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Samuel Kwesi Koufie, uno de los supervivientes del Villa de Pitanxo

Samuel Kwesi Koufie, uno de los supervivientes del Villa de Pitanxo

Villa de Pitanxo

El superviviente africano denuncia que trabajaron sin descanso durante los trece días previos a la tragedia

La investigación intentará determinar si se produjo una vulneración de los derechos laborales de los empleados del Villa de Pitanxo

Exhausto. Así llegó a la fatídica jornada del martes 15 de febrero el marinero ghanés Samuel Koufie. También muchos de sus compañeros, según se puede desprender del testimonio de este superviviente de la tragedia del Villa de Pitanxo, relato que contradice en varios aspectos cruciales el del capitán del buque.

El barco zarpó el lunes 24 de enero del puerto de Vigo, provincia de Pontevedra. El miércoles 2 de febrero empezaron a pescar en una primera zona, en la que se mantuvieron faenando hasta el lunes 14 de febrero. En esa jornada realizaron una travesía de diez horas para trasladarse a una segunda zona, que es justamente en la que se produjo el naufragio, en aguas internacionales cercanas a la isla de Terranova, en la madrugada del día 15.

El día 14, sobre las 15 horas locales (19:30 en España), las condiciones meteorológicas, especialmente el oleaje, eran adversas, pero permitían la faena. Así que el capitán decidió iniciar maniobras para lanzar las redes de pesca de captura de fletán, un trabajo cuya duración estimada oscilaba entre las seis y las ocho horas.

En su declaración del 25 de febrero, realizada ya en España, Samuel Koufie manifestó que justo en ese momento sintió satisfacción por la larga extensión del citado lance, puesto que de este modo se podía tomar un respiro. No solo él, también muchos de los tripulantes pensaron lo mismo. De hecho, aprovecharon para contactar vía telefónica con sus familiares, lo que en días anteriores no habían podido hacer debido a la intensidad del trabajo. Siempre según el testimonio de este marinero, desde el día 2, cuando iniciaron la pesca, hasta este 14 de febrero, no habían podido descansar pues todas las jornadas de trabajo fueron de larga duración.

A los investigadores les llama la atención la existencia de unas jornadas tan prolongadas que les impidiesen incluso contactar con sus familias y, en el marco de su tarea, intentarán determinar si se produjo una vulneración de los derechos de los trabajadores, tanto en lo relativo al horario de trabajo como al aspecto sanitario, puesto que según el testimonio de Samuel Koufie, tripulantes con COVID y sin él fueron obligados a trabajar juntos.

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