado por la literatura anglosajona, el cine americano e inglés» y por «la utilización de una terminología errónea». En este sentido, explicó que la inteligencia tiene dos objetivos: un ámbito ofensivo, que es la inteligencia propiamente dicha, y un ámbito defensivo, que es la contrainteligencia. Definió esta última como «seguridad, protección de nuestros activos, protección de nuestros secretos e impedir que agentes de otros estados operen en nuestro territorio».

Jorge Gómez posa en la redacción de El Debate con su nuevo libro: "Los secretos de la contrainteligencia"

Jorge Gómez posa en la redacción de El Debate con su nuevo libro: «Los secretos de la contrainteligencia»Alfonso Úcar

Gómez también desmitifica la imagen del cine respecto a este campo, asegurando que «en esta profesión no se mata tanto como sale en el cine», aunque matizó que «no digo que no se mate, digo que no se mata tanto». Afirmó que la «neutralización» de agentes de inteligencia extranjeros se realiza «de forma discreta», sin generar conflictos internacionales. Puso como ejemplo la expulsión de 24 diplomáticos rusos por parte de España poco después del inicio de la guerra en Ucrania, un hecho que pasó desapercibido para gran parte de la población porque «es como decir: ‘Te he pillado, te vas’, y se acabó el conflicto».

Sobre la relación entre los servicios de inteligencia de diferentes países, afirmó que «sabemos que nos espiamos todos a todos» y que «en esta profesión no hay amigos». Explicó que puede haber aliados mientras los intereses sean comunes, pero cuando dejan de serlo, también se espían entre sí.

«Hemos tenido bajas»

Cuando se le pregunta por su experiencia con la contrainteligencia rusa, aclaró que no podía revelar detalles sobre operaciones en las que hubiera participado debido a su «deber de reserva permanente». No obstante, afirmó que en la lucha contra los rusos «hemos tenido bajas» y que Rusia es «una sociedad absolutamente diferente a la nuestra, que nadie debería confundir con una democracia, porque no lo es». Comparó la estructura de poder rusa con la europea, señalando que Putin «no tiene que consultar con nadie», lo que le otorga una ventaja en la toma de decisiones.

También abordó el estado del CNI en comparación con otros servicios de inteligencia, asegurando que «tenemos un servicio muy profesional y de un nivel extraordinario», aunque subrayó que la comparación debía hacerse teniendo en cuenta los presupuestos y los límites legales de cada país. Puso como ejemplo que «el Mossad no tiene los mismos límites que nosotros».

Jorge Gómez, oficial de la Armada en la reserva y exmiembro del servicio de inteligencia español, en El Debate

Jorge Gómez, oficial de la Armada en la reserva y exmiembro del servicio de inteligencia español, en El DebateAlfonso Úcar

En relación con las bajas en los servicios de inteligencia, relató su visita a la sede de la CIA en Langley, donde observó un muro con estrellas, algunas con nombre y otras sin él. Explicó que «las estrellas con nombre son bajas en operaciones conocidas, y las estrellas sin nombre son bajas en operaciones clandestinas que no se van a reconocer nunca». Afirmó que el servicio de inteligencia español también ha tenido bajas, no solo en Irak, y que en la central del CNI existe un muro conmemorativo para recordar a los compañeros caídos. Subrayó que «esta no es una profesión de broma».

El riesgo de la desinformación

Sobre los principales retos de la inteligencia, destacó que la transformación digital ha cambiado radicalmente la forma en que se comunican y operan los servicios. Aseguró que «la desinformación es uno de los riesgos más graves que tenemos en la actualidad», debido a su impacto en elecciones y su influencia sobre la población. Explicó que «el objetivo de la desinformación es que no lleguemos a ser capaces de diferenciar lo verdadero de lo falso», lo que hace que las personas sean manipulables.

