Sánchez cuela como viaje oficial en su agenda el último concierto de Serrat para volver a usar el Falcon
Hasta ahora, el presidente hacía coincidir actos oficiosos con actos oficiales que justificaban el uso de dinero y recursos públicos
Pedro Sánchez ha vuelto a hacer uso del Falcon para un fin no institucional: la despedida de los escenarios del cantautor Joan Manuel Serrat. La novedad es que esta vez ni siquiera ha tratado de encajar algún acto oficial en su agenda que justificase el vuelo.
Según consta en la página Flightaware, consultada por este diario, el líder del Ejecutivo ha despegado en el avión T.18-5, modelo Dassault Falcon 900, desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), que utiliza el Ejército del Aire, rumbo al Aeropuerto del Prat, en Barcelona.
El avión presidencial ha partido de Torrejón a las 19.28 horas de la tarde y 47 minutos más tarde ha aterrizado en El Prat. Para el viaje también se ha movilizado un helicóptero Súper Puma desde la base de Cuatro Vientos hasta Torrejón.
Solo el vuelo de ida realizado por el Falcon ha gastado 714 euros de combustible –un total de 1010,52 litros– y ha comportado la emisión de 2,82 toneladas de CO2 a la atmósfera, según Falcon Despega, una web que recoge los movimientos de los aviones presidenciales.
Pasadas las nueve de la noche ha dado inicio en el Palau Sant Jordi, en la capital catalana, el recital del músico, a quien Sánchez impuso el pasado febrero la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que otorga el Consejo de Ministros.
Desde una butaca, el jefe del Ejecutivo ha disfrutado de los temas clásicos del intérprete catalán, que en su día participó en aquella campaña en la que numerosos rostros conocidos pedían el voto para José Luis Rodríguez Zapatero imitando con sus dedos las características cejas del expresidente.
Tras escuchar por última vez en directo Paraules d'amor, La tieta y, por supuesto, Mediterráneo, junto a su mujer, Begoña Gómez, y rodeado por otros dirigentes, como el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, el de Universidades, Joan Subirats, el de Exteriores, José Manuel Albares, o la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, Sánchez ha despegado rumbo a Madrid a las doce y media de la noche, donde ha aterrizado a la 1.19 de la madrugada.
La vuelta ha sido un poco más cara y también más contaminante que la ida: 817 euros por 1156,75 litros de combustible y unas emisiones a la atmósfera de 3,23 toneladas de CO2, según Falcon Despega. «Ha sido un lujo poder acompañarte hoy», ha asegurado el presidente en Twitter, en un mensaje acompañado de algunas fotos con Serrat.
Sin justificación más allá del concierto
Este viaje no institucional de Sánchez en uno de los Falcon de los que dispone la Presidencia del Gobierno ha sido el segundo en menos de una semana, aunque el de esta noche ha sido el primero en el que el presidente del Gobierno ha cambiado su modus operandi desde que llegó a Moncloa. Mientras que antes hacía coincidir actos oficiosos con actos oficiales, ahora ni siquiera justifica los primeros con los segundos.
El pasado 17 de diciembre acudió a Valencia a un mitin del PSV con el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, pero en este caso cuadró en su agenda una visita al Hospital Universitario La Fe acompañado de la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Una semana antes, en un movimiento similar, voló a Barcelona, donde visitó la sede de la Fundación Pasqual Maragall para participar después en un acto del PSC junto a Salvador Illa.
Incluso allá por 2018, cuando se fue al Festival de Benicasim para ver a la popular banda estadounidense The Killers, hizo cuadrar el concierto con una reunión institucional con Ximo Puig, al contrario de lo sucedido ahora en Barcelona, cuando no ha justificado el uso de dinero público y de los recursos del Estado más que señalando que, efectivamente, iba a acudir al concierto de Serrat.
La condición de Presidente del Gobierno se ejerce de forma continua
«Asiste al último concierto de la gira de Joan Manuel Serrat, en el Palau Sant Jordi, en Barcelona. Asisten el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; el ministro de Cultura y Deporte, y el ministro de Universidades», se puede leer en un escueto texto colgado en su agenda oficial, en la página web de la Moncloa.
Y es que desde la Presidencia consideran que la línea entre un acto oficial y uno de ocio es difusa, dado que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno las 24 horas del día. Así lo estimó oficialmente Moncloa en una respuesta al Consejo de Transparencia a instancias de El Debate el pasado mes de mayo.
Revelamos su respuesta a Transparencia
Sánchez confiesa que usa el Falcon para asuntos propios con el pretexto de que es presidente las 24 horas
«La condición de Presidente del Gobierno se ejerce de forma continua e íntegra durante todo el lapso de tiempo que discurre entre su nombramiento y cese, sin contemplar ningún periodo determinado, o determinable, en el que el Jefe del Ejecutivo no ostente esa condición», rezaba el escrito.
Una tesis que Sánchez ha llevado a la práctica esta noche línea por línea, ya sin siquiera un pretexto para justificar el empleo de la aeronave militar del Estado para uso privado.