Zelenski eligió Guernica por la ONU y no como guiño a Pedro Sánchez ni a Podemos

Se intuía que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, iba a referirse a algún episodio traumático de la historia de España en su alocución en el Congreso de los Diputados, porque es lo que venía haciendo en todos los parlamentos a los que se había dirigido previamente. Ya fuera el de Estados Unidos, el de Alemania, el del Reino Unido o los de Israel, Italia, Francia, Noruega y Japón, entre otros.

Y eligió el bombardeo de Guernica en abril de 1937, perpetrado por la Legión Cóndor alemana. Una matanza de civiles que Pablo Picasso pintó en uno de sus murales más célebres. Elección que Unidas Podemos rápidamente trató de usar en beneficio propio, restregándoselo a la oposición. El presidente de su grupo parlamentario en el Congreso, Jaume Asens, escribió en Twitter: «Zelenski ha recordado algo que la derecha quiere mantener enterrado: la democracia española fue sepultada bajo las bombas de Guernika».

El presidente ucraniano no estaba pensando en complacer a Pedro Sánchez ni a los morados cuando escogió Guernica. Nada más lejos de la realidad. Eligió Guernica porque el bombardeo de la localidad vizcaína está permanentemente expuesto en la entrada de la sede de la ONU en Nueva York, en forma de tapiz, como un símbolo de los horrores de la guerra. Un tapiz icónico propiedad de Nelson A. Rockefeller Jr., bisnieto del magnate del petróleo John D. Rockefeller, que lleva allí desde 1985, aunque en 2021 fue retirado durante varios meses porque los propietarios lo reclamaron.

De hecho, el pasado 26 de febrero el Guernica fue el marco que eligieron varios miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para posar con una bandera de Ucrania y exigir a Vladimir Putin el fin de una invasión que por entonces acababa de empezar.

Curiosamente, Zelenski intervino este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU antes de hacerlo en el Congreso. Ante el órgano encargado de velar por la paz denunció los crímenes cometidos por los soldados rusos en Bucha y otras localidades, y los comparó con los que cometen organizaciones terroristas como ISIS. «Pero hablamos de un miembro del Consejo de Seguridad», añadió, refiriéndose a Rusia.

Asimismo, el embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, se refirió a Guernica en un artículo de opinión publicado el 24 de marzo en La Razón. En él decía: «Las atrocidades cometidas por los soldados rusos se pueden comparar con los crímenes de guerra llevados a cabo por las tropas hitlerianas, con los bombardeos en 1937 de los pilotos de la Legión Cóndor, que afilaban sus habilidades en el cielo de Guernica en España».

Este mismo lunes, Sánchez se reunió con Pohoreltsev en la Moncloa y ya le adelantó lo que este martes reiteró ante el presidente ucraniano: que España seguirá apoyando a su país con ayuda económica, humanitaria y equipamiento militar. Esto último, pese a la oposición de Podemos, que no de Yolanda Díaz. En el caso de la vicepresidenta segunda, desde el principio apoyó el envío de armas.

Todo el arco parlamentario aplaudió a Zelenski, menos la CUP, que horas antes impidió que saliera adelante una declaración institucional en el Congreso que tildaba de «crímenes de guerra» los asesinatos de civiles perpetrados por las tropas rusas. Pero Gabriel Rufián no cargó contra los que son socios de ERC en Cataluña, sino contra Vox. «Quienes aplauden hoy a Zelenski tras hablar del bombardeo fascista de Gernika son quienes hubieran dicho que mentía en el 37», escribió en sus redes.