Otro de los grandes retos que mencionó fue «la injerencia de las empresas privadas en los asuntos de Estado». Criticó que algunas compañías estén adquiriendo una influencia desproporcionada, poniendo como ejemplo a Elon Musk y su papel en la política estadounidense. Afirmó que «corremos un gran riesgo si determinadas profesiones o determinados trabajos solamente se rigen por el interés comercial».

La selección de oficiales es cada vez más complicada debido a la «pérdida de valores» en la sociedadJorge GómezAutor de «Los secretos de la contrainteligencia»

En cuanto a la lucha contra la desinformación, reconoció que no hay una solución sencilla: «Si yo tuviera respuesta para eso, sería un genio». Sin embargo, consideró que parte del problema radica en la pérdida de calidad de los sistemas democráticos, atribuyéndolo a que «los políticos que ejercen el poder son cada vez más nefastos, más incapaces». Opinó que se debería luchar para que llegara al gobierno «gente capacitada y no verdaderos delincuentes, como vemos en muchos países».

Pérdida de valores en la sociedad

Respecto a la formación en inteligencia y contrainteligencia, señaló que la selección de oficiales es cada vez más complicada debido a la «pérdida de valores» en la sociedad. Explicó que «la primera premisa para trabajar en un servicio de inteligencia es ser una persona con valores, porque no vas a ganar dinero, no vas a trabajar poco». Se mostró preocupado por la dificultad de encontrar perfiles adecuados en un mundo donde muchos jóvenes «están cientos de horas con la PlayStation».

También defendió la necesidad de mejorar la educación en seguridad y defensa, sugiriendo que las charlas sobre estos temas no deberían limitarse a la universidad, sino impartirse en colegios e institutos. Recordó que durante años en España se ha reducido el presupuesto de defensa, y aunque ahora se está aumentando, «no vamos a corregir lo que antes hicimos mal». Puso como ejemplo que, cuando él llegó a la Armada, España tenía 11 submarinos y hoy solo tiene dos.

Jorge Gómez, director de High Strategies Consulting y especialista en contrainteligencia

Jorge Gómez, director de High Strategies Consulting y especialista en contrainteligenciaAlfonso Úcar

Sobre la contrainteligencia rusa, destacó que sigue siendo una de las más potentes del mundo y que los errores en la guerra de Ucrania no se deben a la incompetencia de sus servicios, sino a la influencia de Putin, quien «no quiere escuchar la verdad». Mencionó el episodio en el que el director del SVR (servicio de inteligencia exterior ruso) intentó contradecir a Putin sobre la guerra y terminó «balbuceando y poco menos le faltó llorar». Explicó que en Rusia los líderes de inteligencia han terminado dibujando escenarios ficticios para evitar represalias, lo que llevó a la falsa creencia de que el «supuesto segundo Ejército del mundo» podría conquistar Ucrania fácilmente.

Cuando se le preguntó sobre los métodos de la contrainteligencia para detectar y neutralizar espías, mencionó la «sensibilización» del personal de la administración pública, el «seguimiento continuo» de oficiales extranjeros y la obtención de información a través de fuentes humanas y tecnología avanzada.

Por último, defendió la importancia de la inteligencia de fuentes humanas (HUMINT), a pesar del auge de la tecnología. Explicó que «los jefes quieren un resultado rápido y sin problemas, y la tecnología se los da», pero insistió en que la inteligencia humana sigue siendo «vital» para obtener información que ninguna tecnología puede proporcionar, como las intenciones de un líder. Puso como ejemplo la crisis de los misiles en Cuba, señalando que la guerra nuclear se evitó gracias a la información proporcionada por un coronel ruso que reveló la verdadera capacidad de los misiles soviéticos. También mencionó el ataque de Hamás a Israel, sugiriendo que este pudo haberse evitado si los políticos hubieran prestado más atención a las fuentes humanas en lugar de confiar solo en la tecnología.

En definitiva, Gómez deja claro que la inteligencia es un mundo extremadamente complejo, alejado de los estereotipos del cine y la TV, donde la discreción, la formación y la adaptación a los nuevos desafíos tecnológicos son claves para el éxito.

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