La continuidad de un achicharrado Marlaska se convierte en una de las sorpresas del nuevo Gobierno de Sánchez

No hay prácticamente ni un solo estamento dentro del Ministerio del Interior que esté satisfecho con los cinco años que el ministro Fernando Grande-Marlaska lleva al frente de la cartera, desde que ascendió al poder Pedro Sánchez.

Sin embargo, la renovación de Marlaska al frente de Interior se ha convertido en una de las sorpresas del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ni tan siquiera se encontraba en las quinielas, que apuntaban a que sería sustituido por la ministra de Defensa Margarita Robles. Sin embargo, ante la sorpresa de todos, el ministro más achicharrado de la anterior legislatura seguirá al frente de Interior.

Así pues, los policías y guardias civiles tendrán que seguir peleando para lograr la equiparación salarial que llevan tres décadas reclamando ante uno de los ministros que menos les ha escuchado. No en vano, bajo el mandato de Marlaska se han unido por primera vez en la historia todos los sindicatos y asociaciones policiales en su contra. Incluso las asociaciones de la Guardia Civil abandonaron la mesa del Consejo de la Benemérita en su última reunión.

También tendrá que pelear el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, para que el Ministerio del Interior ayude a solucionar la crisis migratoria que todavía vive el archipiélago canario y que no ha frenado las visitas de Marlaska a Mauritania y Senegal.

Tampoco ha sido buena la actuación de Marlaska con Ceuta y Melilla. No en vano, el pasado viernes la valla de Ceuta vivió uno de los episodios más violentos de asalto cuando todavía se mantiene la polémica por la tragedia del 24 de junio de 2022 cuando decenas de inmigrantes murieron al intentar acceder a España por Melilla.

Qué decir de las víctimas del terrorismo. Con Marlaska se ha consumado el acercamiento de todos los etarras a las cárceles del País Vasco al mismo tiempo que cedía las competencias penitenciarias al Gobierno vasco, lo que ha permitido que los etarras disfruten de los beneficios penitenciarios del Ejecutivo de Urkullu, sino que buena parte de ellos estén ya en la calle disfrutando del tercer grado.

Los votos imprescindibles de Bildu para que Sánchez se sostenga en el poder y la culminación de ese plan que haga que los presos etarras estén «en casa» próximamente, que es el gran empeño de Otegi, puede ser uno de los motivos por los que Marlaska sigue al frente de Interior a pesar de que ningún estamento del Ministerio esté satisfecho con su labor.