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Un inmigrantes subsahariano, de un Centro Temporal de Acogida en Melilla

Un inmigrante subsahariano, en un Centro Temporal de Acogida en MelillaGTRES

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Vox presenta una iniciativa para proteger a los menores de la radicalización islamista

Dos expertos en inmigración y en el mundo islámico explican a este medio el porqué de la radicalización de los menores inmigrantes, objeto de protección en la Proposición No de Ley (PNL) presentada esta semana por el grupo parlamentario conservador

El grupo parlamentario Vox en el Congreso registró el pasado lunes una PNL para crear un marco común a nivel nacional de protección de la infancia y la adolescencia en materia de radicalización de menores. Para comprender mejor el problema social que pretende combatir la iniciativa parlamentaria a la que El Debate ha tenido acceso en exclusiva, se ha contactado con expertos en inmigración y mundo islámico.

«La mayor parte de los menores tutelados provienen de Argelia o Marruecos», así lo explica Rubén Pulido, analista político experto en inmigración. Además, un 97,61 % de estos inmigrantes ilegales llegados en 2021 fueron hombres. Unos datos que el experto extrae de las estadísticas de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, pues comenta que desde septiembre de 2020 el Gobierno ha dejado de publicar el desglose por sexo o nacionalidad de la inmigración ilegal que cruza las fronteras españolas.

El diputado de VOX José María Figaredo interviene durante el pleno del Congreso celebrado este martes en la Cámara Baja, Madrid

El diputado de Vox José María Figaredo ha sido el portavoz sustituto del grupo parlamentario conservador firmante de la iniciativaEFE

Pulido explica cómo estos jóvenes «llegan en una situación complicada» y «no atienden a disciplina ni de los fiscales de menores ni de las monitoras» de los centros de acogida. «No son un perfil dócil» y, por ello, «cuando se vuelven radicales y se niegan a recibir asistencia», salen del sistema y, en el fondo, se les «condena a la inmundicia».

Por su parte, Carlos Paz, escritor experto en Oriente Medio subraya que no ve acertado hablar de «inmigración islámica», sino que habría que discernir «en función de su origen cultural y étnico, que al fin y al cabo será lo que determine su asimilación o integración». El autor de Descifrando el Islam explica que «la inmigración procedente del Magreb –Marruecos, en el caso español– y de áreas del África subsahariana –Senegal– experimenta un desencanto» al no satisfacer sus expectativas con lo que se encuentra en territorio español.

Una realidad que, sumado al «desarraigo cultural» conduce a estas personas «a la marginalidad y, en ocasiones, a la delincuencia». Paz apuntala que «el choque cultural» o «aculturación» al que «no saben dar respuesta, los lleva en ocasiones a lo que se ha venido a llamar 'radicalización', a dar un sentido a la existencia reintegrándose a la umma, a formar parte de algo más grande, a volver a las raíces».

La captación de los menores

Por ello y en esta misma línea, Pulido apunta que es fácil que estos jóvenes caigan «en manos de un imán», entrando «en contacto con zonas de radicalización islámica por redes sociales». De hecho, siguiendo el texto legal de Vox, la adherencia de «ciertos musulmanes» a «corrientes como el salafismo, el yihadismo o el wahabismo» comporta «un grave problema para la Seguridad Nacional, la dignidad de la persona y, de forma particular, la protección de la infancia y la adolescencia».

La formación advierte del peligro que el fundamentalismo islámico supone para el país «cuando este opta por la vía del terrorismo y decide acometer atentados». Por ejemplo, Vox recuerda los de Barcelona y Cambrils (Tarragona) de 2017, por el que 16 personas fallecieron y 137 resultaron heridas, o las 99 detenciones relacionadas con el terrorismo yihadista que han tenido lugar desde el comienzo de la legislatura, según datos del Ministerio del Interior.

El partido, asimismo, recuerda la amenaza que las corrientes fundamentalistas suponen para la civilización cristiana u occidental y para la dignidad humana y las instituciones. Según la formación, también atentan contra las mujeres –imposición de la sharía, o promoción de costumbres contrarias al orden público como la ablación genital o los matrimonios forzados– y los homosexuales –por sufrir persecuciones y ejecuciones solo por el hecho de serlo–.

La propuesta de Vox

Por todo lo anterior, la formación de Santiago Abascal propone «avanzar en la respuesta que el Estado debe dar al fundamentalismo islámico» y en concreto, «en la prevención de la radicalización de los jóvenes, especialmente desde las instituciones vinculada a su protección».

La PNL de Vox insta a que se pongan en marcha «planes integrales de prevención, vigilancia y actuación específicos contra la radicalización fundamentalista en la infancia y la adolescencia» para proteger a infantes y adolescentes. Asimismo, el fomento de «la colaboración entre la Administración, la sociedad civil y los ciudadanos para luchar contra el yihadismo» y de la promoción de «actuaciones y protocolos en los centros de protección y de internamiento de menores infractores que sean eficaces en el control y en la lucha contra el yihadismo».

Sin olvidar que para Vox, se erige necesario eliminar «las subvenciones públicas a organizaciones y asociaciones» vinculadas «con la radicalización islamista».

Eso sí, como afirma Carlos Paz, «habrá que saber que, independientemente del dinero que se invierta, de toda política de integración o por muchos ministerios e instituciones creadas al efecto, una inmigración masiva e incontrolada produce indefectiblemente el gueto, la inseguridad y los problemas sanitarios y educativos».

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