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Fernández Mañueco en el Valle del Tiétar, en Ávila

El presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, en el Valle del Tiétar, en ÁvilaEfe

Vértigo ante el 13-F

El PP teme un pinchazo fatal en las ciudades: «Hemos ruralizado demasiado la campaña»

En la semana decisiva, los populares reconocen que están pagando las consecuencias de poner las expectativas tan altas como Ayuso y de desatender a los votantes de los núcleos urbanos

«Tendríamos que haber ido a votar el día de Reyes», ironiza un cargo del PP de Castilla y León poniendo de manifiesto lo larga que se les está haciendo la campaña.

A solo días de que las urnas dicten sentencia sobre Alfonso Fernández Mañueco, la voladura del Gobierno con Ciudadanos y su adelanto electoral, entre los populares se ha instalado cierta sensación de vértigo. Sin llegar a que les tiemblen las piernas, como se jactó el domingo el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en un mitin con Pedro Sánchez y Luis Tudanca.

La que más o la que menos, todas las encuestas publicadas en los últimos días (salvo el CIS) reflejan el desfonde de un candidato que poco o nada tiene que ver con Isabel Díaz Ayuso. Aunque inicialmente se comparara con ella, incluso en el mensaje antisanchista. Poner las expectativas tan altas fue un error, coinciden muchos populares a estas alturas de la campaña. Porque en Castilla y León venían de perder los comicios en 2019 con 29 escaños, 13 menos que cuatro años antes.

«Hemos ruralizado demasiado la campaña, tanto que nos hemos olvidado del voto urbano, de los jóvenes, de los profesionales. Y es ahí donde deberíamos habernos centrado», se lamenta un alto cargo del Gobierno de Juanma Moreno, el siguiente que se examinará en unas elecciones. El presidente andaluz no quita ojo al 13-F y la negociación posterior entre el PP y Vox.

En los municipios de más de 50.000 habitantes reside el 43 % de los potenciales votantes del PP

La encuesta de Target Point publicada por El Debate el lunes apuntaba en esa dirección, en que la desmovilización del electorado del PP se está produciendo en las zonas urbanas. En los municipios mayores de 50.000 habitantes reside el 43 % de los votantes potenciales del PP, y a ellos apenas se están dirigiendo los mensajes. En Valladolid, la capital y donde hasta cuatro partidos se disputan el último escaño, el PP presenta como candidato al consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero. Simbólico.

La ruralización en parte les vino dada por la polémica de la carne desatada por Alberto Garzón, que ha acabado convirtiéndose en un regalo envenenado porque después no ha habido ningún eje claro más.

El equipo de campaña del PPCyL incluso se las está teniendo tiesas para hacer comprender a algunos de los presidentes provinciales y candidatos del partido lo importantes que son las redes sociales, por ejemplo. En esta semana han tocado a rebato para que todos los alcaldes se dejen la piel por Fernández Mañueco. La indecisión también les está pesando mucho: el 20 % de sus votantes potenciales señala a estas alturas que no sabe si votar al PP, a Vox o quedarse en casa.

Desfile de cargos

En el lado contrario, destacan que los mítines sí se están llenando. El desfile de presidentes regionales, alcaldes y cargos de la dirección nacional del PP está siendo constante. Empezando por el propio Pablo Casado, con visitas a todas las provincias. Isabel Díaz Ayuso también está siendo un gran reclamo para el PP, con actos en Burgos, Segovia y, próximamente, en Ávila y Valladolid.

Isabel Díaz Ayuso de campaña por Castilla y León

Isabel Díaz Ayuso, de campaña por Castilla y LeónEfe

No se espera un revulsivo a estas alturas, más allá del segundo y definitivo debate que los candidatos del PP, el PSOE y Ciudadanos protagonizarán el miércoles. Ya con Francisco Igea de forma presencial y no telemática, como el anterior (estaba confinado con covid). Y tampoco es que los debates suelan mover gran cantidad de votos.

A pesar del retroceso en los números del PP, en el partido señalan el vaso medio lleno: su correlación de fuerzas con Vox en las encuestas sigue siendo tres a uno. Tanto en la sede nacional del PP como en la de Valladolid están convencidos de que a Santiago Abascal no le interesará entrar en la Junta de Castilla y León por pura estrategia y por la cercanía de las elecciones en Andalucía.

Fuentes de la dirección de Vox señalan a El Debate, por su parte, que ellos tienen las mismas ganas de gobernar con el PP que el PP con ellos. Es decir, «ninguna», si es para ser el socio minoritario de un partido que lleva 35 años a los mandos de la región.

Ahora bien. También matizan que, si obtienen un resultado muy por encima de sus previsiones, actualmente situadas en una horquilla de 10-12 escaños, tendrán que replantearse lo de condicionar el gobierno desde fuera.

Casado se la juega

Se juega mucho Fernández Mañueco el 13 de febrero, pero también Casado. Desde la victoria del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid, la dirección nacional del PP quería retomar el ciclo electoral cuanto antes. Lo intentaron con Moreno en Andalucía, pero como este prefería no precipitarse y dio varias evasivas a Teodoro García Egea, al final la puerta que se abrió fue la de Fernández Mañueco.

¿Saldrá bien del lance o su liderazgo se verá debilitado, teniendo como tiene el conflicto sobre el PP de Madrid latente? «En esta legislatura no existen los momentos definitivos. Pasamos de Garzón a Casero (el diputado del PP que se equivocó en la votación de la reforma laboral) en un momento y en cada momento todo parece irreversible. Y no lo es», zanja un miembro de su equipo.

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