El Gobierno quiere que Feijóo dé dos pruebas tangibles de su sentido de Estado

«La oposición de Estado no se predica, se practica». «El Gobierno espera recuperar consensos básicos, que nos podamos entender con el principal partido de la oposición». Esos han sido los dos principales mensajes de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, a propósito de la reunión que el jueves por la mañana mantendrá el presidente del Gobierno con Alberto Núñez Feijóo.

Pedro Sánchez quiere del nuevo líder de la oposición dos pruebas tangibles de su disposición a los acuerdos de Estado. En primer lugar, que se comprometa a desbloquear la renovación del CGPJ, porque según la ministra Rodríguez lo «razonable» es que Feijóo cumpla con una «obligación constitucional». En La Moncloa no afirman tanto como que sea condición sine qua non para cualquier otro acuerdo, pero casi. Un paso obligado.

En segundo lugar, el presidente del Gobierno quiere el voto favorable del PP al decreto ley del plan de crisis que el Consejo de Ministros aprobó la semana pasada y que de momento Feijóo se niega a apoyar. Argumenta que no recoge la bajada de impuestos a la que, según el popular, Sánchez se comprometió en la pasada Conferencia de Presidentes.

A este respecto hay versiones encontradas, porque el Ejecutivo da por saldado el compromiso al haber prorrogado hasta el próximo mes de junio las bajadas de impuestos a la electricidad que decretaron el verano pasado (el IVA de la electricidad al 10%, el impuesto especial sobre la electricidad en el 0,5% y el impuesto del Valor de la Producción Energética suspendido). Sin embargo, para los populares eso no es cumplir, sino hacer un quiebro.

El Gobierno y el PP interpretan de formas distintas la declaración de La Palma

Durante la rueda de prensa, la portavoz del Gobierno y también ministra de Política Territorial ha llegado a leer un fragmento de la declaración que firmaron todos los presidentes en La Palma, que ella misma redactó. Éste: «Las medidas que se incorporarán al plan desarrollarán e intensificarán las ya anunciadas hasta ahora, como son las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas y otras que se puedan plantear».

Para el Gobierno, prorrogar las rebajas fiscales a la electricidad responde a ese «intensificar». «¿Hemos cumplido o no hemos cumplido? No es cuestionable, es constatable. Aquí no caben valoraciones», ha sostenido Rodríguez categórica. Sin embargo, para el PP ese acuerdo obligaba a bajadas de impuestos a los carburantes, eso es «intensificar» según los populares.

Al lado de la portavoz, la vicepresidenta Nadia Calviño ha reprochado a Feijóo que Galicia pudo hacer sus aportaciones al plan de crisis durante la ronda de contactos que el Gobierno mantuvo con los grupos parlamentarios, algunos sectores afectados y las comunidades para recabar propuestas. Pero no lo hizo. «Por parte del PP, yo solo oigo una propuesta, que es una rebaja masiva de impuestos. Confío en que el cambio de liderazgo en el PP nos permita tener una interlocución en el ámbito de la política económica», ha deseado la vicepresidenta económica.

Tramitación como proyecto de ley

El Gobierno, en cualquier caso, se ha abierto a tramitar el decreto ley como proyecto de ley una vez que sea convalidado, de manera que pueda incorporar modificaciones. No es, en realidad, una concesión al PP. Responde a que en La Moncloa dan por hecho que habrá que prorrogar algunas de las medidas recogidas en el decreto, porque expiran en junio, e incorporar otras. Así que asume que deberá enmendarse a sí mismo.

«Claro que estamos abiertos a la escucha. Ojalá no haya que plantearse medidas más allá del 30 junio porque no fuera necesario, pero si lo fuera estaríamos dispuestos a escuchar», ha insistido la portavoz.

Rodríguez no ha querido adelantar si Sánchez propondrá a Feijóo un cordón sanitario a Vox, pero sí le ha recomendado que escuche al presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk. Después del pacto entre el PP y Vox en Castilla y León, éste declaró: «Espero que sea solo un accidente y no una tendencia en la política española». Aunque tenía motivos que no dijo, como contó entonces El Debate.

La reunión del jueves entre el presidente y el líder de la oposición no tiene una agenda cerrada. En La Moncloa aseguran que eso sería encorsetarla y que es mejor que el presidente y el líder de la oposición puedan hablar de cualquier tema que surja sin guiones.