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Ayuso en primer término, tras saludar a los Reyes.

Ayuso en primer término, tras saludar a los ReyesEFE

Lo que no se vio 

Ayuso se desahoga en un corrillo a pocos metros de Sánchez: «Nos odia»

El debate sobre lo que el Gobierno llama «compartir Estado» se cuela en la recepción en el Palacio Real posterior al desfile. Iglesias carga contra la Monarquía desde Twitter, enfadado por los abucheos

El debate sobre la descentralización de instituciones, eso que la portavoz del Gobierno ha venido en llamar «compartir Estado», se coló este martes hasta los tuétanos en los corrillos políticos durante la recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio Real. Los pocos que hubo, a palo seco además, dadas las limitaciones por el coronavirus.

Uno de ellos reunió a los presidentes regionales del PP con su líder, Pablo Casado, así como con José Luis Martínez Almeida, los portavoces del partido en el Congreso y en el Senado y otros miembros de la dirección nacional del partido.

Delante de sus compañeros, Isabel Díaz Ayuso se desahogó y justificó su enésimo enfrentamiento con Pedro Sánchez y su Gobierno en que no puede quedarse de brazos cruzados mientras ataca a la Comunidad de Madrid, según fuentes presentes consultadas por El Debate.

«Nos odia», llegó a decir la presidenta madrileña, convencida de que el PSOE quiere «descapitalizar» Madrid porque electoralmente es un pozo que no da agua a los socialistas.

En el transcurso de la conversación Casado aprovechó para pedir opinión a sus barones sobre este repentino interés de Sánchez por sacar algunas instituciones de la capital. No obstante el PP no ha acordado una postura única al respecto, más allá de remachar que se trata de una distracción para no tener que hablar de otros asuntos que le interesan menos, como el recibo de la luz.

Para los presidentes regionales del PP no es fácil conjugar su apoyo a Madrid y a Ayuso con la defensa de que hay vida más allá de Guadarrama. Sánchez lo sabe. Quien, por cierto, no se acercó al líder de la oposición en toda la velada. La relación sigue rota.

En el corrillo estaban, además de Ayuso, el presidente andaluz, Juanma Moreno; el castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco; el murciano, Fernando López Miras; y el ceutí, Juan Vivas. Faltó Alberto Núñez Feijóo porque se encontraba preparando el debate sobre política general que se celebra en el Parlamento de Galicia desde este miércoles.

Más allá de la propuesta de «desconcentración» que defiende la ponencia marco que los socialistas debatirán el próximo fin de semana en su 40 Congreso Federal no hay nada. Ningún papel, ninguna propuesta formal.

En petit comité los presidentes regionales del PP se quejaron de que la ministra de Política Territorial y Función Pública, Isabel Rodríguez, no se ha puesto en contacto con ellos. Únicamente el lunes afirmó que el Gobierno está en «un debate tranquilo, con absoluto sosiego». Eso es todo lo que saben.

Sánchez abandonó el Palacio Real de forma apresurada. Tenía que volver a La Moncloa para participar por videoconferencia en una Cumbre extraordinaria del G20 sobre Afganistán.

Tampoco es que la mañana le hubiera dejado buen sabor de boca. El presidente fue abucheado e increpado por parte del público asistente al desfile de las Fuerzas Armadas en el Paseo de la Castellana.

En la recepción a puerta cerrada no participaron ni Alberto Garzón ni Manuel Castells, ministros de Consumo y de Universidades, respectivamente. Garzón sí había estado previamente en el acto militar. Por el contrario la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se quedó hasta el final. «Hemos venido por responsabilidad. Es la fiesta de nuestro país», zanjó la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Iglesias paga su enfado con el Rey

Mientras, Pablo Iglesias irrumpía en la celebración de la Fiesta Nacional con un ataque frontal a la Monarquía desde su cuenta de Twitter. 

El ex vicepresidente segundo estuvo el año pasado por estas fechas en el acto institucional, que entonces se celebró en el Patio de Armas del Palacio Real. En esta ocasión, ya despojado de sus cargos en el Gobierno y en su partido, ha reivindicado su cuota de protagonismo de otra forma mucho más agresiva.  

«La monarquía es un símbolo político de la derecha y de la ultraderecha. De nadie más. Una institución que sólo genera adhesión en esa parte del país, tiene su futuro muy comprometido», señaló en Twitter a propósito de los abucheos del público a Sánchez, Montero y los vivas a Don Felipe.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 también dejó su particular recado al monarca en la misma red social. Ione Belarra tuiteó una encuesta publicada por un conglomerado de medios de la órbita de Podemos -Plataforma de Medios independientes- según la cual en un referéndum entre Monarquía y República ganaría la segunda opción.

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