Entrevista
José Luis Corcuera: «La amnistía es la antítesis de la democracia, el autoritarismo»
El exministro socialista ha reconocido que «siempre» ha votado al PSOE, «menos en las últimas elecciones»
José Luis Corcuera Cuesta (Pradoluengo, Burgos, 2 de julio de 1945) fue ministro del Interior de 1988 a 1993 y afiliado del PSOE durante 41 años, hasta que en 2017 se dio de baja por la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del partido. El exministro acudió a la redacción de El Debate para ser entrevistado el pasado jueves 28 de septiembre y tildó al actual líder de los socialistas de «tránsfuga», mismo adjetivo que empleó Feijóo al día siguiente, en la segunda votación de su sesión de investidura, para calificar al presidente del Gobierno en funciones.
–¿Qué le pareció la intervención de Óscar Puente en la investidura de Feijóo?
–Lamentable. Conociendo al que hoy manda en el Partido Socialista Obrero Español, eso se lo encargó hace mucho tiempo. Y desde luego, viendo el debate –en el que Óscar Puente llevaba hasta la réplica escrita– su intervención era conocida por el presidente del Gobierno en funciones sin ninguna duda. Hace unos años El País definió a Pedro Sánchez como un insensato sin escrúpulos, y quien ocupó en la investidura el lugar que tenía que ocupar Pedro Sánchez da cumplida respuesta a esa definición.
–Puente espetó a la bancada 'popular' que «no pierdan el tiempo buscando disidentes, desertores o traidores. Ninguno es representativo ya de este PSOE». ¿Cómo valora estas declaraciones?
–Este buen hombre seguro que iba en Gijón a la peluquería de Encarna (local emblemático en el que se concentraban los socialistas durante el franquismo) para que allí le dijeran el sitio donde había que reunirse en Asturias. Por tanto, como es tan acorde con la historia no sólo reciente –de los últimos 50 años del partido– sino incluso con la historia del Partido Socialista en el exilio (ironía), pues es propicio a decir las tonterías que expresó.
Quien dice esas cosas, si es que las ha dicho Óscar Puente, tiene la consideración de un recién llegado. En su intervención quiso ponerse a la altura de Feijóo expresando que allí había dos ganadores, porque él también había ganado las elecciones al Ayuntamiento de Valladolid. Lo que pasa es que se le olvidó algo muy importante; que hubo un ofrecimiento por parte del partido conservador español para que gobernaran las listas más votadas. Y el partido de Pedro Sánchez dijo que no. Además, como Pedro Sánchez, Óscar Puente creo que tuvo el peor resultado en la historia del Ayuntamiento de Valladolid por parte del Partido Socialista, ya que, en 2015, habiendo perdido las elecciones –cosa que no había ocurrido en muchísimos años– fue alcalde con el apoyo de distintos grupos, algunos de extrema izquierda.
Que un mindundi de cuarta te venga ahora a poner en cuestión el trabajo de Felipe González, Alfonso Guerra o Nicolás Redondo es llamativo
–¿Cree que define a Pedro Sánchez el hecho de que no saliese a la tribuna a debatir con Feijóo? ¿Cómo califica usted a Sánchez?
–Yo soy muy propenso a leer, y creo conocer muy bien la historia de mi partido; del que ha sido mi partido, y como no milito ni voy a militar en ningún otro, seguirá siendo mi partido de referencia, no el de Pedro Sánchez, sino el que yo he conocido hace 49 años.
Por tanto, teniendo en cuenta la historia del Partido Socialista; que si había un grupo anticomunista en el exilio eran los socialistas, y el papel del PSOE en la transición política española, lo que hicieron Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, y otros que los acompañamos, teniendo en cuenta eso que se hizo para que en España hubiera una democracia homologable con las democracias más avanzadas del mundo, yo le definiría como un tránsfuga. Es un tránsfuga de la historia del PSOE.
No quiero confundir el Partido Socialista con el partido de Pedro Sánchez, que son dos cosas muy distintas. Por ejemplo, jamás he oído en mis años de militancia a un líder regional decirle a un secretario general del partido «haz lo que creas conveniente, Pedro».
–¿Qué supondría para España que se materializara la amnistía?
–Sería el comienzo de un desastre. Es el desconocimiento de la historia de España. Francesc Macià (ERC) intentó dar un golpe de Estado en el 31. Tuvieron que desplazarse a Barcelona para pararle y obligarle a cambiar tres ministros del Gobierno provisional, entre otros, Fernando de los Ríos. Pero no concluyó ahí, porque se hizo el Estatuto del 32 y luego el Gobierno de Lluís Companys intentó dar un golpe de Estado, por cierto, con muchísimos muertos. La República le condenó a 30 años de cárcel y también la República, en el 36 con el Frente Popular, lo amnistió. Pero siguieron con la matraca, incluso durante la guerra civil.
