Una profesora española relata el horror del incendio de Los Ángeles: «Hay gente entrando a robar a casas vacías»
«La cosa más terrible que he presenciado. Es como una escena de guerra», relata Nuria San Juan, santanderina que reside en Los Ángeles desde 1998
Nuria San Juan, santanderina que reside en Los Ángeles desde 1998 (ahora en el barrio de Brentwood) y que ejerce como profesora en la Paul Revere Charter Middle School, ha relatado la situación de la ciudad en plena oleada de incendios. «La cosa más terrible que he presenciado. Es como una escena de guerra».
Según el testimonio de San Juan, pese a haber vivido otros incendios en la ciudad en el pasado, el que afecta ahora a todo el entorno del núcleo urbano lo hace especialmente virulento «por su velocidad y por la proximidad» a zonas habitadas, un fuego que ya ha provocado la evacuación de más de 100.000 personas.
Precisamente ella vivió una de esas evacuaciones masivas en el colegio en el que desarrolla su profesión. Pese a que es habitual y rutinario vivir evacuaciones preventivas como simulacro a lo largo del curso escolar, asegura que en este caso fue inesperado: «No nos lo veíamos venir. Sonaron las alarmas, nos sacaron de clase, hicimos un recorrido y nos llevaron en autobús a otro centro. Todo es una locura».
Aunque su vivienda particular se mantiene a una distancia de en torno a dos kilómetros del fuego, ubicada en lo que ha venido a denominarse zona de «bandera roja», se mantiene lo suficientemente alejada de las llamas, pero ella permanece en estado de alarma y con la maleta hecha para una hipotética llamada a la evacuación «ante cualquier cambio de viento».
Una compañera de trabajo, también cántabra, no ha tenido tanta suerte. «Su casa ha quedado reducida a cenizas. Salió, fue a dar clase y ya no pudo volver». «Recuerdo cuando mi padre me hablaba del incendio de Santander, que también fue una cosa horrible». Desde su vivienda, en todo caso, ve el incendio «perfectamente» y con preocupación. «Es una masa de fuego inmensa».
En cuanto a la gestión de las labores de extinción, indica que si bien hay gente que «pueda reprochar» la reacción del as autoridades, lo imprevisible de los distintos focos que asolan la ciudad hacía imposible una reacción mejor. Como otro problema añadido, indica San Juan que también hay quien se aprovecha de la desgracia. «Hay mucha gente entrando a robar a casas vacías».