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Varios alumnos repasan antes de comenzar uno de los exámenes de las pruebas de acceso a la Universidad 2023

Varios alumnos repasan antes de comenzar uno de los exámenes de las pruebas de acceso a la Universidad 2023Europa Press

Así será la nueva Selectividad que ha aprobado el Gobierno y que comenzará el próximo curso

El nombre, el temario, la corrección o el tipo de preguntas sufrirán cambios a partir de junio del año que viene

Este martes, el Consejo de Ministros ha dado luz verde al real decreto de la nueva Selectividad, que comenzará a aplicarse a partir de junio del año que viene. El primer cambio reside en el nombre: ante las variaciones por comunidad autónoma que existen en la actualidad (EBAU, EvAU, AvAU, etc.), la nueva ley aspira a la unificación bajo el nombre de Prueba de Acceso a la Universidad (PAU).

En cuanto a cómo será la prueba, al menos el 70 % de las respuestas de cada ejercicio deberán ser semiconstruidas o abiertas, limitando al 30 % las preguntas con respuestas cerradas, como test. Algo que se alinea con el nuevo enfoque competencial que se desea implementar en la Selectividad, que será menos memorístico y exigirá a los alumnos más «creatividad y capacidad de pensamiento crítico, reflexión y madurez» para resolver los ejercicios.

Asimismo, la coherencia y la corrección gramática, léxica y ortográfica de los textos contarán al menos un 10 % en todas las preguntas, algo que unificará los criterios de corrección actuales, en los que había disparidad entre cada comunidad.

En lo relativo al temario, se entregará un único examen por materia, en lugar de los dos que se podían dar anteriormente. La prueba podrá ofrecer la posibilidad de elegir entre varias preguntas, pero dicha elección «no podrá implicar en ningún caso la disminución del número de competencias específicas objeto de evaluación», por lo que no permitirá obtener la máxima nota estudiando solo una parte del temario, como ha sucedido desde la pandemia.

Los alumnos podrán examinarse en la fase opcional de hasta cuatro materias en lugar del máximo de dos que existía hasta ahora, mientras que las asignaturas obligatorias seguirán siendo Lengua Castellana, Historia de España o Historia de la Filosofía, lengua extranjera y una materia específica de cada tipo de bachillerato, además de la lengua cooficial si la hubiera.

Los exámenes durarán hora y media, lo mismo que hasta ahora, y estará permitido introducir diccionarios, calculadoras, formularios, tablas, aunque serán las comisiones organizadoras de las pruebas de cada región las que establezcan cuáles pueden utilizarse en cada prueba.

En los casos de revisión, si el estudiante no está conforme con la calificación y la revisión realizada por un segundo corrector muestra una diferencia de dos o más puntos respecto a la primera, se llevará a cabo un tercer análisis. Este último será realizado por un tribunal compuesto por dos profesores, y la calificación resultante de esta tercera revisión será la definitiva.

La nota final para acceder a la universidad, como hasta ahora, se obtendrá de la media entre la PAU –habiendo obtenido como mínimo un 4– y las notas del Bachillerato, pudiendo sumar hasta 4 puntos gracias a los exámenes optativos.

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