Entrevista al candidato del PP en La Rioja
Gonzalo Capellán: «Feijóo me planteó que yo podía conseguir el cambio en La Rioja. Por eso he vuelto»
En todas las encuestas, La Rioja aparece como el epicentro de la 'reconquista' soñada por el PP. El vuelco ha sido casi milagroso, hasta dejar a la presidenta Concha Andreu con pie y medio fuera
en 2019 el PP perdió el Gobierno de La Rioja después de 24 años, sumido en una guerra fratricida. Para resolverla, Alberto Núñez Feijóo pensó en Gonzalo Capellán, que fue consejero de Educación con Pedro Sanz. En medio año, este «casco azul» llegado desde una cátedra de la Universidad de La Rioja -se ríe al oír la expresión- ha dado la vuelta a los sondeos.
–Cuando presentó su candidatura afirmó que es «un político diferente» y que hace las cosas «de manera diferente». ¿En qué se diferencia del resto?
–He estado nueve años fuera de la política, en la sociedad civil, desarrollando mi labor como profesor de universidad. Eso te da perspectiva de las cosas del pasado, de malas praxis que has visto la política, y también la visión desde fuera de por qué razones la política ha caído en descrédito. En esta nueva aventura vengo con la idea de no repetir esas cosas que a mí mismo y a muchos nos distancian de la política.
La primera: la ética y la política no pueden separarse, y eso es uno de los problemas que ha tenido la política. La segunda: se ha perdido la credibilidad. Han hecho tantas cosas diferentes a lo prometido que para mí ahora es fundamental tener palabra.
–¿Qué tiene la política para que alguien como usted vuelva a ella después de nueve años y deje su vida relativamente cómoda en la Universidad de La Rioja?
–Cuando volví de mi etapa en Londres y estaba en la cátedra, tuve una reunión con Alberto Núñez Feijóo. Él me planteó que creía que yo era la persona que podía conseguir el cambio en La Rioja, que para cambiar de presidente y de políticas en España necesitaba el apoyo de todo el territorio.
O te implicas para mejorar y cambiarlo o te quedas pasivamente en tu vida privada y en la universidad
Aunque no tenía pensado para nada volver a la política, pensé que también en La Rioja hemos sufrido un mal gobierno, una mala gestión durante cuatro años, que ha ido retrocediendo y llevando a nuestra región a estos indicadores: ser los primeros de España en listas de espera quirúrgicas, en pérdida de competitividad de las empresas, los que peor competitividad fiscal tenemos, los que más impuestos cargamos a los ciudadanos... y lideramos la pobreza extrema. Al ver todo eso, o te implicas para mejorar y cambiarlo o te quedas pasivamente en tu vida privada y en la universidad.
–El presidente del PP ha puesto muy altas expectativas en estas elecciones. En La Rioja las encuestas pintan muy bien para usted. Como candidato, ¿Siente sobre los hombros la responsabilidad de dar ese empujón a Feijóo hacia la Moncloa?
–Sí siento esa responsabilidad, porque yo me comprometí por mi tierra, La Rioja, a la que quiero, pero también por España. Soy español, después también riojano. Y en esta empresa colectiva que nos supera a cada uno, La Rioja, igual que lo que suceda en el resto de España, va a ser muy importante.
Nosotros habíamos estado en 2019 seis puntos por detrás del PSOE. Cuando empecé seguíamos por detrás, 12 a 15 escaños. Seis meses después, el PP está en 16 y el PSOE, en 12 o 13. Según las encuestas, un 42 % de ciudadanos confían en nosotros como esperanza y alternativa de cambio. Hemos recuperado la credibilidad y la confianza de los ciudadanos en el proyecto alternativo al mal Gobierno de Concha Andreu que planteamos.
–Si gobierna, ¿Qué tiene pensado para los primeros días?, ¿Cuáles son las urgencias de La Rioja?
–La primera es reducir los altos cargos que ha creado el Gobierno de La Rioja. Porque éste surge de un pacto con Podemos e IU que, en lugar de mirar por los intereses de los riojanos, se hace creando una consejería para una consejera que te ha dado el voto (en alusión a la consejera de Igualdad, Raquel Romero, de Podemos hasta que su partido la expulsó en marzo de 2022). Teníamos 95 altos cargos en el Gobierno de La Rioja en 2019 y ahora son 155, que nos cuestan 12 millones de euros al año en vez de seis.