La amnistía es aceptar con naturalidad que quienes tienen un comportamiento indigno de un demócrata –que es no cumplir las leyes y saltárselas incluso por la fuerza– traten de dar lecciones de democracia. Es la antítesis de la democracia, el autoritarismo. Lo que no podemos hacer es tropezar en la misma piedra. No podemos aceptar la coacción de quien ha cometido actos gravísimos contra la Constitución y contra la convivencia de los españoles. No lo podemos permitir. Y como no lo podemos permitir, si eso ocurriera, si sobre ellos descansara la Gobernación de España, estaríamos en una situación muy delicada desde el punto de vista democrático que supondría la vuelta a la confrontación entre los españoles.
He votado siempre al Partido Socialista, menos en estas últimas elecciones
–¿Cómo valora la expulsión del PSOE de Nicolás Redondo?
–Es una indignidad. Que a una persona como Nicolás Redondo Terreros, hijo de Nicolás Redondo Urbieta y nieto de un socialista de extraordinario prestigio en Baracaldo, se le pueda echar del PSOE por discrepar de algunas de las cosas que son claramente discrepantes que hace el partido de Pedro Sánchez es una indignidad absoluta. Lo que a mí me llama la atención y me preocupa es que eso no suponga un revulsivo en una cantidad ingente de socialistas.
Que un mindundi de cuarta te venga ahora a poner en cuestión el trabajo de Felipe González, de Alfonso Guerra o de Nicolás Redondo es llamativo. O que un percebe de cuarta, que no tiene ni idea de cuál es la historia reciente del Partido Socialista, diga que en la época de Felipe González no había discrepancias porque el que se movía no salía en la foto, es casi un insulto; porque en aquellos momentos en el partido había corrientes.
Cuando ese insensato sin escrúpulos, que decía El País hace algún tiempo, deje la política o le quiten de esa responsabilidad, el PSOE volverá a ser lo que era. Un partido socialdemócrata, homologable a los partidos socialdemócratas que hay en Europa, y un partido que no pacte con los extremos, sino que haga política de Estado. Un partido que no dependa de aquellos que todavía no han pedido disculpas por los asesinatos cometidos, como es Bildu, o de partidos claramente independentistas que han sido condenados y que él los ha indultado diciendo que lo volverán a hacer, lo cual es algo incomprensible en cualquier país del mundo.
–¿Por qué fue al acto del PP del pasado domingo?
–Porque quiero denunciar a aquellos que pretenden engañarme. Si el indulto general es inconstitucional, cómo no va a ser inconstitucional algo que es superior al indulto, que es una amnistía. La amnistía es el comienzo –y lo dicen los independentistas, no lo digo yo– de unos pasos que van a seguir dando hasta conseguir sus objetivos.
Los conservadores españoles por fin tienen un líder solvente
No es posible que en un país sea pecado mortal llegar a acuerdos entre un partido socialdemócrata y un partido conservador. Creo que no se ha vivido en ningún sitio del mundo como en la Europa del Estado de Bienestar. Y eso es lo que hay que construir y fortalecer en España. Pero pretender hacerlo con los que no piden perdón por los asesinatos cometidos por una banda terrorista, o con quienes pretenden irse de la nación española, o hacerlo con quienes están en contra de la economía de mercado, porque sus referencias ideológicas son aquellos países que han ido a la ruina, es una temeridad. No hay un problema solo por lo que se dice en el Parlamento o cómo se dice, es un problema estructural que nos afecta en nuestra vida diaria y nos afectará más cuantos más errores cometamos.
Asimismo, me parece clarísimo que los conservadores españoles por fin tienen un líder solvente. Este debate de investidura ha servido para demostrar, en mi opinión, que el partido conservador español tiene un líder con solvencia, un hombre con el que creo que se puede hablar, abierto a los acuerdos transversales y a las políticas de Estado. A mí eso no me parece negativo, todo lo contrario, me parece muy positivo.
–Felipe González ha dicho que le costó votar a este PSOE las últimas elecciones, mientras que, por ejemplo, Joaquín Leguina ha manifestado que votó a Feijóo. ¿Usted con quién se identifica más?
–Yo he votado siempre al Partido Socialista, menos en estas últimas elecciones. Pero quiero ser sincero; he votado al PSOE borrando siempre a Pedro Sánchez. Porque yo dije en su día –y no porque tenga una varita mágica que me haga ver el futuro– que si Pedro Sánchez volvía a ser secretario general del Partido Socialista yo me iba a ir del PSOE, porque ya había traicionado a los socialistas. Todavía me acuerdo de aquel comité federal que fue algo terrible. Y todavía mejor que yo se acuerdan los que hicieron lo necesario para que fuera secretario general. Me podría dar lecciones de esto Susana Díaz o Tomás Gómez. ¿O es que ganó la secretaría general porque a alguien se le encendió la luz y vio un líder carismático? En absoluto.