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El eurodiputado popular Antonio López-Istúriz White

El eurodiputado popular Antonio López-Istúriz WhitePPE / David Plas

El Debate en Bruselas

Antonio López-Istúriz: «Sánchez ha perjudicado enormemente la imagen de España en Europa»

El eurodiputado popular es claro al afirmar que el adelanto electoral, anunciado por el presidente en medio de la presidencia española de la UE, ha sido una muy «mala decisión»

Antonio López-Istúriz se conoce como nadie los entresijos de la Unión Europea. El político español es eurodiputado por el Partido Popular desde 2002 y fue secretario general del Partido Popular Europeo entre 2002 y 2022. En uno de los descansos, durante la ajetreada agenda por la semana plenaria en Estrasburgo, López-Istúriz atiende a El Debate para abordar algunos de los grandes temas europeos.

Uno de los puntos más polémicos del último pleno en la Eurocámara fue la Ley de Restauración de la Naturaleza, a la que el PPE se oponía. ¿Cómo se toman que finalmente haya salido adelante?

–Ha sido aprobada por unos cuantos votos. Lo cual demuestra que hay una división enorme sobre este asunto. Las intenciones de preservar el medio ambiente de la Unión Europea son loables, pero entran en conflicto, en estos momentos, con una situación económica delicada. El Partido Popular Europeo (PPE) comparte el objetivo pero está en contra de la implantación de la norma. Nosotros abogamos por facilitar la vida y el trabajo a los agricultores, ganaderos y empresarios que están intentando adaptarse a la nueva legislación, pero no con las medidas draconianas que exige la izquierda más izquierda de esta Eurocámara.

Ya será esta izquierda, incluido el Partido Socialista español, quien tenga que responder ante todos estos colectivos y, sobre todo, ante la sociedad española por la más que previsible subida de los precios y del coste de vida en general. La ley de naturaleza, en definitiva, va a destruir el tejido económico y social de la UE, ya que está hecha con unos parámetros previos a la pandemia de la Covid-19 y la guerra de Ucrania. Sin embargo, la izquierda sigue anclada en una época anterior, con una enorme falta de visión económica y social.

¿Qué futuro le espera a Carles Puigdemont tras retirarle la inmunidad?

–Pues mejillones y patatas fritas, Bruselas para mucho tiempo. Como sabemos es una persona de por sí cobarde, dudo mucho que se vaya a presentar en España. La Justicia europea ha hablado e, indudablemente, al levantarse su inmunidad, la situación judicial ha pasado a ser otra. En este sentido, entendemos también que la Justicia belga tendrá que tomar nota de esto y adoptar las medidas necesarias para poder entregar al prófugo a la Justicia española.

¿Se ha visto afectada la presidencia española del Consejo de la Unión Europea por el adelanto electoral?

– Claro, ha quedado gravemente afectada. La presidencia española del Consejo de la UE debería haber sido un escaparate de eficacia y de compromiso europeo de la sociedad española con la Unión Europea, pero se ha transformado en un objetivo inanimado. La coincidencia de un proceso electoral con una presidencia europea es una muy mala idea, con esta decisión Sánchez ha perjudicado enormemente la imagen de España en Europa.

Esperemos que, con el futuro Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, tomemos de nuevo las riendas, como ya estamos acostumbrados en el PP a recoger una herencia desastrosa. Personalmente, desearía, ya que siempre he intentado buscar consensos europeos más allá de las ideologías, que la presidencia española fuese bien, para la imagen de España, no para las fotos de Sánchez. Mucho pábulo se ha dado a la imagen internacional de presidente, pero a mí me consta que ciertos líderes europeos no le tienen un gran estima ni cariño, después de estos cuatro años. Ha engañado en muchas ocasiones, lo que podría perjudicar a nuestro país.

El caso de corrupción del Qatargate afectó de lleno al partido socialista europeo. ¿Cómo se vio en la UE?

– Se trata de un caso muy negativo para la Unión Europea. Un asunto que, además se está enturbiando, ya que el juez instructor ha tenido que dejar la causa por incompatibilidad precisamente con una de las encausadas, Marie Arena –miembro del Partido Socialista–. Por su parte, el PPE acaba de dar luz verde a un documento para aumentar las medidas y evitar precisamente cualquier tipo de interferencia más en nuestros asuntos por parte de terceros países.

Por ahora, yo no he visto que en España el Partido Socialista se haya disculpado por lo sucedido. Me pregunto yo que hubiera pasado si hubiese sido el Partido Popular Europeo, ¿en qué situación estaríamos? La pregunta la dejo a juicio del lector.

Turquía ha lanzado un órdago a la UE y ha pedido reabrir las negociaciones de adhesión....

–Es lógico y normal cuando tienes a un vendedor de alfombras usadas de carácter autocrático al frente de un país. Yo creo que es una posición totalmente equivocada. No tiene nada que ver una cosa con la otra y tener como rehén a un país candidato a la OTAN, como es el caso de Suecia, para sus intereses particulares, deja entrever que Turquía no es un socio cómodo para la Alianza.

¿Qué se espera de la cumbre de la UE-CELAC? Y, sobre todo, ¿se espera la presencia de Zelenski?

– Si viene Zelenski sería una buena noticia, sobre todo, porque en la UE estamos muy preocupados por el avance de rusos y chinos en Latinoamérica. De ahí, las declaraciones en contra del apoyo a Ucrania que ha hecho el propio presidente de Brasil. En definitiva, ceo que es una ocasión excelente para que los líderes hispanoamericanos puedan conocer de primera mano a Zelenski y escuchar, de su boca, las realidades de la guerra y lo peligroso que es negociar con China y Rusia.

¿Y de las elecciones del 23 de julio?

–Tiendo a ser positivo, dudo mucho que en un mes haya cambiado tanto la voluntad de los españoles, como algunos intentan pronosticar. Creo que hay una ambición de cambio, ganas de normalidad, de estabilidad e indudablemente, por su personalidad, Feijóo lo representa. Aunque, la tarea que tiene por delante es titánica, con una situación económica insostenible, una deuda inaguantable y una crisis institucional sin parangón.

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