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A la izquierda, la fragata Blas de Lezo; a la izquierda, escultura del héroe en Madrid

A la izquierda, la fragata Blas de Lezo; a la izquierda, una escultura del héroe en MadridArmada Española

Defensa

La Armada rinde tributo a Blas de Lezo, «una de las mayores glorias de las armas españolas»

Le reconoce en sus redes sociales como «uno de los mejores marinos y estrategas españoles»

La Armada española ha publicado un hilo en su cuenta de Twitter (@Armada_esp) para glosar la figura de Blas de Lezo, «una de las mayores glorias de las armas españolas», nacido el 3 de febrero de 1689. Heroico, controvertido, admirado, atacado, cuestionado... una leyenda militar. Pero, ¿quién fue realmente Blas de Lezo, «anka motz» («pata de palo» en vasco)? ¿Quién se esconde detrás de la figura histórica a la que la Armada rinde tributo, conocida también como «medio hombre»?

La Real Academia de la Historia glosa su vida en una muy interesante y detallada semblanza en la que destaca que «con apenas veintiséis años, Blas de Lezo era ya cojo, tuerto y manco, pero también había empezado a formarse su leyenda». Ya en su bautismo de sangre, durante la batalla naval de Vélez Málaga (24 de agosto de 1704), una bala de cañón le arrancó la pierna izquierda por debajo de la rodilla. En otra batalla contra navíos de la Armada de Saboya, «fue herido en el ojo izquierdo perdiendo la visión en éste». En 1714, durante el asedio a Barcelona, al mando del Campanela, «una bala de mosquete le dejó inútil el brazo derecho».

Sus hazañas inundan las páginas de los libros de historia. Pero, quizás sobre todas, destaca la gran victoria sobre los ingleses en Cartagena de Indias, donde resistió un ataque de grandes dimensiones. La Real Academia hace un objetivo resumen que ofrece la verdadera dimensión de aquellos hechos: «seis navíos de guerra y menos de tres mil hombres detuvieron una fuerza invasora de cincuenta buques de guerra, apoyados por otras ciento veinte naves, y treinta mil hombres. Cada barco y soldado español hizo frente y derrotó a diez ingleses». Las pérdidas sufridas provocaron que el Gobierno británico abandonara cualquier intento de expansión más allá del Atlántico Norte y el Mediterráneo. Pero a las ocho de la mañana del 7 de septiembre de 1741, Blas de Lezo murió a causa de las heridas recibidas en la defensa de Cartagena de Indias. Murió el hombre, nació la leyenda.

Con el tiempo, la figura del insigne marino no se libró de la politización ni de la ola revisionista que algunos utilizan para manipular la historia en función de sus intereses políticos actuales. El Ayuntamiento de Barcelona, regido por Xavier Trias (CiU), aprobó en 2014 una moción que instaba a la ciudad de Madrid a retirar la estatua de Blas de Lezo, inaugurada en la plaza de Colón por el Rey Juan Carlos I. El Ayuntamiento de la capital se negó entonces a aquella pretensión.

Sólidos defensores

Pero también ha tenido y tiene sólidos defensores. En 2014, el artista Augusto Ferrer-Dalmau donó una estatua de Blas de Lezo al Museo Naval en un acto presentado por el escritor Arturo Pérez-Reverte. El también académico animó a la sociedad a la recuperación de figuras como la de Blas de Lezo y animó a seguir ese camino. «Hay muchos como él, escondidos en los polvorientos rincones de nuestra memoria», manifestó Pérez-Reverte, citando a Bernardo de Gálvez, a los almirantes Cayetano Valdés y Antonio Barceló, y «a tantos héroes anónimos».

En febrero de de ese mismo año, 2014, hubo también un acto en la Universidad San Pablo CEU en honor de Blas de Lezo. En aquel momento, la Asociación Cultural Blas de Lezo y el Instituto CEU de Estudios Históricos celebraron un importante acto en homenaje al marino español en el 320 aniversario de su nacimiento.

En su reciente hilo de tuits, que aquí reproducimos, la Armada subraya que su legado, es «ejemplo de entrega y sacrificio en el que cualquier marino debería fijarse». De hecho, una fragata F-103 lleva su nombre, precisamente la fragata enviada por Defensa a la zona del Mar Negro para unirse al operativo de la OTAN en plena escalada de tensión entre Rusia y Ucrania. Se trata de una fragata de la clase «Álvaro de Bazán» con base en el Arsenal Militar de Ferrol. Su envío ha vuelto ha despertar la irritación de los secesionistas catalanes, ya que el nombre de Blas de Lezo siempre ha figurado en la lista negra del independentismo porque en 1714 participó en el asedio a Barcelona con las fuerzas borbónicas durante la Guerra de Sucesión. Una guerra que la manipulación separatista ha reescrito como un símbolo de la lucha por la independencia. No en vano, el 11 de septiembre de 1714 tuvo lugar la caída de Barcelona, y esa fecha ha sido reinventada con un halo mítico por la propaganda separatista.

Fragata Blas de Lezo

Kindelán

El mito de Blas de Lezo perdura. La Comandancia Naval de Algeciras mantuvo durante el pasado mes de enero la exposición «Blas de Lezo. el valor de medio hombre» Su objetivo: «Dar a conocer por toda la geografía nacional la figura y recuperar la memoria de uno de los marinos más importantes de la historia naval de España». La Armada recogía el testigo estos días en sus redes sociales: «Fue uno de los mejores marinos y estrategas españoles».

Estatua de Blas de Lezo

Estatua de Blas de LezoArmada Española

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