Investigación
Los cabecillas de la trama de mordidas que salpica a Revilla celebraban el cobro de comisiones con anchoas, jamón y champán
Los pinchazos telefónicos de la Policía dejan al descubierto cómo la red corrupta festejaba los amaños de contratos públicos
Los cabecillas de la trama de mordidas que salpican a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, celebraban el cobro de comisiones ilegales fruto del amaño de contratos públicos con anchoas, jamón, almejas «de las buenas» y champán. Así se desprende de las conversaciones telefónicas entre los miembros de la red de corrupción que han sido intervenidas por los agentes de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional.
El pasado 2 de enero, dos meses antes de que los investigadores detuvieran a Miguel Ángel Díez, jefe de Carreteras de Revilla, los agentes interceptaron una llamada que tuvo con José Saiz Gómez, empresario imputado en la red de cobro de comisiones ilegales. En la conversación, el líder de la red, le pedía al empresario «un kilo y medio de almejas de las buenas y dos cajas de anchoas». Por su parte, Saiz le responde que ya lo tiene preparado y el cabecilla le suplica que se lo lleve a su domicilio para que nadie les relacione.
Para la Policía, estos manjares eran considerados como «percepción de regalos, dádivas o favores» tras el cobro de mordidas. El empresario que habla con el cabecilla es administrador único de Centro de Jardinería La Encina SL y Cannor Obras y Servicios SL. La mujer del cabecilla, Beatriz del Río Gutiérrez, también fue interceptada presumiendo de haber recibido un jamón.
En otro de los pinchazos, fechado el 5 de diciembre de 2022, también entre el jefe de Carreteras de Revilla y Saiz, introducen el champán como otro elemento que usaban en sus encuentros. El cargo dependiente del presidente cántabro asegura que está esperando unas plantas, un champán y unos espárragos. «¿Están pedidas las plantas? ¿Cuándo van a llegar, dentro de un siglo igual que el champán?», escuchan los agentes. De la misma manera, el cabecilla de la red pidió a su interlocutor «unas cajas de anchoas premier y mejillones».
Cuentas en Suiza y Luxemburgo
El Debate ha desvelado este sábado que el jefe de Carreteras usó a toda su familia para blanquear las comisiones ilegales que percibió durante más de una década, siempre, según los investigadores, durante los años que el PRC, la formación de Miguel Ángel Revilla, gobernó Cantabria ya que, durante el periodo en que lo hizo el PP (2011-2015) el lucro del funcionario cesó temporalmente.
La UDEF ha remitido al juez que investiga el caso, que se encuentra bajo secreto de sumario, en el que se destaca el papel que jugaron las dos hijas del cabecilla de la red, de apenas 20 años de edad, para «poner en circulación legal» las mordidas que cobrara su padre. Para ello, cada una de ellas tenía a su nombre una cuenta bancaria en el paraíso fiscal de Luxemburgo. En concreto, en el Banco Mirabaud, donde defraudadores fiscales de todo el mundo han escondido altas cantidades de dinero.
La primera de las hijas tiene a su nombre siete cuentas bancarias y la segunda seis, ambas con saldos que superan los dos millones de euros. Los investigadores han descubierto que ambas simularon trabajar para la sociedad Parivara Lagani SL, una empresa de fotocopias domiciliada en la vivienda familiar. En realidad, se trataba de una tapadera para simular operaciones comerciales y, de esta manera, poder justificar ante la Agencia Tributaria los ingresos procedentes de las comisiones ilegales. Por este motivo, una de ellas está imputada por los delitos de blanqueo de capitales y falsedad en documento y la segunda sólo por el primer delito.
Tras las detenciones practicadas por la Policía en la Consejería de Obras Públicas de Cantabria, el que en ese momento era consejero, José Luis Gochicoa, dejó el cargo a pesar de que se justificó asegurando que él no sabía nada y que la detención de su jefe de Carreteras le había ocasionado «una gran decepción». Nada más conocer su abandono del Gobierno, Revilla anunció que el partido regionalista que preside le iba a agradecer su trabajo con una comida con afiliados de la formación.
Un acto que fue muy criticado por la oposición política cántabra, que alegaba que Revilla estaba «premiando a un consejero que no había vigilado o no había querido vigilar». De hecho, hubo formaciones que calificaron el homenaje como «la fiesta de la corrupción». Hasta el PSOE, socio de Gobierno de Revilla, criticaron el evento asegurando que «no es tiempo de celebraciones».
La comida, de cien mesas y mil cubiertos, fue amenizada por cantantes que interpretaron rancheras y versiones clásicas de canciones regionales como «Viento del Norte», de Nando Agüeros, o «Un velero llamado libertad» de José Luis Perales. Revilla insistió que su partido es «el único de España» que no ha tenido nunca condenados por corrupción, palabras que chocan con la investigación policial y judicial que está en curso y está analizando el papel de altos cargos de la formación.