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Ana Martín
Ana Martín

Sánchez irá a degüello contra Feijóo en el debate porque sabe que es su última bala

Sin guantes, pero a puñetazos. Sánchez, en clarísima desventaja, sabe que tiene que arriesgar, atacar, golpear por lo alto y por lo bajo. Y no le costará hacerlo

Madrid Actualizada 04:25

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo

Pedro Sánchez y Alberto Núñez FeijóoPaula Andrade

«Un debate electoral no es una carrera ni de velocidad ni de resistencia, sino una carrera combinada con boxeo. Cada corredor no corre por su carril limpiamente, sino que al mismo tiempo que corre debe estar preocupado en hacer caer a los otros contendientes y procurar esquivar las zancadillas que le ponen». El autor de esta máxima es Miguel Barroso, uno de «los Migueles», como se conoce en el mundillo político a él y a José Miguel Contreras. Dos expertos en comunicación política y asesores áulicos de los presidentes del PSOE desde tiempos inmemoriales, primero con Felipe González, después -y sobre todo- con José Luis Rodríguez Zapatero y, ahora, con Pedro Sánchez.

En mayo de 1993, González recurrió a «los Migueles» por primera vez para arreglar el desaguisado del primer cara a cara que el entonces presidente del Gobierno protagonizó contra José María Aznar. Felipe pecó de exceso de confianza ante un aspirante muy bien entrenado y recibió tal paliza que le faltó salir de Antena 3 en camilla. En el segundo y definitivo no le fue tan mal.

«Los Migueles» perdieron influencia sobre Sánchez en tiempos de Iván Redondo, su defenestrado exjefe de Gabinete, pero con la llegada de Óscar López y Antonio Hernando a la Moncloa volvieron a ser la alargada sombra del poder. Y son ellos quienes se han encargado de preparar a Sánchez para su duelo televisivo de este lunes contra Alberto Núñez Feijóo, al que el equipo del presidente confiere una importancia máxima. De hecho, creen que es su bala de plata contra un candidato popular al que los anteriores disparos apenas han rozado. Los pactos del PP con Vox han servido para desperezar ligeramente al electorado de izquierdas, pero no para desmovilizar a una derecha hipermotivada.

El equipo de Sánchez confiere al cara a cara una importancia crucial. Es su bala de plata

La teoría de Barroso, que no duda en comparar los debates con combates de boxeo, es la que Sánchez llevará a la práctica este lunes. Sin guantes de boxeo, pero a puñetazos. El presidente del Gobierno, en clarísima desventaja, sabe que tiene que arriesgar, atacar, golpear por lo alto y por lo bajo. No le costará hacerlo, él que es un político camaleónico. Y tiene al lado a dos asesores que se conocen todas las artes de los debates televisivos: las buenas, las regulares y las malas.

«Usted no es decente»

Sánchez ya dio sobradas muestras de las líneas que está dispuesto a cruzar en un debate en aquel histórico cara a cara que mantuvo con Mariano Rajoy en diciembre de 2015. El último que ha habido hasta la fecha, porque cuando llegó a la Presidencia del Gobierno dejaron de interesarle los debates a dos -hasta hoy-. El entonces aspirante socialista miró a los ojos a Rajoy y le espetó: «El presidente del Gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente. Y usted no lo es». A lo que éste, indignado, replicó: «Hasta ahí hemos llegado, señor Sánchez. Mire, yo soy un político honrado, como mínimo tan honrado como usted. Ha hecho una afirmación ruin, mezquina y miserable».

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en el tenso cara a cara de 2015

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en el tenso cara a cara de 2015

Será un debate con los papeles cambiados y con el presidente a la desesperada, invocando los acuerdos del PP y Vox como quien invoca al diablo. Porque las encuestas siguen situándolo a una media de entre seis y siete puntos por debajo de Feijóo y porque Sumar no termina de cuajar, para su desgracia. En el PP lo saben, puesto que durante este curso parlamentario Sánchez ya ha enseñado las fauces a su oponente en los cuatro debates que han mantenido en el Senado, además aprovechándose del reparto desigual de los tiempos. «¿Lo suyo es insolvencia o mala fe?», le preguntó a Feijóo hasta la saciedad en el primero de ellos, en septiembre.

No obstante, el candidato popular no se limitará a defenderse de los golpes de Sánchez, sino que también atacará. Pero intentando no perder esa imagen de moderado y caballo ganador que lleva meses tratando de proyectar. «Lo importante es que el debate sea constructivo y pueda servir a los votantes», deseó el jueves el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, durante el sorteo de los turnos.

La foto frustrada

Feijóo ha demostrado ser un político correoso, escurridizo y mucho menos visceral que Pablo Casado, y por lo pronto ha dejado a Sánchez sin la foto con la que salivaba todo su equipo de campaña: la de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal codo con codo en un debate a cuatro, frente a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Desde la misma semana en que anunció el adelanto electoral, los socialistas se fijaron el objetivo de forzar un debate a cuatro en TVE para retratar juntas a «las derechas» -que así se refieren al PP y Vox-. No lo han conseguido.

Los populares confían en que Sánchez arriesgue tanto que se pase de frenada. Como le ocurrió en plena campaña de las elecciones municipales y autonómicas en el Senado, en medio de la polémica por las candidaturas de Bildu. Acorralado, el presidente del Gobierno recurrió al 11-M y hasta al asesinato de Miguel Ángel Blanco para no comprometerse a dejar de pactar con el partido de Arnaldo Otegi, como le había pedido el líder de los populares hasta en cuatro ocasiones. «En el mayor atentado de la historia de España y Europa el PP mintió, mantuvo esa mentira y difamó a las víctimas. Hoy usted parece decidido a igualarlo», respondió Sánchez, a modo de evasiva.

En el entorno del presidente confían mucho en las posibilidades de éste. «En el cara a cara, el presidente se lo come», afirman. Siguen creyendo que debatiendo es mucho mejor que Feijóo y que, además, este último no tiene a un buen equipo que le ayude a prepararse bien los temas. Aseguran, además, que el debate de este lunes será la confirmación de una remontada que arrancó -sostienen- el 29 de mayo, cuando Sánchez dinamitó la legislatura medio año antes de lo previsto.

De momento, lo único claro es que este lunes Sánchez saldrá a ganar con los guantes de boxeo puestos y Feijóo, a no perder. Lo irónico es que, la primera vez que el presidente retó a su rival a un cara a cara en televisión, aseguró que su objetivo con ello era «desterrar el insulto, reivindicar el respeto en democracia y argumentar desde los datos y no desde los bulos».

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