Lo segundo es una auditoría clara de los fondos europeos, que creo que no se están gastando adecuadamente y se está derivando a proyectos alejados de las necesidades de las empresas y de los ciudadanos. Y tercero, tenemos que revisar la gestión en ámbitos como la Sanidad, donde hemos pasado de ser la segunda comunidad autónoma de España con menor lista de espera y mayor satisfacción con el servicio que prestamos a los ciudadanos a estar a la cola de España. La última, porque tenemos más de 100 días de lista de espera.
En cuanto al sector vitivinícola, buque insignia de nuestra región, necesita una ayuda directa de la administración pública para reequilibrar el mercado. Un excedente de vino que se ha producido coyunturalmente (la denominación busca salida a 80 millones de litros sobrantes). Nosotros ya nos hemos comprometido a hacer los cambios dentro del presupuesto del año para resolver de inmediato una crisis que podría afectar ya a las vendimias y a los agricultores.
–¿Están resueltos los problemas con la Rioja Alavesa?
–Es un problema que nunca había que haber creado. La política en la que creo tiene que estar para ayudar, para sumar, pero nunca para dividir. Un proyecto como el Rioja es un proyecto de éxito, de sumar. Una marca reconocida, una denominación de origen calificada, única y singular en España, que además vertebra y hace partícipes a tres comunidades fronterizas como Navarra, País Vasco -a través de la Rioja Alavesa- y la propia Rioja. Cuando tenga responsabilidades de gobierno sólo contribuiré a conciliar y a seguir empujando aquello que ha tenido un éxito probado a lo largo de los años.
–Cuando habla de hacer una auditoría de los fondos europeos, ¿no le dice Concha Andreu que es usted un antipatriota, como se lo dice Sánchez a Feijóo?
–Concha Andreu es la persona que más sigue las políticas de Sánchez en España, incluso aunque vayan contra los riojanos. Y es el caso de la competitividad fiscal. En esta comunidad no se ha dado ninguna rebaja fiscal, simplemente se han recuperado patrimonios onerosos para la creación de la riqueza, se han elevado cargas impositivas, incluso se han recuperado impuestos de sucesiones y donaciones que habíamos bonificado en gobiernos anteriores hasta el 99 %. Y ahora es de las comunidades donde lo que dice Sánchez se sigue simplemente por una especie de malentendida fidelidad a tu líder político.
Concha Andreu es quien más sigue las políticas de Sánchez, aunque vayan contra los riojanos
Yo voy a defender siempre los intereses de La Rioja. Soy hijo del que fue alcalde de un pueblo, Haro, que es conocido porque se enfrentó incluso a los gobiernos del PP de La Rioja. Él defendía a sus vecinos, y eso hizo que durante 28 años tuviera la confianza de sus ciudadanos. Algunos fondos, una parte muy pequeña, ha podido ir a proyectos que sé que están funcionando. Todo lo que funcione, por supuesto lo mantendré. Yo no estoy cegado como Concha Andreu por el sectarismo, que llegó y solo se preocupó de abolir los conciertos, de perseguir a la enseñanza pública concertada.
–¿Dónde hay más endogamia, en la política o en la universidad?
–Nunca me gusta hacer juicios de valor. Yo defiendo la política porque es un arte noble. A veces pensamos en los políticos, en los consejeros, en los parlamentarios y no en los que para mí son políticos con mayúsculas. No hay gente más entregada y que a mí me haga creer más en la política que los concejales de pequeños municipios, que no ganan nada con esto.
La universidad es un colectivo grande, hay de todo. Y tiene que ser abierta, un sistema donde el mérito, la capacidad y el talento reinen por sí. No soy nada corporativista, siempre he sido muy crítico. La universidad tiene muchas carencias, pero como tiene cualquier otro sector profesional. Giner de los Ríos decía: 'La única manera de transformar la sociedad no es a través de la Gaceta de Madrid (el BOE). Se transforma formando hombres'. Y yo creo en la forja de almas desde la formación de las personas. Por eso creo tanto en la capacidad transformadora de la educación.