Rebajan ocho años la pena de los violadores de una menor por la lentitud de la Justicia

Hace unos días un hombre acusado de asesinar a su mujer, desmembrar su cuerpo, quemar los restos en una barbacoa y luego deshacerse de ellos, salió en libertad después de que haber pasado cuatro años en prisión provisional sin que se celebrase el juicio. El riesgo de que huya de la acción de la justicia ha aumentado exponencialmente. La culpa ha sido de la justicia y su lentitud, pero de momento no se ha señalado a ningún responsable ni se ha sancionado a nadie.

La misma lentitud de la que se han beneficiado los acusados de violar de forma continuada a una niña. Según los hechos probados de la sentencia a la que ha tenido acceso El Debate: «Desde que la menor tenía 7 u 8 años de edad, su hermana le instó hasta llegar a convencerla de que tuviera relaciones sexuales con su cuñado». El hombre, que se llama Fernando, «consiguió doblegar a la menor para cumplir sus requerimientos sexuales completos. Se prolongaron en el tiempo de una manera periódica y habitual hasta que la menor alcanzó los 13 años». Durante todo este tiempo, según la sentencia, Silvia, la hermana, promovía e incitaba a la víctima a mantener esas relaciones sexuales y ocultaba a familiares y allegados lo que ocurría, se entiende que sabedora que era una conducta delictiva y amoral.

Cuando la víctima alcanzó los 11 años, como la hermana incitadora tenía marido, Manuel, y se había quedado embarazada, «su esposo también comenzó a tener relaciones sexuales con la menor prevaliéndose de convivencia familiar que tenía con ella (…). Logró doblegar a la menor y mantuvo relaciones completas que se prolongaron hasta que la menor cumplió 13 años». La consecuencia es que la menor quedó embarazada en 2015 y dio a luz en abril de 2106, sin haber cumplido los 14 años. «El bebé», sigue la sentencia, «fue entregado en adopción. Su padre era el cuñado de la hermana de la menor que dio a luz sin apoyo familiar y en absoluta soledad».

La justicia no hizo nada durante 6 años

Por hechos tan despreciables como estos, la fiscalía solicitaba 11 años de prisión para los dos varones y la mujer, sin embargo, finalmente la pena se vio rebajada en ni más ni menos que 8 años de prisión. Todo se debió a la lentitud de la justicia. Los hechos los investigó la Guardia Civil en el 2016 y ese mismo año acabó la instrucción judicial. Desde entonces, hasta enero de 2023, es decir, durante 6 años, la justicia no hizo nada. Mantuvo la causa guardada en un cajón, sin practicar diligencias ni tomar declaraciones porque estaba ya todo hecho. De la víctima y de su sufrimiento ni acordarse.

Cuando quiso hacer justicia, las dilaciones eran tan grandes, que implicaban un atenuante muy cualificado. Además, los acusados habían pagado a la víctima más de 50.000 euros, que también sirve para rebajar la pena. Finalmente, el fiscal pactó con los agresores sexuales una pena de 3 años de prisión a cambio de que reconociesen la culpa. Tres miseros años entre rejas a cambio de confesar que habían violado a una menor desde los 7 años hasta los 13. Es decir, seis años de infierno se convalidan con menos de la mitad entre rejas. Para terminar de rematarlo, la sentencia está fechada el 18 de enero y todavía hoy los condenados, que sí o sí deben ingresar en prisión, siguen libres caminando sin complejos por las calles de su pueblo: Baleira, Lugo.